Hay cafeterías pequeñas y sencillas, mientras que otras son elegantes y glamurosas. Los locales de nuestra lista rebosan de eso último, con una decoración opulenta, a la altura de sus deliciosos pasteles y su fina vajilla.

Te acompañamos por un recorrido por las cafeterías y los salones de té históricos más bonitos del mundo, donde cada taza viene acompañada de una porción de pasado.

Descubre las cafeterías y los salones de té que deberías ver al menos una vez. ¿Cuántos te quedan aún por visitar?

Nuestra clasificación se basa en las opiniones de nuestro equipo, muy viajero (y muy sibarita). La lista es inevitablemente subjetiva.

Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.

Uno de los locales de la pequeña cadena Groundwork en Los Ángeles se encuentra en la histórica estación de tren de North Hollywood, que ha sido cuidadosamente restaurada y convertida en un pequeño espacio luminoso y hermoso.

La estación fue construida a principios de la década de 1890 y es un edificio histórico registrado en el estado. Groundwork ha conservado la mayoría de sus características originales, incluyendo los elementos de hierro y latón del techo y las ventanas.

La compañía de té irlandesa Bewley's lleva en funcionamiento desde 1840. Sin embargo, esta legendaria cafetería de Grafton Street se fundó en 1927.

La cafetería, que es prácticamente un punto de referencia en Dublín, reabrió sus puertas en 2017 tras una importante remodelación, que incluyó la restauración de su fachada y sus llamativas ventanas, diseñadas por el famoso artista irlandés de vidrieras Harry Clarke.

Hay una gran variedad de tartas y pasteles para disfrutar con una bebida caliente. La especialidad de la casa es la tarta Mary, de forma cuadrada, rellena de fondant de chocolate y cubierta con una fina capa de mazapán.

Escondido en un edificio del siglo XVIII en el corazón del casco antiguo de Rye, en Inglaterra, The Apothecary es un local muy acogedor.

Los comensales se sientan en mesas situadas entre estanterías llenas de libros y muebles de madera oscura, mientras que el menú rinde homenaje a la comida británica tradicional con platos típicos para la hora del té, como el Welsh rarebit, la quiche y pasteles recién horneados.

La encantadora cafetería Buchwald de Berlín fue fundada en 1852. Es conocida por su baumkuchen (o tarta árbol), un pastel de capas que se cocina en un asador sobre fuego abierto antes de recubrirlo con una fina capa de mermelada de albaricoque, azúcar o chocolate. Es solo uno de los aproximadamente 50 pasteles que ofrece esta panadería y cafetería atemporal, que también sirve pralinés y helados.

Y si te gusta disfrutar de un buen café…

La compañía Balzac's Coffee Roasters tiene varias cafeterías excelentes en Ontario, aunque la sucursal realmente impresionante es la del Distillery District.

Ubicada en una antigua estación de bombeo que data de 1895, se ha transformado en una gran cafetería de estilo parisino, con una enorme lámpara de araña de estilo vodevil con candelabros. La cafetería, con asientos en el entresuelo, es conocida por su excelente café, sus pasteles y por ser un lugar ideal para observar a la gente.

El Fishawy es el lugar definitivo para experimentar la auténtica cultura cafetera egipcia. Escondido en un callejón del bullicioso mercado Khan el-Khalili de El Cairo, puede ser ruidoso y estrecho, pero eso hace que tenga mucho encanto.

Abierto desde la década de 1770, se cree que es la cafetería más antigua de la ciudad. Aunque es muy popular entre los turistas, también tiene a vendedores ambulantes y compradores locales entre sus clientes, que se detienen para recargar energías con una fragante taza de té a la menta.

Con una historia que abarca más de ocho siglos, el salón de té Tsuen es uno de los monumentos culturales más famosos de Japón. Se cree que es la casa de té más antigua del mundo en funcionamiento continuo, ya que se fundó en 1160, durante el periodo Heian.

