Recetas retro del mundo que NUNCA debieron existir: Los 20 sándwiches más desagradables de la historia
Sándwiches que no deberías probar jamás
El sándwich es una comida que ofrece infinitas posibilidades, tantas que en algunos casos los rellenos y acompañamientos elegidos pueden ser más que cuestionables.
A lo largo de la historia, se han hecho recetas realmente horribles, ya sea en nombre de la experimentación o tratando de aprovechar al máximo lo que se tenía en tiempos de dificultad.
Revelamos algunos de los sándwiches más asquerosos de la historia.
Sigue leyendo para ver los sándwiches que, en nuestra opinión, deberían quedarse en el pasado.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.
20. Sándwich de tomate y cebolla
No es difícil ver el atractivo de un sándwich de tomate, una opción popular en Estados Unidos. Imagina añadir algo de tomate y un poco de mayonesa en el pan. Sin duda, un aperitivo ligero y sencillo.
Sin embargo, añadir cebolla no resulta tan apetecible, sobre todo cuando el sándwich no se elabora con tomate fresco, sino con kétchup (como ocurre a veces). Puede que sea barato, pero eso es lo único que se puede decir a su favor.
19. Mettbrötchen
Este clásico alemán no ha desaparecido del todo, ya que sigue siendo un sándwich popular en algunas partes del país, especialmente en el norte. Sin embargo, hay quien opina que este sándwich abierto, relleno de carne picada cruda sazonada, no tiene cabida en los platos modernos.
Aunque hoy en día es controvertido, la versión original era habitual en las celebraciones entre los años cincuenta y setenta, cuando se le daba una forma caprichosa de erizo y se decoraba con cebolla y pepinillos.
18. Sándwich caníbal
Carne picada cruda, cebolla cruda y especias: eso es lo que conforma el relleno de este sándwich, popular en el estado estadounidense de Wisconsin. Se parece al Mettbrötchen alemán, pues lo llevaron a Estados Unidos los inmigrantes alemanes que se establecieron allí durante el siglo XIX.
Puede que el sándwich caníbal no sea del agrado de todos, pero aún no ha caído en el olvido. Muchos de los habitantes de su estado natal siguen siendo grandes fans.
17. Sándwiches con manteca de cerdo
La filosofía de no desperdiciar nada es clara en los sándwiches hechos con manteca, manteca de cerdo y otras grasas que han sido populares (y en algunos casos todavía son) en diferentes partes del mundo.
Si te sobra manteca de cerdo u otras grasas de cocinar, ¿por qué no untarlas en un poco de pan? Al fin y al cabo, ayuda a evitar el desperdicio y le da mucho sabor. Aun así, no es lo más apetecible (ni lo más saludable) que se puede poner en un sándwich.
Y si esto te ha parecido poco deseable, espera a ver el siguiente.
16. Pan de molde glaseado
Parece un pastel y está glaseado como tal, pero debajo se esconden todos los ingredientes de un sándwich. El pan y los rellenos, como jamón, pollo, huevo y ensalada, se colocaban en capas en este sándwich típico de los años cincuenta de Estados Unidos. Luego, se glaseaba con queso crema y se adornaba.
Este invento retro estadounidense puede que no resulte tan extraño para los suecos, ya que se cree que se inspiró en una smörgåstorta (tarta de sándwich) tradicional, que todavía se disfruta hoy en día en las fiestas de verano.
15. Sándwich de ciruelas pasas
Las ciruelas pasas pueden ser un buen complemento, pero su popularidad ha disminuido desde el apogeo del sándwich de ciruelas pasas en los Estados Unidos de los años cuarenta y cincuenta.
Ahora bien, los sándwiches de ciruelas pasas solían llevar también carne (como jamón), especias y condimentos. Se mezclaban todos los ingredientes para obtener una pasta pegajosa.
14. Salsas para untar en sándwich
En varios países del mundo se pueden encontrar salsas para untar en sándwiches con nombres un tanto misteriosos, elaboradas por múltiples marcas, incluida una versión de Heinz.
Su composición varía, pero suele ser una mezcla de salsa picante y verduras finamente picadas. Este tipo de salsas son cada vez menos comunes y en algunos países ni siquiera han oído hablar de ellas.
13. Sándwich “fritz and sauce”
El bung fritz, un producto cárnico procesado, es uno de los más populares de Australia Meridional y un ingrediente de sándwich que llena de nostalgia a los habitantes de la región.
Este producto le da a la salchicha un toque picante gracias al kétchup de tomate. Se suele colocar entre dos rebanadas de pan con mantequilla. A veces, se disfruta como aperitivo después de una caminata, pero se puede decir que no es el relleno de sándwich preferido por la mayoría de la gente.
12. Sándwiches de atún y queso
El atún y el queso son viejos conocidos: los sándwiches de atún fundido son un clásico por una razón. Sin embargo, esta versión de la marca Kraft de 1953, popular en Estados Unidos, es un poco más difícil entender.
Se trata de mayonesa y atún untados entre dos rebanadas de pan tostado, cubiertos con lonchas de queso y horneados hasta que se funden. Aunque no hay nada malo en los sabores, el resultado final no parece demasiado apetecible.
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11. Sándwich de chow mein
A veces, la comida fusión es una maravillosa combinación de dos o más cocinas. Otras veces, el resultado es un plato monstruoso que corre el riesgo de ofender. Que el sándwich chow mein sea lo primero o lo segundo depende de ti.
