37 trucos INFALIBLES y recetas GENIALES para cocinar patatas como un experto
La patata perfecta
Las patatas son uno de los ingredientes más asequibles, reconfortantes y versátiles que puedes comprar. Estos favoritos ricos en almidón también resultan increíblemente deliciosos, ya sea transformadas en un cremoso puré de patatas, crujientes patatas asadas o patatas fritas perfectamente preparadas. Aquí, revelamos nuestros mejores consejos, trucos e ideas imprescindibles que harán que pelar, preparar y cocinar patatas sea mucho más fácil (y mucho más sabroso, también).
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir 37 formas geniales de transformar las patatas en una sensación de sabor, con una cuenta atrás hasta nuestro truco más revolucionario.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.
37. Prepara un aperitivo de piel de patata
Si prefieres las patatas sin piel, no la tires. Las pieles de patata se pueden hervir, sazonar (la sal, la pimienta y el pimentón ahumado funcionan de maravilla) y hornear o cocinar en la freidora sin aceite. Sírvelas con mayonesa cremosa o aderezo ranchero para un aperitivo deliciosamente sabroso, por no mencionar económico. También puedes probar a añadir las pieles de patata sobrantes al caldo casero para darle más sabor.
36. Dale tu toque a tus patatas asadas
Mejora tu patata al horno habitual y añade un poco de proteína cocinando un huevo dentro. Unos 15 minutos antes de que la patata esté hecha, sácala del horno, córtala por la mitad, haz un hueco en el interior y luego casca un huevo dentro. Hornea la patata durante los 15 minutos restantes, añadiendo cualquier ingrediente extra que te guste, como un poco de queso o una pizca de bacon crujiente.
35. Prepara budines con patatas
Las patatas, especialmente las patatas dulces, pueden ser un complemento excelente para algunos postres y, aunque pueda parecer inusual, te prometemos que te sorprenderán gratamente. Las patatas blancas se pueden utilizar para añadir humedad a las masas espesas, mientras que las variedades de batata naranja o morada pueden aportar un toque de dulzura y color a una gran variedad de productos horneados.
34. Mantén el puré de patatas caliente al baño maría
¿Te encanta cocinar para mucha gente, pero no sabes cómo evitar que el puré de patatas se enfríe? Coloca el plato que contiene las patatas al baño María con tapa y se mantendrá caliente durante horas. Este es el truco ideal para grandes reuniones o fiestas, ya que evitará cualquier desastre de patatas frías y te permitirá prepararlo con antelación.
33. Prueba las patatas duquesa
Las patatas duquesa son un clásico de los años 60, y creemos que siempre hay sitio para estos sofisticados bocados en una cena. Para hacerlas, pela, lava y luego hierve o asa unas patatas Russet. Una vez cocidas, pásalas por un pasapuré antes de añadirles una yema de huevo, mantequilla y nuez moscada. Una vez que esté suave, vierte la mezcla en una bandeja de horno forrada y hornéala durante 20 minutos (o hasta que esté dorada y crujiente). Las estrellas o espirales dan formas atractivas.
32. Hornea patatas para convertirlas en pan
Desde las típicas tortitas de patata irlandesas hasta los panes con levadura, la raíz vegetal con almidón favorita de todos se puede utilizar para crear pan increíblemente sabroso. Para hacer un pan clásico tipo sándwich, mezcla puré de patata con levadura (activada por el agua tibia de cocción de la patata) y harina de fuerza. Amasa la mezcla, déjala reposar y luego hornéala hasta que esté dorada y bien cocida. Como alternativa, para un capricho salado que te apetecerá repetir, prueba a hornear una sabrosa focaccia con romero y patatas por encima.
31. Prueba las patatas asadas con sal
Has oído hablar del pescado al horno con sal, pero ¿y de las patatas al horno con sal? Cocinar las patatas sobre una capa de sal no hará que estén muy saladas; en cambio, la sal extraerá el líquido de las patatas, cocinándolas al vapor suavemente en el proceso. Las patatas reabsorberán parte del líquido y se impregnarán de un sutil sabor salado. Con este método de cocción, la textura de las patatas también se vuelve increíblemente suave y sedosa.