Ubicado en una casa tradicional machiya, este salón de té exhibe jarras de té japonesas tradicionales, estatuas de madera tallada y una selección de tés cuidadosamente seleccionados.

Acomódate con un té verde recién hecho y saborea los siglos de historia que te rodean.

A Brasileira, toda una institución en Lisboa desde principios del siglo XX, es una auténtica delicia para los amantes del art déco. Abrió sus puertas en 1905, en una antigua camisería, y al principio atrajo a artistas, intelectuales y escritores con tazas de café gratis.

Esta lujosa cafetería es famosa por ser el primer lugar en vender bica, similar al espresso, y por ser un lugar de encuentro para los revolucionarios. También cuenta con una fabulosa terraza perfecta para observar a la gente.

Fundado en 1921, el Café Hafa se ha convertido en una institución de Tánger. Es el lugar perfecto para relajarse con una taza de té de menta fresca.

Sus terrazas al aire libre descienden en cascada por la ladera, ofreciendo unas vistas panorámicas del mar, con España visible en días claros. Con mesas con mosaicos, el café tiene un encanto atemporal que realza la belleza de su impresionante entorno.

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Techos curvos, paredes con azulejos de colores, increíbles obras de arte y vidrieras son solo algunos de los detalles que hacen que el Café De Tacuba de Ciudad de México sea tan mágico.

Este impresionante café-restaurante abrió sus puertas en 1912 y, más de un siglo después, sigue atrayendo a multitudes con su hermosa arquitectura y su excelente comida.

Es el lugar perfecto para tomar un café tranquilamente, disfrutar de la auténtica comida mexicana y empaparse del ambiente. Si tienes suerte, puede que haya un grupo de mariachis tocando en directo.

El Café Pierre Loti es una cafetería con muy buenas vistas que lleva el nombre del oficial naval y novelista francés que admiró el mismo panorama impresionante en 1876. Se encuentra un poco alejado del centro de la ciudad, pero el viaje vale la pena.

La encantadora terraza tiene vistas al Cuerno de Oro, mientras que el interior de la cafetería sigue siendo agradablemente tradicional, con pequeñas mesas y techos de madera oscura. Destaca en el menú el gözleme, un delicioso pan plano relleno.

Considerada la cafetería más antigua de Suiza, la Confiserie Schiesser fue fundada en 1870 y ha sido regentada por la misma familia durante cinco generaciones.

El establecimiento alberga una tentadora variedad de chocolates y dulces, una panadería y un salón de té con una preciosa decoración. El salón de té cuenta con llamativos detalles arquitectónicos, como techos altos y cálidos detalles en madera, y sirve una deliciosa variedad de dulces y salados.

El Café Gerbeaud lleva deleitando a sus clientes desde 1858 y ocupa su prestigioso lugar en la plaza Vörösmarty de Budapest desde 1870. En su interior, las cortinas de terciopelo rojo y los techos altos están iluminados por centelleantes lámparas de araña, lo que crea una atmósfera atemporal.

Los postres son igualmente exquisitos. No te pierdas la torta Dobos, un bizcocho de capas relleno de crema de chocolate y coronado con una delicada cobertura de caramelo.

Flotando sobre un estanque en el jardín Yu de Shanghái, la casa de té Huxinting es realmente un espectáculo para la vista. El edificio data de 1855 y su arquitectura tradicional, con tallas chinas y ventanas con vistas al agua, es impresionante.

Su interior cuenta con detalles en madera oscura, vigas y acogedoras zonas de descanso, perfectas para degustar tés chinos y comer deliciosos dim sum.

Y ahora, viajemos hasta una de las ciudades más bonitas de Europa. ¿Adivinas cuál?

Praga alberga numerosos cafés fabulosos de antes de la guerra. El Imperial es uno de los más bonitos. Esta joya del Art Nouveau data de 1914 y aún conserva sus ornamentadas decoraciones, con columnas de inspiración morisca y paredes cubiertas de azulejos de cerámica.

