Más allá del fish and chips: Exploramos los platos más extravagantes de la cocina británica
How many would you try?
¿Es cierto que la comida británica está mala? Aunque es cierto que hay un estereotipo (algo negativo) muy común sobre la gastronomía británica, también es cierto que no se conocen muchos platos más allá del famoso fish and chips o del English breakfast. Pero... en este artículo venimos a reforzar el estereotipo: hemos encontrado los platos de la gastronomía británica más peculiares y extravagantes que podrás encontrar. No obstante, muchos de ellos tienen una pinta increíble, así que, ¿podríamos decir que la comida británica no es tan mala como se piensa? Tendremos que probar alguno de estos platos para desmentir (o reforzar) el estereotipo.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveFOOD.
24. Rarebit galés
Existen pocos platos tan sencillos que sean tan indulgentes como el rarebit galés. Inicialmente conocido como conejo galés -a pesar de la clara ausencia de conejo en la lista de ingredientes de esta receta- este plato, que surgió en el siglo XVIII lleva una salsa de queso fundido, aderezada con mostaza, salsa Worcestershire y, a menudo, cerveza negra o ale, vertida sobre pan tostado y asado hasta que esté dorado. Si se le añade un huevo frito o escalfado, el Welsh rarebit (rarebit galés) se convierte en toda una delicia.
23. Tipsy laird ("contentillo")
En la versión escocesa del clásico trifle, el bizcocho se empapa de whisky en lugar de jerez. Es un plato muy típico en ocasiones festivas como Navidad o celebraciones típicas escocessas como la Noche de Burns y Hogmanay-
El "contentillo" del título de este postre con tan buena pinta hace referencia al alcohol que lleva el postre (que te puede poner algo "contentillo") , mientras que "laird" es la palabra escocesa que significa señor. Y, por supuesto, un buen escocés querrá que los frutos rojos utilizados para el postre sean también de tierras caledonias.
22. Jam roly-poly (mermelada roly-poly)
Aunque te costará creerlo, este es un plato muy típico en los colegios del Reino Unido. Es además un plato que se remonta a la época de la Edad Media. Es un dulce (algo empalagoso, dicen las malas lenguas), que se prepara con mermelada y una pasta que se cubre con más mermelada de frutas y se enrolla. Queda una especie de espiral que se cuece al vapor, se corta en rodajas y se sirve con natillas calientes. Este postre también recibe los nombres de "brazo de hombre muerto" y "pudin de manga de camisa", porque antiguamente se cocía al vapor en una vieja manga de camisa o en una media. ¿Será el equivalente al típico "brazo de gitano" de España?
21. Pigs in blankets (cerdos con mantas)
Si ves este plato en algún momento que no sea Navidad, es raro. Pigs in blankets (cerdos con mantas) es un plato que se come en muchas casas británicas durante las celebraciones navideñas.
También conocidos como "kilted soldiers" (soldados destruidos), este plato consiste en pequeñas salchichas (los cerdos) que se envuelven en tocino veteado (sus mantas) y se cocinan hasta que el tocino está crujiente y las salchichas jugosas. Las primeras recetas pigs in blankets aparecieron en la década de 1950, pero la popular chef británica Delia Smith las popularizó realmente en la década de 1990. Hoy en día forman parte integrante del tradicional banquete de Navidad.
20. Bubble and squeak (burbujas y chirridos)
Este plato, con un nombre tan... ¿enigmático? se inventó en el siglo XVIII como una forma de ahorrar dinero reduciendo el desperdicio de alimentos. El plato se prepara con las verduras que sobran del famoso Sunday roast, un plato británico que se come los domingos y que consiste en verduras y carne asadas. Las verduras suelen ser repollo, zanhorias colinabo y cebollas que, en este plato, se mezclan con puré de patata que luego se fríe hasta que esté bien dorado y crujiente. Los británicos recomiendan probarlo con huevo frito por encima.
