Hora de encender las brasas: 25 trucos, consejos y recetas de todo el mundo que tienes que probar
Secretos para una barbacoa espectacular
En un día soleado no hay nada mejor que encender la parrilla. Pero cocinar a la brasa no es solo un plan de fin de semana: es una pasión internacional. Desde la carne ahumada a fuego lento de Texas hasta el churrasco brasileño o la barbacoa coreana, cada país tiene su propia forma de preparar manjares al calor del carbón. Estos trucos y técnicas del mundo entero te darán ideas sabrosas para renovar tus comidas al aire libre.
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir nuestra clasificación de los mejores consejos para barbacoas del mundo, con una cuenta atrás hasta el que todo el mundo debería probar.
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveFOOD.
25. EE.UU.: mantén la carne jugosa con una salsa para untar
En Carolina del Norte, especialmente cuando se asa cerdo lentamente sobre brasas, la salsa lo es todo. Esta mezcla picante a base de vinagre, sal, pimienta y, a veces, un toque de azúcar o guindilla se unta sobre la carne durante la cocción para mantenerla jugosa y realzar su sabor.
Su acidez equilibra cortes grasos como la paletilla de cerdo y ayuda a conseguir un resultado tierno, sabroso y con un punto picante muy característico. ¿Una idea? Prueba a utilizarla con costillas, pollo o pulled pork para darles ese inconfundible sabor ahumado del sur de EE.UU.
24. México: hornea pescado y carne en hojas de plátano
Inspírate en recetas tradicionales mexicanas como los tamales o la cochinita pibil (cerdo asado a fuego lento) y cocina los alimentos envueltos en hojas de maíz hidratadas o en hojas de plátano en lugar de papel de aluminio.
Estas envolturas naturales retienen la humedad, cuecen al vapor y aportan un sutil toque terroso al tostarse sobre las brasas. Es una técnica ideal para pescados, pollo o cerdo y el resultado son platos jugosos y llenos de sabor. Si no encuentras hojas de maíz o de plátano en tu mercado habitual, puedes sustituirlas por hojas de col previamente escaldadas o incluso por papel de horno.
23. Indonesia: consigue el equilibrio perfecto entre dulce, picante y ahumado
El satay es uno de los platos callejeros más populares de Indonesia y una pieza clave de su cultura de barbacoa. Se cocina tradicionalmente sobre brasas hechas con cáscara de coco, lo que aporta a la carne un aroma ahumado muy característico. Se encuentra chisporroteando en parrillas por todo el archipiélago.
Para recrearlo en casa, marina pollo, cordero o ternera en una pasta de especias con cúrcuma, cilantro, ajo y citronela, ensarta los trozos en brochetas y cocínalos hasta que estén jugosos y ligeramente carbonizados. Acompaña el pollo con una salsa de cacahuete casera, elaborada con tamarindo, azúcar de palma y salsa de soja dulce, para lograr el equilibrio perfecto entre dulce, picante y ahumado.
22. Georgia: prueba el pollo tabaka
El origen del spatchcocking (quitar la espina dorsal del pollo y aplanarlo antes de cocinarlo) es discutido, pero pocas versiones pueden competir con el pollo tabaka, un plato emblemático de Georgia, país situado entre Europa del Este y Asia Occidental. Muy popular en toda la antigua Unión Soviética, se cocina a la plancha con abundante mantequilla hasta que la piel queda crujiente y dorada.
Aunque existen métodos similares en otras cocinas europeas, los cocineros georgianos lo han perfeccionado, aderezando el pollo con ajo, hierbas frescas y sabrosas salsas tradicionales. Al cocinarse más rápido y de forma uniforme, la carne queda jugosa, mientras que la superficie plana permite exponer toda la piel al calor, lo que garantiza un acabado crujiente e irresistible.
21. Sudáfrica: asa algo diferente
Para muchos sudafricanos, una vida sin braai —la barbacoa tradicional del país— es simplemente impensable. Desde carne de ternera hasta avestruz o gacela, casi cualquier tipo de carne puede cocinarse a la brasa, normalmente aderezada con una mezcla generosa de especias.