30. Perfecciona un gratinado de patatas fácil
Para un gratinado de patatas rápido y fácil, pela y corta en rodajas finas cuatro patatas cerosas, luego colócalas en capas en una fuente para horno untada con mantequilla, sazonando cada capa con sal y pimienta. Por separado, haz un roux combinando 3 cucharadas de mantequilla derretida con 3 cucharadas de harina común, revolviendo hasta que la harina esté cocida. Añade poco a poco 450 mililitros de leche, batiendo hasta que quede suave y espeso. Añade 170 gramos de queso cheddar rallado y remueve hasta que se derrita. Vierte el roux sobre las patatas, cubre el plato con papel de aluminio y hornea el gratinado en un horno a temperatura media durante una hora, o hasta que las patatas estén doradas y la salsa burbujee.
29. Prepara rösti
Los rösti son muy fáciles de hacer en casa. Simplemente pela y ralla unos 400 gramos de patatas, y luego exprime bien las ralladuras para eliminar la mayor cantidad de humedad posible. Mezcla las ralladuras de patata con un huevo y el condimento que prefieras, y luego divide la mezcla en seis porciones iguales. En una sartén caliente, añade un chorrito de aceite y una porción de patata, presionando con el dorso de la cuchara. Cocina durante 5 minutos, luego dale la vuelta y fríe durante otros 5 minutos, hasta que ambos lados estén dorados y crujientes. Sirve con los ingredientes que prefieras; la crème fraîche y las cebolletas picadas quedan muy bien.
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28. Experimenta con el puré de patatas
¿Por qué no llevar el puré de patatas en una dirección totalmente más irresistible y preparar un puré de patatas sencillo pero delicioso? El secreto para que este plato quede extra cremoso es añadir un chorrito de aceite de oliva y una pizca de sal a las patatas mientras se cocinan. Escurre las patatas cuando estén blandas, añade más aceite de oliva y una pizca de nuez moscada y tritúralas con un pasapurés o un machacador de patatas. Después, puedes pasar la mezcla por un colador para que quede aún más cremosa.
27. Diviértete con las hasselbacks
Las patatas Hasselback pueden parecer impresionantes, pero requieren muy poco esfuerzo para prepararlas. Antes de meter las patatas en el horno, haz una serie de pequeñas hendiduras en cada una hasta tres cuartas partes de su grosor y, a continuación, frótalas con aceite o mantequilla. Cocina las patatas en un horno caliente durante una hora, hasta que estén tiernas por dentro y la parte superior esté dorada y crujiente. El perejil picado, el queso feta desmenuzado y los trozos de beicon crujiente son deliciosos ingredientes para acompañar.
26. Quita el papel de aluminio
No uses papel de aluminio cuando horneas patatas en un horno convencional; si lo haces, las patatas se cocerán al vapor. El papel de aluminio es mejor utilizarlo cuando las patatas están en contacto directo con las llamas, como en una barbacoa o una hoguera. Cuando cocines patatas en el horno, colócalas en una bandeja de horno para que el aire circule y las pieles se doren y queden crujientes. Y recuerda, el papel de aluminio nunca debe meterse en el microondas.
25. Crea la mejor ensalada de patatas
Hay varios secretos para hacer una ensalada de patatas perfecta. En primer lugar, no cocines demasiado las patatas: quieres que se mantengan firmes, en lugar de deshacerse. A continuación, debes tener en cuenta los sabores; la mayonesa y las cebolletas son una combinación probada y comprobada con la que no te puedes equivocar, pero hay muchas otras variaciones sabrosas que puedes probar. ¿Qué tal una ensalada de estilo escandinavo con remolacha y rábanos? Como alternativa, podrías probar una salsa cremosa a base de requesón con aceite de oliva y limón, o cambiar a un aderezo hecho con vinagre de vino tinto y aceite de oliva virgen extra. Elijas lo que elijas, asegúrate de servir la ensalada a temperatura ambiente.
24. Prueba las patatas aplastadas
¿Por qué no pruebas a hacer patatas aplastadas? Una mezcla entre patatas asadas, rösti de patata y croquetas de patata, este sabroso acompañamiento es increíblemente apetecible y fácil de hacer. Las patatas pequeñas funcionan bien aquí; simplemente hiérvelas hasta que estén tiernas, escúrrelas bien, sécalas con palmaditas y déjalas enfriar. Vierte las patatas en una bandeja de horno y, a continuación, aplástalas con un pasapuré o un vaso de fondo plano hasta que queden planas. Rocíalas con una mezcla de aceite de oliva y aromáticos como romero fresco y ajo machacado, y luego hornéalas hasta que estén crujientes y doradas.
