Más grande no siempre significa mejor, y estos pequeños restaurantes lo demuestran con creces. Desde locales escondidos en callejones hasta el restaurante más íntimo del mundo —con una sola mesa para dos comensales—, estos espacios son diminutos en tamaño, pero enormes en sabor. Aquí te presentamos algunos de los restaurantes más pequeños e increíbles del planeta.

Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir los mejores restaurantes diminutos del mundo, en una cuenta atrás hasta el más pequeño de todos.

Esta clasificación tiene en cuenta el tamaño del local, las valoraciones reales de los usuarios, premios y reconocimientos, así como la experiencia directa de nuestro equipo. Además, se revisa y actualiza periódicamente.

Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.

Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveFOOD.

El Papagayo tiene capacidad para 36 comensales, aunque solo mide 2 metros de ancho por 32 de largo. Con una pared de hormigón a un lado y ladrillo visto al otro, el restaurante está básicamente encajado en un estrecho callejón entre dos edificios.

Su propuesta gira en torno a la cocina mediterránea con un toque argentino y desde su diminuta cocina salen platos espectaculares preparados a la brasa y en horno de leña. Es considerado uno de los mejores restaurantes de Córdoba.

Robbie y Sophie McCauley abrieron Homestead Cottage en 2023 y, en 2024, el restaurante recibió su primera estrella Michelin. Este acogedor restaurante de 35 plazas se encuentra en una casa de campo irlandesa de 200 años de antigüedad y, según los críticos, se parece más a un pub acogedor que a un restaurante de estrella Michelin.

Aun así, su cocina de temporada, basada en ingredientes locales, es excepcional y bien merece el viaje hasta este rincón remoto.

Al Cooperstown Diner le gusta presumir de ser tan pequeño que solo tiene media dirección: 136 1/2 Main St. Y lo cierto es que apenas caben 26 comensales (muy justos), pero lo compensa con raciones gigantes.

Su plato más popular es la hamburguesa jumbo de media libra, aunque los más hambrientos pueden atreverse con uno de sus perritos calientes de 30 centímetros.

Un grupo relativamente amplio de 24 personas puede darse un capricho en el restaurante AM de Alexandre Mazzia, situado discretamente en una tranquila calle residencial. La mesa más codiciada es la de dos plazas en la barra, desde donde se puede contemplar toda la magia que ocurre en la cocina. Y no es para menos: el restaurante AM cuenta con tres estrellas Michelin gracias a su cocina exquisita y a un servicio impecable.

Mercado durante el día y restaurante por la noche, Talula's Table tiene capacidad para un máximo de 20 comensales repartidos en solo dos mesas. La mesa Farm Table acoge entre ocho y doce personas, mientras que la Nook Table está pensada para grupos de entre cuatro y ocho.

La única forma de cenar aquí es a través de su menú degustación de ocho platos de temporada, que incluye queso, café y postre. Puedes llevar tu propia bebida o elegir un maridaje sugerido por la casa.

Upstairs Pancake House lleva la cocina casera a otro nivel. Este restaurante, con solo cuatro mesas, está encajado en la primera planta de una casa tradicional neerlandesa en Ámsterdam. Tras subir una empinada y estrecha escalera, te espera un comedor de lo más peculiar, decorado con un centenar de teteras colgantes y cuadros antiguos de la ciudad.

La comida es tan reconfortante como el ambiente: tortitas dulces con manzana, canela y azúcar o versiones saladas con ragú de pollo. Solo 18 comensales pueden disfrutar de sus platos al mismo tiempo.  

En 2014, el chef Raita Noda abrió un pequeño restaurante de solo ocho plazas llamado Raita Noda Chef’s Kitchen, en Surry Hills, Sídney. Sin embargo, el local cerró diez años después.
En 2025, Noda inauguró el que ahora parece un gigante en comparación: R by Raita Noda, con capacidad para 15 comensales.

El concepto se mantiene: los clientes se sientan alrededor de una barra para disfrutar de alta cocina japonesa mientras observan en directo el trabajo de los maestros chefs.

Restormel Kitchen, en Cornualles, es un restaurante pequeño, pero con una propuesta culinaria impecable. Su objetivo es ofrecer una experiencia gastronómica relajada basada en los mejores productos locales, así que no es raro encontrar mariscos deliciosos entre sus platos de temporada.

Lo mejor es su ubicación: un acogedor comedor dentro de una casa adosada con más de 400 años de historia. El local tiene capacidad para 14 comensales en total, aunque también ofrece una gran mesa para grupos de 10 u 11 personas.