A menudo infravalorada en las parrillas, la carne de cordero es una opción sabrosa, fácil de encontrar y excelente para iniciarse en este estilo. Para los más curiosos, algunas carnicerías especializadas y tiendas online ofrecen carnes exóticas como canguro o cocodrilo, perfectas para experimentar sabores distintos a la manera sudafricana.
20. Australia: empieza la barbacoa con gambas
Saca tu lado más australiano y echa unas gambas a la barbacoa. Estos mariscos dulces por naturaleza son perfectos para asar, ya que el calor intenso realza su sabor ahumado. Para potenciar aún más su gusto, marínalas con ajo, zumo de lima y copos de guindilla y cocínalas hasta que estén opacas. Sirve las gambas con una salsa de mango fresco o incorpóralas a una ensalada de fideos picante.
19. Armenia: carne en brochetas
Dominar el khorovats, el clásico asado armenio en brochetas largas, requiere tres pasos clave. El primero: deja espacio entre cada trozo de carne para que el calor los cocine de forma uniforme. El segundo: coloca los cortes más grandes en el centro de la brocheta, donde el fuego es más intenso. Y el tercero: pon los pinchos muy juntos sobre la parrilla, para que el calor no se disperse.
El resultado: una carne jugosa, cocinada al punto y con ese inconfundible sabor a llama.
18. EE.UU.: pollo sobre una lata de cerveza
Aunque pueda parecer una excentricidad, el pollo a la lata de cerveza —una técnica que, según se dice, se originó en Luisiana, un estado del sur de EE.UU. conocido por su cocina criolla y cajún— ofrece resultados espectaculares. El pollo se coloca verticalmente sobre una lata de cerveza abierta y se asa lentamente a la brasa: el vapor de la bebida cocina el interior, mientras que el exterior queda crujiente y dorado.
Jugoso, tierno y lleno de sabor, este método se puede acompañar con una salsa barbacoa blanca al estilo de Alabama: cremosa, avinagrada y ligeramente picante. ¡Es el contraste perfecto!
17. Grecia: a la parrilla con sabor mediterráneo
Las verduras asadas pueden convertirse en el plato estrella de una barbacoa al más puro estilo griego. Prueba con berenjenas, calabacines, pimientos, champiñones, tomates y cebollas, todos marinados en aceite de oliva, ajo, menta y zumo de limón. Cocínalos en brochetas de madera previamente remojadas en agua y acompáñalos con tzatziki, una salsa griega de yogur, pepino y ajo, para saborear el verano griego en cada bocado.
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16. Mauricio: añade un toque picante
La barbacoa mauriciana destaca por sus atrevidas mezclas de especias, marinados intensos y ese equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado. Ajo, jengibre, guindilla, comino y hojas de curry forman la base aromática, mientras que la salsa de soja, el tamarindo o el zumo de caña de azúcar aportan ese toque dulce que ayuda a caramelizar la carne y crear un glaseado deliciosamente pegajoso.
Se suelen utilizar pollo, cordero y marisco, que se marinan durante horas para absorber todo el sabor. Sirve la carne con arroz especiado, piña a la parrilla o un chutney picante de cilantro para disfrutar del auténtico sabor de esta barbacoa isleña.
15. Canadá: ahumado suave con tablas de cedro
La cocción sobre tablones de cedro tiene su origen en la cocina indígena canadiense, donde el pescado —especialmente el salmón— se preparaba tradicionalmente sobre fuego abierto. Hoy en día, este método sigue siendo muy apreciado por el aroma ahumado y delicado que aporta a los alimentos. Remoja las tablas de cedro sin tratar en agua durante al menos una hora para que no se quemen, coloca encima el pescado, el pollo o las verduras, y cocínalo todo a la parrilla con la tapa cerrada.
Al calentarse, la madera libera vapor y sabor, dando como resultado una textura jugosa y un toque ahumado sin necesidad de girar los ingredientes.
14. Nueva Zelanda: la batata, protagonista de la parrilla
La batata (también conocida como kumara) es un ingrediente esencial en las barbacoas de Nueva Zelanda. Su uso se remonta a la tradición maorí y al antiguo método hangi, que consiste en cocinar lentamente sobre piedras calientes en un horno subterráneo. Hoy en día, los neozelandeses rocían las rodajas de kumara con aceite, ajo y hierbas antes de asarlas hasta que se caramelicen y adquieran un toque tostado, a menudo con miel de manuka o un glaseado balsámico.