23. Haz ñoquis con las sobras de puré de patatas
¿Te ha sobrado puré de patatas? Puedes preparar este clásico plato italiano en menos de una hora. Solo tienes que añadir 75 gramos de harina y condimentos a unos 200 gramos de puré de patatas, mezclar bien y formar una masa tosca. Amasa la masa, luego enróllala en forma de salchicha y córtala en trozos pequeños del tamaño de un bocado. Cuece los ñoquis en agua hirviendo durante unos minutos, hasta que suban a la superficie, luego escúrrelos y sírvelos con la salsa que más te guste.
22. Experimenta con los ingredientes
Tanto si preparas patatas fritas, como si cubres rodajas con salsa o las rellenas hasta arriba con sabrosos ingredientes, las patatas combinan bien con todo tipo de aderezos y condimentos. Prueba a rociar una suave salsa de tahini con zumo de limón, ajo machacado y aceite de oliva sobre rodajas de patata asada, o cubre tus patatas fritas con una mezcla de queso fundido, trozos de beicon y cebolla crujiente para una auténtica sensación de sabor.
21. Evita que la mantequilla se queme al saltear
Las patatas salteadas (patatas sancochadas, cortadas en rodajas o troceadas y fritas en mantequilla hasta que estén crujientes) son ideales para acompañar cualquier plato, desde pescado hasta carne. La clave para que queden doradas es clarificar primero la mantequilla, eliminando las impurezas que pueden quemarse y añadir amargor. Para ello, calienta la mantequilla hasta que se derrita por completo, retira la espuma y deséchala. Te quedará una mantequilla clara y clarificada.
20. Ahorra tiempo con una patata asada superrápida
Si tienes prisa, no hace falta esperar una hora o más para comer una patata asada. Lava y seca la patata y luego métela en el microondas a máxima potencia durante dos o tres minutos (comprueba con un cuchillo si está blanda por dentro). Úntala con aceite y sal, y luego ponla en un horno precalentado a 220 °C. Cocínala durante 15-20 minutos y obtendrás una patata asada perfectamente crujiente en una fracción del tiempo.
19. Utiliza tu freidora sin aceite
Desde patatas fritas congeladas hasta patatas asadas, puedes preparar casi cualquier plato de patatas en la freidora sin aceite. No solo reducirá el tiempo de cocción, sino que te permitirá usar menos aceite y, a su vez, hacer que la comida sea más saludable. Si estás cocinando patatas fritas, gajos o patatas en cubos, asegúrate de removerlos de vez en cuando para garantizar que queden lo más crujientes posible.
18. Prueba las sabrosas patatas asadas dos veces
Lleva tu patata asada al siguiente nivel vaciando el centro y machacándola con tus ingredientes favoritos, y luego volviéndola al horno para que se dore. Para probar la idea, saca la patata del horno cuando esté casi lista, córtala por la mitad, saca con cuidado un poco de la carne con una cuchara y mézclala con mantequilla y los ingredientes que elijas (piensa en cebollas tiernas y pollo a la barbacoa, brócoli y queso cheddar, o jalapeños y crema agria). Vuelve a rellenar la piel de la patata con la mezcla y vuelve a meterla en el horno durante 10-15 minutos, hasta que esté dorada.
17. Celebra las batatas
Las batatas son tan versátiles como las variedades normales. Puedes hornearlas, asarlas, hacerlas puré y freírlas, y también puedes jugar con diferentes combinaciones de sabores. Las batatas también quedan bien convertidas en gofres y rösti, son deliciosas rellenas con varios ingredientes y añaden un sabor y una textura encantadores a las ensaladas. Incluso pueden formar la base de una masa para tortitas, si te apetece un verdadero capricho.