Se trata de una creación rica en carbohidratos, que lleva fideos salteados, cerdo, brotes de soja, cebolla y apio bañados en salsa y luego rellenos en un panecillo de hamburguesa. Sin duda, no es apta para los débiles de corazón.
Inventado en Massachusetts, Estados Unidos, por el inmigrante chino Frederick Wong durante la Gran Depresión, sigue siendo un aperitivo grasiento muy popular en algunas partes del país.
10. Sándwich Dagwood
Estos sándwiches de varias capas no son solo cosa de cómics y dibujos animados.
El Dagwood, que lleva el nombre del personaje de la tira cómica estadounidense Blondie, lanzada en los años treinta, apila múltiples ingredientes (como carnes, quesos y condimentos) en un solo sándwich para crear una comida ridícula y descomunal.
Aunque varios restaurantes han incluido los Dagwoods en sus menús, nunca han llegado a popularizarse como concepto general.
9. Sándwich “tongue toast”
Las vísceras se consumen en todo el mundo de muy diversas formas. Carnes como la lengua pueden tener un sabor delicioso, además de ser muy nutritivas. Sin embargo, es imprescindible prepararlas de la forma adecuada.
La idea de comer una lengua de ternera o de cerdo sobre una tostada es espeluznante. A menudo cortada en lonchas y acompañada de mostaza y cebolla, la lengua era un ingrediente muy popular en los sándwiches de Estados Unidos y Reino Unido, pero hoy en día es más probable que provoque repulsión.
8. Jamón picante con rábano picante
El jamón picante es jamón finamente picado mezclado con mayonesa y especias para obtener una pasta untable que antes se utilizaba habitualmente en sándwiches.
En su día, ya se tardaba tiempo en aprender a apreciar este sándwich, pero la adición de rábano picante hace que siga siendo muy difícil de vender. A los amantes de los sabores fuertes les encantará, pero nosotros pasamos.
7. Sándwich de piña
Los sándwiches dulces no son nada raro. El sándwich japonés de fruta, relleno de fruta fresca y nata montada, es solo un ejemplo popular. Por lo tanto, un sándwich de piña no suena demasiado extraño. El pequeño problema es que hay quien lo toma con mayonesa picante.
Esta inusual combinación de fruta y condimento se consumía a menudo en el sur de Estados Unidos, donde se untaba en pan blanco. Algunos todavía preparan sándwiches de piña, pero, afortunadamente, la mayonesa es cosa del pasado.
¿Se te ocurre nada peor? Quizás el siguiente sándwich te despeje las dudas…
6. Sándwich de jamón y plátano
Quizás no hayas oído hablar antes del sándwich de plátano y jamón con salsa neerlandesa, pero fue una popular receta en Estados Unidos en los años setenta.
Este sándwich juega con la extraña combinación de ingredientes, moliendo plátano con jamón picado y untándolo sobre pan con mantequilla. Una variación recomienta saltear rodajas finas de plátano y colocarlas sobre tostadas calientes con mantequilla y jamón picante, y luego calentar todo bajo el grill.
5. Sándwiches Souper
Un plato humeante de sopa y un sándwich constituyen una comida abundante y reconfortante. Cubrir el pan con sopa y llamarlo sándwich, como sugería la marca estadounidense Campbell's en los años cincuenta, es una receta inquietante.
Campbell's ofreció diferentes opciones de combinación, tratando de convencer a la gente de que la sopa de tomate en un sándwich de queso o la crema de apio en un sándwich de jamón podrían ser la próxima gran novedad. Sigue sin convencernos.
4. Sándwich “Fool’s Gold”
El Fool's Gold es una barra de pan entera, vaciada y rellena con mantequilla de cacahuete, mermelada y beicon. Fue un invento del Colorado Mine Company, un restaurante de Denver, en Estados Unidos.
Este sándwich es a menudo asociado con el músico Elvis Presley, pues es similar a otro sándwich que lleva el nombre del Rey del Rock and Roll con mantequilla de cacahuete, beicon y plátano.
Con más de 8.000 calorías por barra, puede alimentar hasta 10 personas. Sin duda, no parece que tenga lugar en el mundo actual, más preocupado por la salud.
3. Sándwich de pollo en gelatina
Si hay algo que sabemos de los cocineros del pasado es que les encantaba poner cosas en gelatina. Si se podía gelatinizar, se gelatinizaba, ya fuera carne, pescado, fruta o verdura.
El pollo no era una excepción y, por supuesto, una vez envuelto en gelatina de carne, era perfecto para cortarlo en lonchas y colocarlo entre dos rebanadas de pan, creando lo que sin duda era una delicia para el paladar.
Desde un punto de vista de la cocina mediterránea, nos parece terrible.
2. Sándwich tostado
Este sándwich era muy popular en la Gran Bretaña victoriana. La receta te sorprenderá. Se trata de una rebanada de pan tostado entre dos rebanadas de pan sin tostar.
El famoso chef británico Heston Blumenthal ha reavivado el interés por este sándwich, aunque le ha dado un nuevo aire, añadiéndole ensalada de tuétano, yema de huevo, mayonesa gastrique y kétchup de tomate.
1. Alubias cocidas, queso y mayonesa
Si te parece horrible la afición británica por las tostadas con alubias, quizás no estás preparado para esto.
Este sándwich apareció en un anuncio de la revista de la marca estadounidense de queso Kraft Velveeta en 1973. Se sugería que la combinación de alubias horneadas, queso y mayonesa era la comida perfecta para un picnic.
El queso Velveeta se utilizaba para cubrir las alubias frías en un panecillo, antes de adornarlos con cebolla cruda, pepinillos y mayonesa.
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