El lugar es famoso por sus pasteles decorados a mano. El llamado Imperial, elaborado con dátiles, es imprescindible. El local también sirve ensaladas, sándwiches, sopas y platos más sustanciosos, como salmón salvaje y tartar de ternera.

Bettys fue fundado por un pastelero suizo en 1919. Aunque se ha expandido hasta convertirse en una pequeña cadena de Yorkshire con una tienda online, su local insignia en Harrogate es el verdadero atractivo, con su encanto antiguo y sus impecables pasteles.

El té de la tarde se sirvió aquí por primera vez a finales de los años veinte y sigue siendo uno de los favoritos. Otra delicia que no te puedes perder es el fat rascal, el scone característico de Bettys, esponjoso y con un intenso sabor a fruta.

Cruzar el umbral del Café Tortoni de Buenos Aires, fundado en 1858, es como entrar directamente en una cafetería parisina. Es un guiño a su fundador, un inmigrante francés, y a las cafeterías de la capital francesa que lo inspiraron

 A lo largo de los años, ha recibido a innumerables visitantes ilustres, entre ellos el escritor Jorge Luis Borges, cuya escultura aún ocupa su mesa habitual. Hoy en día, el café es famoso por su rico chocolate caliente, sus crujientes churros y sus íntimas actuaciones de tango por la noche.

Entre los muchos cafés históricos de París, pocos son tan famosos como Angélina, en la Rue de Rivoli. Inaugurada en 1903, la pastelería contaba con Coco Chanel entre sus clientes habituales. Los comensales aún pueden solicitar su mesa favorita, la número 45.

El local es famoso por su chocolate caliente aterciopelado, servido con una generosa ración de nata montada, y por su postre estrella, el Mont Blanc, un rico dulce elaborado con merengue, crema de castañas y nata montada.

La cafetería, chocolatería y pastelería Baratti & Milano, fundada en 1858, es un claro ejemplo de elegancia. Su entorno, con espectaculares lámparas de araña y mostradores que exhiben sus impecables dulces artesanales, complementa a la perfección los caprichos decadentes, como el chocolate caliente espeso y agridulce.

La empresa también es conocida por sus gianduiotti: bombones de avellana envueltos individualmente.

¿Te apetece comer un poco de historia? ¡Sigue leyendo!

Escondido en una de las calles empedradas de Bath, el encantador salón de té Sally Lunn's es un establecimiento que se remonta a 1482. Fue aquí donde la panadera Sally creó el famoso bollo de Bath a finales del siglo XVII. Su cocina original forma parte ahora de un museo situado en el mismo salón.

Hoy en día, los bollos siguen siendo la atracción estrella, horneados según la receta original. Tienen una textura distintiva y un sabor que se encuentra entre el brioche y el panecillo de hamburguesa.

Situado en los terrenos de la Casa Vaucluse, del siglo XIX, este restaurante y salón de té ofrece un tranquilo refugio en el centro de Sídney. Lo que hace que este lugar sea tan especial es su entorno, con fuentes y una exuberante vegetación que parece irrumpir a través de las ventanas.

También hay mesas al aire libre, para que los clientes puedan disfrutar de un almuerzo tranquilo o de un delicioso té rodeados de flora y aves autóctonas.

Fundado en 1897, Els Quatre Gats es uno de los cafés más emblemáticos e históricos de Barcelona. En su día, corazón del movimiento modernista, acogió a innumerables artistas, entre ellos un joven Picasso, que celebró aquí su primera exposición individual.

Hoy, los visitantes pueden sumergirse en su pasado histórico mientras admiran su vibrante interior (con paredes de color amarillo soleado, elegantes arcos y llamativas obras de arte) con un café con leche en la mano.

La cafetería más antigua de Roma, Antico Caffè Greco, abrió sus puertas en 1760 y desde entonces ha recibido a un extraordinario elenco de visitantes, desde Casanova y Charles Dickens hasta Buffalo Bill, que llegó con su troupe de vaqueros en 1890.