En Irlanda, un plato similar hecho con puré de patatas, col o berza y cebollas se conoce como colcannon, mientras que en Escocia, una versión con queso se conoce como rumbledethumps.
19. Toad in the hole (sapo en la madriguera)
Si en algo destaca la gastronomía británica es en la originalidad del nombre de sus platos. Esta vez, estamos ante el típico "sapo en la madriguera", un plato que se ideó con la idea de que la carne cundiera más en hogares más humildes (eso sí, no hay ningún sapo en esta receta más allá de en el nombre).
La decana de la cocina británica, Isabella Beeton, tenía razón cuando lo describía como un "plato casero y sabroso". Sugirió preparar el budín rebozado con bistec de cuadril y riñones de cordero, mientras que la escritora de cocina inglesa Hannah Glasse defendió el pichón como ingrediente estrella para este plato en su libro de 1747 The Art of Cookery Made Plain and Easy. Las versiones modernas tienden a favorecer el rebozado con salchichas, y la presencia de salsa de cebolla es innegociable para muchos.
18. Carrot scones (bollitos de zanhaoria)
Puede que mezclar una masa dulce para hacer scones (unos bollos muy típicos en Reino Unido) con zanhoria suene algo extravagante, pero debes confiar en el proceso, el resultado merece la pena. Las zanhorias son fáciles de cultivar, están llenas de nutrientes y ofrecen un dulzor muy característico, así que no es de extrañar que sea un ingrediente muy común en todo tipo de plato, tanto dulce como salado.
En su recopilación de 1995, The Victory Cookbook, la locutora, economista doméstica y escritora gastronómica británica Marguerite Patten compartió una receta de este sencillo manjar, que solo requería unos pocos ingredientes básicos, zanahorias incluidas.
17. Potato piglets (lechones de patata)
Este sencillo plato, consistente en una patata vacía en el centro y rellena de carne de salchicha que después se hornea durante varios minutos. La receta fue introducida por el Ministerio de Alimentación de Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de la campaña Dig for Victory (lucahr por la victoria) para ayudar a los ciudadanos a aprovechar al máximo las raciones disponibles y reducir el desperdicio de alimentos. Los folletos en los que aparecía Potato Pete, un personaje de dibujos animados que promovía los beneficios de la humilde patata, explicaban cómo hacer los "cerditos" y sugerían servirlos sobre un lecho de col cocida.
16. Pease pudding (pudin de guisantes)
Hay una vieja canción infantil británica que habla de esta receta tan típica: 'Pudin de guisantes caliente, pudin de guisantes frío, pudin de guisantes en la olla, de nueve días...'.
La canción habla de la versatilidad de este incondicional medieval, que se elabora hirviendo guisantes amarillos secos con hierbas, verduras y vinagre, hasta conseguir una consistencia pastosa. El pudin de guisantes aún se come con gusto en el noreste de Inglaterra, donde suele servirse con lonchas bien gruesas de jamón o gamón y abundante salsa de perejil.
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15. Black pudding (morcilla)
Este plato te sorprenderá tanto si vives en España, ya que es un clásico de la gastronomía española, lo que puede que te sorprenda es que también sea un clásico de la gastronomía británica: La morcilla que, como bien sabrás, es un embutido elaborado tradicionalmente con vísceras de cerdo, harina de avena, condimentos y especias, todo ello unido con sangre de cerdo, es un plato firmemente arraigado en la historia culinaria británica, que se disfruta al menos desde el siglo XV. Muchos británicos la cortan en rodajas y la fríen para incluirla en su English breakfast (desayuno inglés), aunque, también es común encontrarla en sopas o guisos.
14. Bedfordshire clanger
Este ingenioso plato nació de la comodidad, cuando las mujeres del siglo XIX lo preparaban para que sus maridos, trabajadores agrícolas, se lo llevaran al campo para comer. La albóndiga de sebo, larga y pastosa, lleva un relleno salado -normalmente carne, patatas y verduras- en un extremo, y algo dulce, como mermelada o fruta, en el otro. Esta última se puntúa para identificarla como postre, asegurando que todo se come en el orden correcto. Antiguamente, la corteza siempre se desechaba, pues su función era simplemente contener el relleno y protegerlo de las manos sucias.