El concepto de Evelyn’s Table se resume en tres cifras: 12 plazas, cinco platos y tres chefs. El jefe de cocina, Seamus Sam, se labró su prestigio en restaurantes con estrella Michelin antes de trasladarse a este íntimo local, donde obtuvo su propia estrella en 2023. El restaurante ofrece dos turnos de cena cada noche y servicio de almuerzo los sábados.

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Ubicado en un antiguo gallinero, Mr. Pollo es un restaurante como ningún otro. Con espacio para solo 12 comensales, el local está gestionado por dos chefs que sirven un menú degustación de cuatro platos.

Y aunque el espacio es reducido —con cocina y comedor compartiendo apenas unos metros—, la comida es excepcional, especialmente las arepas rellenas de pollo. Estas crujientes tortas sudamericanas son un clásico del menú, que también puede incluir platos como ensalada de melocotón, atún a la plancha y generosas bolas de helado como postre.

Mitad restaurante, mitad experiencia visual: este exclusivo local solo admite una docena de comensales por noche. Sublimotion, ubicado en el Hard Rock Hotel de Ibiza, combina proyecciones inmersivas con una exquisita cena de 20 platos.

Durante tres horas, los comensales viajan a mundos submarinos, al espacio exterior o a un circo, mientras disfrutan de la cocina del chef Paco Roncero, que incluye creaciones como gambas al ajillo desestructuradas o un huerto con “tierra” comestible. Las plazas para esta experiencia única suelen agotarse con varios meses de antelación.

Todo en Kebab Queen está pensado para romper con la idea tradicional de lo que debe ser la alta cocina. La diferencia más evidente con respecto a otros restaurantes gastronómicos es que no hay platos y apenas se utilizan cubiertos.

Kebab Queen reinventa clásicos de la cocina turca —como el mundialmente conocido kebab— y los eleva gracias al talento y la experiencia de su equipo. Solo diez comensales pueden disfrutar de esta experiencia culinaria a la vez.

Una barra con solo 10 asientos recibe a los comensales en el elegante Le Comptoir, en el estado de California. El chef Gary Menes, galardonado con una estrella Michelin, elabora un refinado menú degustación de ocho platos centrado en las verduras, con productos de temporada procedentes del propio huerto del restaurante.

Y aunque estamos ante un restaurante de alta cocina, el chef evita los manteles blancos y la cubertería excesiva: cenar aquí es una experiencia íntima y personal.

Este diminuto restaurante de 10 plazas, todo un clásico de la ciudad de Roanoke desde los años 30, atrae a multitudes con sus hamburguesas, perritos calientes y sándwiches de huevo. Y lo hace a pesar de las largas colas de clientes hambrientos que se forman debido al reducido tamaño del Texas Tavern.

El local incluso se ríe de sí mismo con un cartel que afirma que tiene capacidad para “1.000 personas… 10 cada vez”. Algunos clientes lo visitan con tanta frecuencia que son capaces de pedir utilizando la jerga propia de los cocineros.

Solo hay una mesa en Mesa 1, en México, y una única sesión por noche. Este restaurante exclusivo se encuentra dentro del complejo turístico W Punta de Mita y ofrece un menú degustación personalizado de siete platos para un máximo de 10 personas. Los afortunados que consigan reservar disfrutarán de una cena mágica bajo las estrellas.

La mesa, situada en el centro de un lago, solo es accesible a través de unos peldaños que se hunden en el agua, creando la ilusión de que la plataforma flota.

En un lugar secreto de la ciudad más grande de China se esconde este restaurante conceptual que solo atiende a 10 comensales por noche. Ultraviolet, en Shanghái, ofrece un menú degustación de 20 platos acompañado de un espectacular despliegue de luces y proyecciones que transporta a los comensales entre mundos y narra una historia a través de cada plato.

La experiencia gastronómica, inmersiva y multisensorial, ideada por el chef Paul Pairet, ha sido reconocida con tres estrellas Michelin.

É by José Andrés, un pequeño y exclusivo restaurante dentro de otro restaurante, es como una versión gastronómica de Charlie y la fábrica de chocolate. De hecho, dicen que solo se puede entrar si tienes un “billete dorado”. La mesa del chef, con capacidad para nueve comensales, ofrece cocina española de vanguardia y se encuentra tras una puerta secreta. Hay dos turnos por noche… siempre y cuando consigas una reserva.