Actualmente, la cafetería sigue desprendiendo un aire de elegancia señorial, con camareros con pajarita y delantales impecables. Para cualquiera que explore la Ciudad Eterna, sigue siendo un destino en el que vale la pena detenerse.

El Caffé Florian, uno de los cafés más antiguos del mundo, lleva deleitando a los visitantes con café y dulces desde 1720. Situada en el corazón de la bulliciosa plaza de San Marcos de Venecia, la cafetería sirvió como hospital improvisado durante las revoluciones de 1848.

Era famosa por ser frecuentada por el legendario Casanova, en parte porque admitía a mujeres, algo poco habitual en el siglo XVIII. Hoy en día, sigue siendo magníficamente opulenta, con asientos de terciopelo rojo, techos con frescos y espejos dorados.

¿Tienes planeado visitar Ámsterdam pronto? ¡No te pierdas el siguiente lugar!

El Café Américain, ubicado en el Clayton Amsterdam American Hotel, es uno de los cafés más magníficos de los Países Bajos. En los años cincuenta, fue un animado lugar de reunión para los artistas de la ciudad, y hoy en día sigue siendo una visita obligada para cualquiera que explore Ámsterdam.

Su deslumbrante interior art déco es motivo suficiente para hacer una parada, con pilares arqueados, vidrieras y una barra redonda de mármol en el centro. Para disfrutar de una experiencia verdaderamente placentera, reserva hora para tomar el té de la tarde, que incluye delicados sándwiches, bollos recién horneados e irresistibles dulces.

Inaugurada en 1890 como posada y hostal, la Chocolatería San Ginés se reinventó rápidamente. En 1894 ya era famosa por sus churros dorados y crujientes servidos con un lujoso chocolate caliente espeso.

Hoy en día, su ubicación original abarca dos plantas, decoradas con detalles en verde intenso, mesas de mármol blanco y una clásica barra de azulejos. Para disfrutar de la experiencia completa, ve temprano para tomar un delicioso y abundante desayuno.

La cafetería más antigua de Austria, el bonito Café Tomaselli, adornado con flores, se remonta a principios del siglo XVIII, cuando se concedió una licencia para vender chocolate, té y café al francés Johann Fontaine

 La cafetería, situada en el corazón del casco antiguo, se trasladó a su ubicación actual en Alter Markt en 1764. Desde 1852, está regentada por la familia Tomaselli. Todavía sirve el perfecto pastel de chocolate vienés y el erdbeerschüsserl, un bizcocho relleno de mermelada, fruta, chocolate y nata.

Fundado en 1860, el Gran Caffè Gambrinus deslumbra con sus lujosos interiores y su arquitectura de época, desde sus ornamentadas obras de arte y estatuas hasta sus brillantes candelabros.

Al igual que muchos cafés históricos europeos, ha acogido a escritores e intelectuales famosos, como Oscar Wilde y Ernest Hemingway. Hoy en día, sigue siendo un destino glamuroso, perfecto para saborear ricos cafés, cremosos helados y exquisitos pasteles.

Entramos ahora al top 10 de cafeterías y salones de té del mundo.

El Café de Flore, que data de alrededor de 1887, ha sido durante mucho tiempo un famoso lugar de encuentro para iconos culturales, atrayendo a todo el mundo, desde André Breton, Simone de Beauvoir y Ernest Hemingway hasta F. Scott Fitzgerald, Brigitte Bardot, Kate Moss y Karl Lagerfeld.

Su interior atemporal, con paredes revestidas de madera, suelos de baldosas y banquetas de cuero marrón claro, complementa a la perfección una carta con los platos favoritos de siempre de los bistros, como la clásica sopa de cebolla francesa.

Luminosa y espaciosa, esta cafetería y pastelería no tiene la opulencia de otros locales de la lista, pero los detalles de época (grandes arcos, cristales grabados, un mostrador de pastelería curvo y llamativos azulejos azules y blancos) se combinan para crear una belleza que casi rivaliza con sus dulces delicias.