16. Experimenta con las patatas al estilo griego
Si no has probado las patatas al limón al estilo griego, te lo estás perdiendo. Para hacer este sabroso plato de patatas estofadas, pela y corta cuatro patatas grandes en gajos gruesos, y luego pásalas a una fuente de horno. Cubre las rodajas con 250 mililitros de caldo de pollo o de verduras, un buen chorro de aceite de oliva, el zumo de uno o dos limones (dependiendo de lo cítrico que quieras que estén), cinco dientes de ajo, una cucharada de orégano seco y una pizca de sal y pimienta, y luego ásalas en un horno caliente durante unos 40-50 minutos, hasta que el líquido se haya evaporado. Sirve las patatas griegas con queso feta desmenuzado por encima, con gajos de limón a un lado.
15. Evita las patatas con manchas verdes
Las patatas pueden volverse verdes cuando se exponen a la luz solar, lo que puede hacer que produzcan una toxina llamada solanina. Para evitarlo, debes almacenar las patatas en un lugar fresco, seco y oscuro. Si notas un pequeño tinte verde, debes pelar la piel y eliminar la zona verde. Si la patata está completamente verde o tiene un sabor amargo, el mejor lugar para ella es el cubo de la basura.
14. Nunca guardes patatas y cebollas juntas
Si quieres asegurarte de que tus patatas se mantengan frescas durante más tiempo (reduciendo el desperdicio de alimentos en el proceso), asegúrate de mantenerlas bien alejadas de las cebollas que puedas tener en la despensa. Las cebollas liberan gas etileno, que puede hacer que las patatas se echen a perder mucho más rápido de lo que lo harían si se mantuvieran solas, así que asegúrate de almacenarlas por separado.
13. Deja de rellenar demasiado las patatas
Cuando preparas patatas fritas para mucha gente, es fácil sobrecargar la bandeja de asar, la freidora o la freidora sin aceite. Sin embargo, esto puede hacer que las patatas no se hagan, no se doren o no se cocinen del todo. En su lugar, trabaja por tandas; añade un puñado de patatas fritas o cubos de patata a la vez, asegurándote de que cada uno esté en contacto con el recipiente de cocción para que el ingrediente se cocine de manera uniforme y quede lo más crujiente posible.
12. Deja la piel
Como regla general, si hierves patatas, es mejor que les dejes la piel. Esto no solo ayudará a que las verduras con almidón mantengan su forma, sino que la piel también es una gran fuente de fibra y nutrientes. Las patatas nuevas tienen una piel especialmente fina y están deliciosas hervidas, ligeramente machacadas con un poco de mantequilla y espolvoreadas con menta fresca picada o perejil.
11. Elige la patata perfecta para sopas y ensaladas
Si estás preparando una cremosa ensalada de patatas o un gratinado, o si simplemente quieres añadir volumen a una sopa o un guiso, las variedades de patatas cerosas son tu mejor opción. Con bajo contenido en almidón y llenas de sabor, son suaves y duras, y mantienen su forma de forma brillante. Disponibles en la mayoría de los supermercados o mercados de agricultores, los tipos cerosos incluyen Charlotte, Désirée y Red Bliss.
10. Consigue unas patatas asadas perfectamente crujientes
Para asar patatas perfectas, escalda las patatas peladas y cortadas en cuartos hasta que estén tiernas, escúrrelas bien y colócalas en una sartén limpia y seca. Tapa la sartén y agítala vigorosamente para esponjar los bordes de las patatas (hazlo en tandas, si es necesario). Espolvorea las patatas con una ligera capa de harina y sal, luego colócalas en una bandeja precalentada y ásalas durante unos 50 minutos en un horno caliente, o hasta que estén crujientes y doradas. La elección de la grasa depende de ti; a algunas personas les encanta la grasa de oca o pato, mientras que otras prefieren el aceite de girasol.
9. Perfecciona tus patatas asadas
Para unas patatas asadas esponjosas por dentro y crujientes por fuera, elige una variedad con piel firme. Lávalas con agua fría, luego sécalas y pínchalas con un tenedor. Úntalas con aceite de oliva o mantequilla blanda, espolvoréalas con sal y luego cocínalas durante 60-90 minutos a 200 °C o, para que la piel quede extracrujiente, cocínalas durante 120-150 minutos a 175 °C. La elección de los ingredientes depende de ti; desde chili con carne picante hasta atún con mayonesa, las opciones son infinitas.