13. Cucumber ice cream (helado de pepino)
Mucho antes de que Heston Blumenthal causara sensación con el helado de bacon y huevos, la escritora de cocina y empresaria londinense Agnes Marshall (en la foto) ya iba más allá con el nitrógeno líquido y cosas por el estilo. Conocida como la "Reina de los Helados", y de quien se cree que inventó el cucurucho de helado, en su libro de 1885 The Book of Ices (El libro de los helados), la previsora Agnes recomendaba hacer helado con puré de pepino, azúcar, aguardiente de jengibre, zumo de limón y nata o natillas azucaradas. Era un riff sobre el plato popular de las cenas de la época, el pepino cocido.
12. Parmo
También conocido como parmesano de Teesside, este manjar de culto ha sido un firme favorito en Middlesbrough, North Yorkshire, desde la década de 1960. El nombre Parmo hace referencia al pollo a la parmesana estadounidense, inspirado a su vez en el melanzane alla parmigiana italiano. Para hacer la versión británica del plato, se aplasta una chuleta de pollo o cerdo, se reboza en pan rallado y se fríe hasta que esté dorada, antes de cubrirla con salsa bechamel y queso fundido.
11. Beef olives (aceitunas de ternera)
Este bastión de la cocina británica, de nombre algo extraño, es un plato clásico de cocción lenta que se ha elaborado durante siglos envolviendo lonchas de ternera con carne de salchicha, pan rallado y hierbas (no se usa ninguna aceituna en esta receta, a pesar del nombre).
Como sugirió la escritora de cocina Hannah Glasse, el nombre podría ser un guiño a la expresión "to olive", que en inglés significa rellenar algo como una aceituna y se refiere a una técnica utilizada para impresionar a los comensales en el siglo XVIII. Una vez enrolladas, las aceitunas de ternera se doran y se cuecen a fuego lento en una rica salsa hasta que estén tiernas.
10. Scotch woodcock (becada escocesa)
Las primeras menciones a la becada escocesa -huevos revueltos sobre tostadas con anchoas o Gentlemen’s Relish (un condimento muy típico que consiste en pasta de anchoas)- se encuentran en el Libro de la administración doméstica de la Sra. Beeton. A menudo se servía en las épocas victoriana y eduardiana como plato salado (un plato digestivo que se ofrecía al final o hacia el final de una comida), la becada escocesa siguió figurando en el menú de la Cámara de los Comunes hasta la década de 1950.
9. Pickled eggs (huevos en escabeche)
Los huevos en escabeche son un ingrediente sencillo, pero muy apreciado de la cultura británica de los aperitivos, que suele encontrarse en grandes tarros detrás de la barra de los bares y en las estanterías de las tiendas de pescado y patatas fritas. No es nada del otro mundo: los huevos duros pelados se curan en una salmuera avinagrada, en la que se dejan reposar, y el escabeche conserva los huevos durante varios meses. Salado, sencillo y satisfactorio. Como los típicos pepinillos que comemos en España, pero con huevo en vez de pepinillo.
8. Bread and dripping (pan y goteo)
El goteo es la grasa que se desprende al asar la carne de vacuno. La idea de comer grasa de cocinar como tentempié, untada en tostadas y espolvoreada con sal y pimienta, se hizo popular entre la clase trabajadora en el siglo XX. Otra variante de esta idea es el mucky fat, una salsa espesa y espesa que se hace con los jugos de la carne que quedan en la sartén de asar, y que a menudo se utiliza para cocinar patatas asadas o para hacer bocadillos conocidos como mucky fat butties.
7. Laverbread
Aunque parezca mentira, no hay pan en este manjar galés, que también se conoce como "caviar galés". Se trata de una pasta verde oscura hecha de algas cocidas que se consume desde el siglo XVII. Con un sabor salado característico debido a su contenido en yodo (algunos comparan su sabor con el de las aceitunas o las ostras), se suele rebozar en harina de avena y freír o servir con tocino y berberechos como parte esencial del desayuno galés.