Fundada en 1837, Pastéis de Belém es famosa por sus pasteles rellenos de crema (de ahí su nombre) y es el único lugar que tiene la receta original del Monasterio de los Jerónimos.

Ubicado en el antiguo edificio del Royal Bank of Canada, Crew Collective & Café es ahora una cafetería y un centro de coworking, pero conserva su grandeza original. Construido en los años veinte, el espacio deslumbra con sus techos abovedados, columnas de mármol, candelabros ornamentados y azulejos intrincados.

Hoy en día, no solo es un lugar para tomar café o trabajar con estilo, sino que también es un lugar muy solicitado para eventos especiales, desde reuniones privadas hasta bodas.

La Confeitaria Colombo, abierta desde 1894, es un elegante lugar en Río para tomar un café y un pastel de nata (tarta de crema portuguesa). El interior de la cafetería es absolutamente lujoso, con enormes espejos brocados, intrincadas vidrieras y una bonita cúpula de color jade. Hay otros locales, como los de Copacabana e Ipanema, aunque no son tan opulentos.

El hermoso edificio que ahora alberga este gran café-restaurante fue construido en 1921 como una prestigiosa sala de exposición de automóviles, con columnas de mármol y arcos con detalles inspirados en Venecia y Florencia.

Conserva estos detalles glamurosos, pero ahora ofrece brillantes desayunos, almuerzos para disfrutar sin prisas y los tés de la tarde más deliciosos. Este último es todo un acontecimiento en The Wolseley, con delicados sándwiches, bonitos pasteles, scones perfectos y teteras de té.

Fundado a finales de los años veinte por miembros del Ballet Imperial Ruso, The Russian Tea Room ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo del último siglo. Hoy en día, sigue siendo tan brillante, glamuroso y maravillosamente exagerado como siempre.

La gente acude aquí para disfrutar de un té de la tarde muy especial con blinis y caviar, servido en uno de los entornos más suntuosos de la ciudad.

Y para tomar una de las tartas de manzana más deliciosas de Europa...

A lo largo de los años, el Café Central ha recibido a clientes famosos como Sigmund Freud y León Trotsky. Fundada en 1876, sigue siendo la cafetería más grandiosa de Viena y uno de los mejores lugares de la ciudad para degustar pasteles, desde los tradicionales strudels de manzana hasta sus famosas tartas.

La música de piano en directo contribuye al ambiente elegante y completa la experiencia por excelencia de una cafetería vienesa.

El Café Majestic, que data de 1921, es una joya de la Belle Époque con paredes revestidas de espejos y opulentos elementos de época. La gente suele venir aquí para disfrutar del ambiente encantador y elegante con un café, más que por la comida.

Sin embargo, hay algunas opciones sabrosas si buscas algo más sustancioso. Prueba platos como el enorme sándwich Francesinha, relleno de carne, queso y salsa especial, y las tostadas francesas, que se sirven con frutos secos.

Tan parisino como los pequeños bares de jazz y los tranquilos paseos por el Sena, el legendario Café de la Paix lleva desde 1862 sirviendo platos clásicos de cafetería con un aire de elegancia.

El establecimiento está situado en los prestigiosos Grands Boulevards y frente a la Ópera Garnier, lo que significa que disfrutar del desayuno, el almuerzo, la cena o incluso solo un espresso aquí es siempre una experiencia memorable.

Entre las personalidades que han honrado su elegante interior con columnas se encuentran los escritores Oscar Wilde y Émile Zola.

Sin duda uno de los cafés más bonitos del mundo, el New York Café es una obra maestra de estilo renacentista italiano. Inaugurado en 1894, era muy popular entre escritores e intelectuales. De hecho, en la galería superior se editaban periódicos.

Cayó en desuso tras la Segunda Guerra Mundial y funcionó con el nombre de Hungária desde los años cincuenta. En 2006, recuperó su antigua opulencia y su nombre original. Ahora es una visita obligada para cualquiera que explore Budapest.

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