8. Intenta conseguir la misma forma y tamaño
La clave para unas patatas asadas, al horno o fritas perfectas es asegurarse de que se cortan en trozos de tamaño uniforme. Las formas y tamaños desiguales harán que algunos trozos se quemen antes de que otros puedan dorarse. Tanto si preparas patatas fritas finas, gajos gruesos o patatas asadas en cubos, el corte es muy importante: asegúrate de que el cuchillo esté afilado y tómate tu tiempo.
7. Haz un puré de patatas perfecto
Para preparar un puré de patatas clásico que hará las delicias de todos, sigue estos sencillos pasos. Pela y lava las patatas, córtalas en trozos uniformes y colócalas en un cazo con agua fría en el fogón. Deja que hierva y, a continuación, reduce el fuego y cocina a fuego lento hasta que estén tiernas (unos 20 minutos). Escurre bien las patatas y luego tritúralas con un machacador de mano o un pasapurés (si utilizas un aparato eléctrico, las patatas trituradas pueden quedar demasiado hechas y pegajosas). Por último, añade la mantequilla a temperatura ambiente, la leche y los condimentos. Algunos chefs recomiendan una proporción de 2:1 entre patatas y mantequilla, pero vale la pena experimentar para ver qué te funciona mejor.
6. Invierte en un buen pelador
Los peladores de patatas son incómodos en el mejor de los casos (y en el peor, requieren mucho tiempo), por lo que vale la pena invertir en una herramienta que no te deje frustrado con cada pelado. Los peladores en forma de Y (en la foto) son una gran opción y, por lo general, los más seguros, ya que te permiten pelar directamente hacia abajo sin preocuparte por cortarte.
5. Prepara unas patatas fritas increíbles
El secreto para unas patatas fritas sensacionales es escaldar primero las patatas y freírlas dos veces. Corta las patatas Russet en tiras de unos 0,5 cm de grosor y, si tienes tiempo, déjalas en agua fría durante dos horas antes de cocinarlas. Escáldalas en agua hirviendo durante 5 minutos y, a continuación, déjalas secar al aire durante 10 minutos. A continuación, fríe las tiras de patata en pequeños lotes a 150 °C y, a continuación, escúrrelas sobre papel de cocina. Para la segunda fritura, sube el fuego a 175 °C y fríe las patatas hasta que estén doradas (unos 3 minutos). Escúrrelas, sazónalas con sal y sírvelas inmediatamente.
4. Elige la variedad adecuada para las patatas asadas y para el puré de patatas
¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos estilos funcionan mejor para el puré de patatas que otros? ¿No estás seguro de qué opción elegir para una patata asada con piel crujiente? Se deben utilizar diferentes variedades de patatas para diferentes platos. Las patatas harinosas o con almidón, como las patatas Russet y King Edward, son adecuadas para hacer puré y hornear. Tienen una textura suave y seca cuando se cocinan, lo que las hace increíblemente ligeras y esponjosas. Esto también significa que no son adecuadas para hervir, ya que se deshacen fácilmente.
3. Hervir desde frío
Cuando hiervas patatas, ponlas siempre en agua fría con un poco de sal. En ese momento puedes llevar la olla a ebullición. Esto permite que las patatas se cocinen de manera uniforme en todo momento; si las pones directamente en agua hirviendo, el exterior se cocinará antes de que el calor llegue al interior, lo que dará como resultado un revoltijo pesado que se deshace.
2. Guarda las patatas en un lugar oscuro y seco
¿No sabes dónde guardar las patatas? Estos prácticos tubérculos se conservan mejor en un lugar fresco, seco y oscuro, como una despensa, o en una bolsa de papel o arpillera lejos de fuentes de calor. Las patatas no se conservan bien en el frigorífico: el frío no solo puede afectar a su sabor, sino que también puede hacer que se humedezcan y se echen a perder.
1. Ten siempre patatas para todo a mano
Las patatas para todo uso tienen un contenido de almidón entre harinoso y ceroso. Las patatas Maris Piper, Yukon Gold y las patatas azules y moradas son buenas para todo y se pueden utilizar de muchas maneras. Coge una bolsa para asar, hacer puré, hornear o hacer patatas fritas gruesas, y siempre tendrás los medios para preparar un sabroso plato a base de patatas.
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