También puede envolverse en papel de aluminio con mantequilla o azúcar moreno y asarse entre las brasas o en la parrilla, al estilo de una patata asada. Por su sabor terroso y dulzura natural, esta hortaliza aporta calidez y profundidad a cualquier barbacoa de inspiración neozelandesa.
13. Argentina: asado de carne
La barbacoa argentina, o asado, es tanto un homenaje a la excelente carne de vacuno del país como una tradición profundamente arraigada en la cultura gaucha. Lo que hace único al asado es la combinación de cortes de primera calidad, despojos y embutidos que se sirven juntos en una auténtica celebración culinaria.
En una misma comida es habitual encontrar desde ojo de bife (chuletón) hasta morcilla o provoleta, un queso provolone a la parrilla hasta que queda fundente y dorado. Para capturar el espíritu argentino, rocía la carne con la tradicional salsa chimichurri, elaborada con hierbas frescas, ajo, vinagre y aceite.
12. Jamaica: añade sabor con un adobo
El adobo jerk es un clásico de la cocina jamaicana, con un sabor intenso y muy aromático, y sin duda merece la pena prepararlo en casa. Olvídate de las versiones envasadas y crea tu propia mezcla con pimienta de Jamaica, tomillo, ajo y guindillas Scotch Bonnet, bien picantes.
Para un adobo húmedo, añade vinagre, zumo de lima o salsa de soja para darle más profundidad y un toque ácido. El jerk tradicional se distingue por su picante y sus especias, pero puedes ajustar los ingredientes a tu gusto. Úntalo sobre pollo, cerdo o verduras y transforma al instante el sabor de tu barbacoa.
11. Portugal: sardinas a la brasa
La sardinhada es un plato tradicional portugués que consiste en asar sardinas enteras sobre brasas, y es especialmente popular en las fiestas de verano, como la de San Antonio en Lisboa. Sazonadas simplemente con sal marina y cocinadas hasta que la piel queda crujiente y la carne, tierna.
Con un toque ahumado, las sardinas suelen servirse sobre pan rústico o acompañadas de patatas cocidas y pimientos asados. Económicas, rápidas de preparar y llenas de sabor, son una forma sencilla y deliciosa de dar un toque marinero a cualquier barbacoa.
10. India: un adobo lácteo con mucho sabor
El yogur es un adobo básico en la cocina india, ya que ayuda a ablandar la carne y mantenerla jugosa. Si te apetece probar un adobo a base de lácteos en casa, apuesta por el clásico pollo tandoori: se marina en yogur con ajo, jengibre, zumo de limón y especias como comino, cilantro y pimentón ahumado.
Aunque tradicionalmente se cocina en horno tandoor, también queda delicioso a la barbacoa, donde las llamas le aportan un toque ahumado. ¿El resultado? Un pollo jugoso, lleno de sabor y con los bordes ligeramente tostados. Sírvelo con naan, hierbas frescas y una raita bien refrescante.
9. Rusia: sabor intenso con un marinado lento
El shashlik ruso destaca por su ternura y sus sabores sencillos pero intensos, y todo comienza con una buena dosis de tiempo. La opción tradicional es la carne de cerdo, que se deja marinar toda la noche con cebolla blanca en rodajas, vinagre, zumo de limón, sal y pimienta.
El marinado prolongado ablanda la carne e impregna cada bocado con ese sabor entre ácido y dulce que aporta la cebolla. Ensarta la carne en brochetas y cocínala a la parrilla sobre brasas para lograr un acabado ahumado y ligeramente tostado.
8. Oriente Medio y Mediterráneo: brochetas de carne con sabor especiado
Ya sea que las conozcas como kofta o kofte, estas brochetas de carne picada son muy populares en todo Oriente Medio y el Mediterráneo, con variantes en Grecia, Chipre, Turquía, el norte de África e incluso la India. La preparación es sencilla: se mezcla carne picada —normalmente de ternera— con especias y cebolla, y se moldea en forma de salchicha alrededor de brochetas metálicas antes de cocinarlas a la parrilla.
Una vez hechas, sírvelas con hummus sobre pan plano y acompáñalas con una mezcla fresca y picante de cebolla roja, zumaque y perejil.
