La cocina es el corazón del hogar, pero también es donde se puede acumular el desorden.

Ordenar tu cocina no tiene por qué ser intimidante: unos sencillos pasos pueden marcar una gran diferencia a la hora de crear un espacio más racionalizado en el que preparar la comida sea más fácil, encontrar lo que necesitas te lleve unos segundos y todo vuelva a encajar perfectamente en su sitio.

Desde armarios abarrotados hasta encimeras desordenadas, haz clic o desplázate para poner orden en tu cocina de una vez por todas...

Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.

Desde sobres vacíos y libros escolares hasta las especias que usaste anoche, las encimeras de la cocina siempre parecen atraer el desorden.

El primer paso es quitar todos los objetos de la encimera, limpiarla bien y volver a poner solo lo que realmente necesites y uses a diario, como un hervidor y una tostadora.

Algo bonito, como un bol de fruta o un jarrón de flores, también contribuirá a crear una sensación de calma. Los electrodomésticos más grandes, como los robots de cocina o las batidoras de pie, no necesitan estar a la vista, ya que no se utilizan con demasiada frecuencia.

Todos tenemos un cajón lleno de trastos de todo tipo, desde cargadores hasta facturas de servicios públicos que ya hemos pagado y viejas tarjetas de cumpleaños. Pero si ordenas bien tus cajones, liberarás mucho espacio para todo lo que tienes en las encimeras.

Céntrate en vaciar un cajón cada vez y dale un hogar a cada objeto. Sé implacable: si no has usado algo en un año, plantéate si realmente lo necesitas o si puedes tirarlo. Algunos objetivos fáciles son los recipientes y tapas que no combinan, los objetos rotos y los duplicados.

Puede parecer contradictorio comprar más cosas en un intento de ordenar, pero comprar organizadores de cajones puede mantener las cosas ordenadas a largo plazo.

Usa recipientes organizadores, no solo para ordenar cubiertos y utensilios, sino también para apilar otros artículos esenciales como aperitivos, botellas de agua y tablas de cortar. Agrupa los artículos que van juntos de forma natural.

No olvides medir tus cajones para que puedas comprar organizadores que se ajusten perfectamente a tu espacio, y pégalos con puntos adhesivos para que no se muevan.

Al ordenar la cocina, puede resultar tentador meterlo todo en la despensa para que la cocina parezca más ordenada, pero una despensa ordenada es igual de esencial para una experiencia culinaria perfecta.

Agrupa los artículos por tipos, como frutas y verduras, productos no perecederos y alimentos secos, y asígnale a cada uno su propia área.

Compra y etiqueta recipientes herméticos transparentes a juego para que puedas ver lo que tienes y no compres dos veces; estar organizado puede ahorrarte dinero y tiempo.

Decantar es una palabra de moda para ordenar, y la idea es que puedes deshacerte de los almacenamientos innecesarios y guardar todo, desde cereales hasta especias, en preciosos recipientes etiquetados a juego y de fácil acceso.

Puedes comprar frascos de especias preetiquetados en línea y ahorrar dinero comprando especias a granel y trasvasándolas a frascos más pequeños. Asegúrate de comprar recipientes transparentes para que puedas ver cuánto te queda y elige una marca que tenga una variedad de tamaños para que tus otros recipientes combinen.

Organizar la nevera y el congelador te ahorrará dinero al evitar el desperdicio de alimentos, además de que es más higiénico. En primer lugar, saca todo lo que tengas, limpia bien los estantes, agrupa los artículos similares y considera la posibilidad de comprar recipientes apilables etiquetados para almacenar por separado frutas, verduras, condimentos, etc. Etiqueta las bolsas de congelador o los recipientes de alimentos con una fecha para que puedas separar lo que ya no se puede consumir.

En primer lugar, saca todo lo que tengas, limpia bien los estantes, agrupa los artículos similares y considera la posibilidad de comprar recipientes apilables etiquetados para almacenar por separado frutas, verduras, condimentos, etc. Etiqueta las bolsas del congelador o los recipientes de comida con una fecha para poder llevar un registro.