Literalmente escondido tras una puerta secreta en un local de tacos, Hiden sirve un menú omakase de alta gama, lo que significa que los comensales reciben lo que el chef decide cocinar ese día. Con espacio para solo ocho personas, este restaurante íntimo importa pescado fresco de Japón dos veces por semana y los clientes pueden ver cómo se prepara su comida justo delante de ellos.

El chef Chris Restapo está al frente de este pequeño pero potente restaurante de ocho plazas en Brixton, donde se sirve uno de los mejores omakase de Londres. Todos los comensales pagan un precio único de 205 dólares (unos 170 euros) y comparten un menú de 18 platos que cambia constantemente según los productos que el restaurante consigue cada semana. No es fácil conseguir mesa, pero siempre merece la pena el esfuerzo.

Este restaurante japonés, ubicado en un antiguo almacén de Ciudad Ho Chi Minh, destaca no solo por su cocina, sino también por su singular entorno. En la planta baja hay una barra tradicional de izakaya, un tipo de taberna japonesa informal donde se sirven platos para compartir.

Sin embargo, el comedor de la primera planta no supera los 3,7 metros cuadrados. La sala (en la imagen) cuenta con una única mesa situada frente a una fachada acristalada con vistas directas a la calle. Existen salones privados más amplios que se pueden reservar, pero es este acogedor comedor el que lo convierte en uno de los más pequeños de nuestra lista.

Considerado uno de los restaurantes más difíciles de reservar de Londres, el diminuto Sushi Tetsu, con solo siete asientos, se esconde tras una puerta discreta en un pasaje del centro de la ciudad. Este bar de sushi, uno de los más pequeños de Londres, no tiene página web ni redes sociales, y como es habitual, solo acepta reservas por teléfono. Pero el esfuerzo merece la pena: quienes logran conseguir mesa quedan encantados con la comida y la experiencia.

Aunque quizá se acerque más a un local de comida rápida que a un restaurante, este icónico establecimiento de Pensilvania no puede pasarse por alto. Con un nombre muy apropiado —The Squeeze-In, que se podría traducir como “El Apretujón”—, sirve algunos de los mejores perritos calientes del estado en un espacio tan reducido que los clientes tienen que apretujarse, literalmente, para entrar.

Una vez dentro, te espera una generosa selección de perritos: desde cubanos y reubens, hasta el Squeeze Dog, la estrella de la casa, con salsa, cebolla, chile dulce y picante, chucrut y alubias cocidas. Normalmente, solo se permite la entrada a cinco personas a la vez, aunque también se puede pedir para llevar.

Este restaurante afirma ser el más pequeño del mundo… ¡aunque no es el único que lo dice! Pegelhäuschen se encuentra en una casa reconstruida que antiguamente servía para medir el nivel del agua, justo encima del río Elba, en Hamburgo.

Ofrece cenas privadas para dos o cuatro personas y sirve un menú de cuatro platos con bebidas incluidas, todo ello con unas vistas inmejorables del río. El restaurante forma parte del histórico hotel Zollenspieker Fährhaus, que cuenta con otros tres restaurantes.

Como su nombre indica —“solo para dos”—, este restaurante tiene una única mesa para dos personas. Está ubicado en un edificio del siglo XIX y los comensales llegan a través de un sendero iluminado con velas antes de tomar un aperitivo en el jardín.

La cocina es italiana, varía según la temporada y la cena se sirve en un comedor muy romántico junto a la chimenea. Eso sí, una experiencia tan exclusiva no sale barata: los clientes pueden personalizar el menú, la música e incluso las flores.

Es fácil pensar que Indo Java no es más que una tienda de comestibles indonesia en una calle bulliciosa de Queens. Pero si vienes un martes, quizá tengas la suerte de conseguir la única mesa para dos de su famoso pop-up Warung Selasa.

La mesa, de un amarillo llamativo, y las sillas plegables negras están apretujadas entre un congelador y una pared repleta de fideos instantáneos. Solo se sirve un plato diferente cada día. Este diminuto restaurante ha recibido elogios del New York Times, uno de los diarios más prestigiosos de Estados Unidos.

El espacio de este insólito lugar —considerado el restaurante más pequeño del mundo— puede ser diminuto, pero los afortunados que logran reservar mesa disfrutan de la cocina tradicional y atemporal de Finlandia. El menú incluye platos como pescado local a la parrilla o “pan del cazador”, un pan frito servido con salsa de setas.

Este encantador restaurante a orillas del lago se encuentra en Iisalmi, Finlandia, y es una extensión del restaurante vecino, Olutmestari. Kuappi, que en finés significa “armario”, solo tiene espacio para una mesa para dos personas… y un empleado.

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Última actualización por Luke Paton.