6. Frog legs (ancas de rana)
En 2013 un grupo de arqueólogos descubrió huesos de rana cocidos durante la excavación de un antiguo yacimiento cerca de Stonehenge (Inglaterra). Estos hallazgos sugirieron que los británicos probablemente ya comían ancas de rana en el año 7596 a.C., mucho antes de que se conociera la primera documentación de que los franceses se dieran un festín con ellas. ¿Es este plato más británico que francés?
5. Stargazy pie (tarta Stargazy)
La tarta Stargazy se distingue de todas las demás tartas por las cabezas de pescado (normalmente sardinas o arenques) que sobresalen de la tapa de hojaldre, como si miraran al cielo. Los orígenes de la tarta (que lleva un relleno cremoso de huevo, beicon y patatas) se remontan al pueblo pesquero de Mousehole, en Cornualles, Inglaterra.
Cuenta la leyenda que, cuando el pueblo estaba escaso de alimentos debido a las tormentas invernales, un valiente pescador llamado Tom Bawcock se hizo a la mar y regresó con un gran botín que rápidamente se convirtió en una enorme tarta. Su valentía se celebra cada año el 23 de diciembre -la víspera de Tom Bawcock- con, lo has adivinado, tartas Stargazy en abundancia.
4. Haggis
Escocia es responsable de algunas de las comidas más extravagantes de Gran Bretaña, tal y como demuestra la existencia del haggis. Este plato nacional se elabora tradicionalmente con desplume de oveja (corazón, hígado y pulmones picados), que se combina con avena, cebollas, sebo y especias, y se cuece en el estómago de una oveja. Servido con neeps y tatties (puré de nabos y patatas), es una parte esencial de las celebraciones de la Noche de Burns (una festividad típica escocesa), cuando el propio haggis recibe una serenata con el famoso poema de Robert Burns, Address to a Haggis.
3. Ham in aspic (jamón en aspic)
Sinónimo de la cocina de Fanny Cradock, el áspic es una sabrosa gelatina que se hace cociendo lentamente la carne para producir una gelatina natural que se espesa al enfriarse, y puede utilizarse para envolver y conservar ingredientes fríos. Ninguna cena elegante de los años 50 se habría considerado completa sin un imponente centro de mesa con carne, marisco, verduras o huevos duros intrincadamente presentados en una capa transparente de áspic. Pero el áspic se remonta a mucho antes; uno de los primeros libros de cocina árabe menciona un áspic llamado qaris, hecho hirviendo cabezas de pescado con vinagre, perejil, cebollas y aromas.
2. Jellied eels (anguilas en gelatina)
Aunque ciertamente no son tan populares como en la época victoriana -cuando el río Támesis rebosaba de este pescado, y las anguilas cocidas y enfriadas en su propio caldo gelatinoso eran un plato muy típico (y económico) de la ciudad-, todavía hay un lugar para este aperitivo en el corazón de muchos londinenses. De hecho, sería negligente visitar una tienda de tartas y puré del East End londinense sin probar un plato lleno de tartas, puré de patatas y anguilas gelatinizadas.
1. Poisonous purple pears (peras moradas venenosas)
En la época georgiana, una receta publicada en The Art of Cookery Made Plain and Simple (El arte de cocinar simple y sencillo) de Hannah Glasse causó un gran impacto, y no por los motivos previstos. Se indicaba a la cocinera que pelara y cortara en cuartos las peras y las guisara con clavo, piel de limón, azúcar y vino tinto en una fuente de peltre; la idea era que el ácido de las peras reaccionara con el plomo de la fuente y volviera las peras de un atractivo tono púrpura. Sin embargo, el color tenía un precio: una vez infusionada, la fruta se volvía venenosa y, en algunos casos, mortal para los comensales.
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