Empieza por comprobar las fechas de caducidad y desechar todo lo que haya pasado su mejor momento. Combina las botellas duplicadas del mismo producto y decanta los tarros a medio usar en recipientes más pequeños para ahorrar espacio, por ejemplo, la salsa de soja (separando la oscura de la clara), los aceites vegetales o los mismos tipos de vinagre.

Guarda los condimentos que uses con frecuencia en una bandeja de fácil acceso en la nevera o en la despensa, mientras que los artículos que uses con menos frecuencia pueden ir en un área separada. Limpia las botellas pegajosas y organízalas por tipo (salsas, aceites y vinagres) para mantener todo ordenado.

En lugar de limitarte a tirar los productos de limpieza debajo del fregadero y esperar que todo salga bien, mide tu espacio e invierte en cajones extraíbles, así como en cestas o ganchos montados en el interior de la puerta.

Deja algo de espacio para un carrito de limpieza con un asa que puedas quitar y poner fácilmente. Para que todo parezca perfectamente ordenado, y ahorrar algo de dinero mientras lo haces, compra productos de limpieza a granel y luego transfiérelos a botellas y cajas transparentes, a juego y etiquetadas.

Despeja tus armarios y cajones y pon todo en orden. ¿De verdad necesitas tres batidoras, cuatro cortadores de pizza o las viejas cucharas de madera que tienes desde hace lo que parecen décadas? Decídete a quedarte solo con lo que necesitas.

Tira todo lo que esté roto u oxidado y regala lo que ya no necesites en foros comunitarios o mercados de redes sociales. Luego, planifica meticulosamente la disposición de tu bandeja de cubiertos y el almacenamiento etiquetado para asegurarte de que la próxima vez que uses una herramienta, siempre vuelva al lugar correcto.

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Gracias a la genialidad de productos como los elevadores de estantes, los estantes extraíbles y el almacenamiento vertical, puedes aprovechar al máximo el espacio de tu armario, incluso si es limitado.

Mide con cuidado y aprovecha al máximo los elevadores para guardar platos y cuencos. Coloca ganchos o cestas en la puerta interior de los armarios para guardar objetos más pequeños, como especias. Las bandejas giratorias pueden ayudar a mantener el acceso a los tarros. También puedes colgar ollas y sartenes en la pared para liberar cajones y armarios, o apilarlas de lado en un recipiente.

No hay nada como una cuidada selección de libros de cocina para que una cocina tenga un aspecto elegante y acogedor. Pero muchos de nosotros tenemos muchos más de los que queremos o necesitamos.

Saca cada uno del estante y piensa en cuáles quieres conservar, ya sea porque los usas con regularidad o porque planeas hacerlo algún día.

Hojea los que no estás seguro de conservar y toma fotografías de las recetas que te gustaría conservar o probar antes de donar o vender los libros que no quieras.

En primer lugar, haz un inventario de lo que tienes: los artículos innecesarios pueden desecharse o donarse. Los productos básicos para hornear, como el bicarbonato de sodio, la harina o el azúcar, pueden guardarse en recipientes etiquetados, y no olvides anotar la fecha de caducidad.

Almacenar las bandejas de horno verticalmente en un organizador de bandejas ahorra espacio y te ayuda a ver lo que tienes. Si horneas con regularidad, considera la posibilidad de utilizar un tablero de clavijas para colgar tazas y cucharas medidoras, o un recipiente de almacenamiento etiquetado específicamente para hornear, de modo que las herramientas estén fácilmente accesibles.

Desde la taza novedosa que compraste en tus viajes hasta los vasos que no recuerdas haber comprado y que no combinan, los recipientes para beber pueden acumularse de una manera realmente desconcertante.

Aunque no es necesario que dones todo lo que no combine, hacer una auditoría y ordenar tus tazas y vasos reducirá el desorden en los armarios y hará que todo parezca más ordenado. Intenta eliminar todo lo que esté desconchado o no combine, y guarda los juegos juntos para ahorrar tiempo en tu próxima cena.

Probablemente sea el momento de invertir en nuevos recipientes, comprar juegos que se apilen ordenadamente y cambiar el plástico por el vidrio. Los recipientes de plástico pueden deteriorarse cuando se exponen al calor, lo que puede provocar que sustancias químicas nocivas se filtren en los alimentos.