7. Italia: sustituye la carne por atún a la parrilla
Con su textura firme y alto contenido en grasa natural, los filetes de atún son perfectos para la parrilla, algo que en Sicilia adoran hacer con el abundante pescado del Mediterráneo. Basta con marcarlos ligeramente por fuera y añadir un chorrito de zumo de limón y una pizca de sal para potenciar su delicioso sabor natural. Acompáñalos con una vinagreta sabrosa de inspiración italiana, ideal para equilibrar la intensidad del pescado.
6. Japón: brochetas tamaño bocado
La palabra japonesa “yakitori” se refiere a cualquier tipo de carne ensartada en brochetas y asada a la parrilla. Este popular plato callejero es rápido de preparar y perfecto para esos días en los que no apetece pasar horas frente a las brasas. Puedes experimentar con distintos tipos de carne, pescado o marisco y acompañarlo con una variedad de salsas —como una barbacoa al estilo japonés— y guarniciones al gusto.
5. Brasil: prueba el rey del churrasco
La picanha, un corte muy valorado de la parte superior de la cadera, es la joya del churrasco brasileño. Con una gruesa capa de grasa y un veteado jugoso, es ideal para la parrilla: la grasa se va fundiendo poco a poco sobre las llamas, manteniendo la carne tierna y bañándola en sabor mientras se cocina.
Tradicionalmente se sazona solo con sal gruesa, se ensarta en forma de medialuna y se asa a la brasa hasta que el exterior queda dorado y crujiente. Cortada directamente de la brocheta, la picanha representa la sencillez y el sabor de la barbacoa en estado puro.
4. EE.UU.: mejora tus hamburguesas con cebolla picada
Dale un giro a tus hamburguesas a la barbacoa con la inspiración de la hamburguesa con cebolla frita del estado de Oklahoma. Nacida en plena Gran Depresión, esta receta clásica de comida rápida combina sencillez y sabor a partes iguales.
Se pica finamente la cebolla y se mezcla con la carne picada mientras se cocina sobre una plancha caliente; las cebollas se caramelizan en contacto con la carne, aportando dulzor y ayudando a que quede jugosa. Sírvela en un panecillo tierno con pepinillos y un poco de mostaza para resaltar el equilibrio entre lo dulce y lo salado.
3. México: no te olvides de las guarniciones
El elote, un plato callejero muy popular en México, consiste en mazorcas de maíz asadas hasta que quedan ahumadas y ligeramente tostadas, cubiertas generosamente con una salsa cremosa y picante a base de ajo, zumo de lima y queso, habitualmente cotija o parmesano.
Este acompañamiento vibrante equilibra a la perfección sabores dulces, salados, ácidos y ahumados, con un punto picante que lo hace irresistible. Espolvoreado con guindilla en polvo y cilantro fresco, el elote es fácil de preparar en casa y aporta un toque divertido y lleno de sabor a cualquier comida al aire libre.
2. Corea del Sur: lonchas finas para una barbacoa refinada
A diferencia de las barbacoas occidentales tradicionales, que suelen centrarse en cortes gruesos y contundentes, la barbacoa coreana apuesta por piezas más pequeñas y finas que se cocinan rápido y de forma uniforme. Uno de los platos más emblemáticos es el bulgogi: finas lonchas de ternera de primera (normalmente solomillo o entrecot) marinadas en una mezcla dulce y salada de salsa de soja, ajo, aceite de sésamo y azúcar.
El secreto está en el sellado: una parrilla bien caliente y un golpe rápido de calor garantizan una carne tierna y jugosa, con el punto justo de caramelización y sabor ahumado.
1. Turquía: cocina la carne y las verduras juntas
Hay distintas formas de preparar los clásicos pinchos turcos: algunos los prefieren solo con carne, mientras que otros optan por combinarla con verduras. Nosotros nos quedamos con esta última opción. Ensartar carne marinada junto a pimientos, cebolla, tomate y berenjena crea un intercambio de sabores: la carne sazona las verduras y estas ayudan a que la carne quede jugosa.
Utiliza un adobo de yogur con ajo, comino y pimentón para darle más profundidad. Sirve los kebabs recién hechos con pan plano caliente, ensalada de hierbas y una cucharada de yogur o de baba ganoush, una crema de berenjenas ahumadas típica de la región.
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