Saca todo del armario y deshazte de todo lo que no sea un juego completo, esté dañado o muy desgastado. Una vez reducido a lo esencial, ordena de mayor a menor tamaño y agrupa los recipientes cuadrados, rectangulares y redondos.

Una vez que tus encimeras estén despejadas y tus cajones organizados, querrás crear un área de preparación de alimentos optimizada.

Designa una parte de la encimera de la cocina donde prepararás la comida y asegúrate de que no haya electrodomésticos para no tener que apartar cosas cuando empieces a picar.

Cuanto menos tengas que mover, más rápida será la preparación. Asegúrate de que las cosas que usas todos los días, como utensilios, cuchillos o tablas de cortar, estén al alcance de la mano.

Sé honesto sobre los electrodomésticos que usas a diario y que, por lo tanto, debes mostrar. Para hacer de los pequeños electrodomésticos un elemento destacado, cómpralos en colores a juego para ganar puntos extra de estilo.

Todo lo que no uses a diario debe guardarse para evitar el desorden visual. Añade elevadores de estantes a los armarios para aprovechar mejor el espacio y guardar en lo alto los artículos que apenas uses.

Piensa en qué otras partes de tu casa puedes guardar los artículos que usas con poca frecuencia y, si los usas muy poco, si puedes venderlos o donarlos.

Otro misterio de la cocina es la rapidez con la que se acumulan los papeles, como las facturas y las listas de la compra. No es realista decidir mantener los papeles fuera de la cocina, así que mejor consigue un organizador de escritorio.

Si sois varios miembros de la familia, organiza el papeleo por persona y, una vez que se llenen esos organizadores, establece la regla de que es hora de llevarse los papeles y organizarlos en otro lugar. El papeleo que es importante tener a mano, como las listas de tareas, puede ir en la nevera con un imán anticuado, pero pon un recordatorio para tirarlos al final de cada mes.

Una vez que hayas ordenado las ollas, sartenes y utensilios que ya no necesitas, no te olvides de la pared como un espacio de almacenamiento poco apreciado.

Cualquier espacio vacío en una pared puede colgar de todo, desde ollas y sartenes hasta utensilios o un portacuchillos magnético. Si no sabes por dónde empezar, una gran primera incursión en el almacenamiento en la pared es un tablero de clavijas donde puedes colgar cualquier cosa, desde tablas de cortar hasta guantes de cocina.

Si eres fan de los programas de televisión sobre limpieza, orden y organización, conocerás la alegría de trasvasar alimentos a tarros y recipientes etiquetados.

Una serie racionalizada de tarros etiquetados a juego ofrece una experiencia en la cocina mucho más agradable estéticamente que el desorden visual de envases voluminosos y desparejados.

El uso de recipientes etiquetados también permite aprovechar al máximo el espacio de almacenamiento, ahorrar dinero al evitar el desperdicio de alimentos y mantenerlos frescos gracias a los sellos herméticos de las tapas de los recipientes.

Según el Informe sobre el índice de desperdicio de alimentos de la ONU de 2024, cada día se tiran más de mil millones de comidas y se desperdicia una quinta parte de los alimentos. Además de ser terrible para el medio ambiente, este hábito es caro y antihigiénico.

Adopta el hábito de revisar regularmente todos los alimentos de tu nevera, congelador y despensa. Organízalos para que uses primero lo que va a caducar.

Asegúrate de que antes de ir a comprar alimentos, escribes una lista detallada de lo que necesitas y compruebas dos veces lo que ya tienes en casa para evitar comprar dos veces y abarrotar tu cocina.

Dedicar unos minutos cada día a mantener el orden te ayudará a mantener un aspecto ordenado. Cada día, pon un temporizador de 5 minutos, ordena las encimeras, vuelve a colocar los objetos en sus lugares asignados, clasifica el papeleo y haz un plan para la comida que va a caducar.

Piénsalo dos veces antes de comprar cosas nuevas y no dejes algo a un lado de la noche a la mañana solo porque no estás seguro de qué hacer con él: retrasar las decisiones lleva a que el desorden vuelva a acumularse.

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