28 formas en que los restaurantes te ENGAÑAN para que gastes más dinero
Tácticas inteligentes
No se puede negar que llevar un restaurante es un negocio difícil. Una vez que se tienen en cuenta todos los gastos generales, incluidos los impuestos, los costes de personal y el alquiler, también puede resultar muy caro. Es por eso que muchos locales han tenido que ser inteligentes con sus tácticas para obtener beneficios. Desde atractivos programas de fidelización hasta llamativos diseños de menús, echamos un vistazo a las estrategias inteligentes, aunque a veces engañosas, que hacen los restaurantes para aumentar tu cuenta.
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir 28 trucos que utilizan los restaurantes para hacerte gastar más.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.
28. Cuentas escritas a mano
Hay una razón por la que el camarero garabatea un mensaje personal y entusiasta en tu cuenta para agradecerte tu visita. Es la misma por la que la cuenta viene con un pequeño dulce para cada persona de la mesa. A los comensales les suele gustar ese detalle, que les, anima a dejar una propina más generosa.
27. El color rojo
Incluso la decoración influye en lo que gastamos en un restaurante. Se dice que el color rojo atrae y estimula nuestros sentidos, incluido el apetito, por lo que muchos restaurantes y cadenas de comida rápida optan por utilizar este color primario brillante en su marca. Los expertos han demostrado que el color aumenta el hambre y nos anima a comer más y más rápido, otro factor clave que utilizan los restaurantes para llenar las mesas más rápidamente.
26. A por los carbohidratos
Aunque pueden ser muy sabrosos cuando se preparan bien, muchos platos ricos en carbohidratos (estamos hablando de pasta con queso y pizza de masa gruesa) son increíblemente baratos de producir, lo que los hace muy rentables para los restaurantes. Dado que los ingredientes cuestan poco y son fáciles de preparar, el margen de beneficio resultante puede ser considerable. Si no estás en una pizzería especializada o en un local italiano de la vieja escuela donde estos platos se elaboran con esmero, merece la pena pedir otra cosa del menú.
25. Incentivo gratuito a cambio de una reseña
Si alguna vez has entrado a una cafetería atraído/a por un cartel que prometía “comida gratis”, sabrás que normalmente tienes que hacer algo a cambio. Hoy en día, los restaurantes dependen de tener buenas críticas en Internet. Una forma de obtenerlas es ofreciendo a los comensales un incentivo gratuito, como un postre o un café de la casa, a cambio de dejar un comentario en Google. Entonces, si los restaurantes están “comprando” reseñas, ¿cómo sabes si son realmente sinceras?
24. No ofrecer agua del grifo
Todo restaurante de bien te ofrecerá agua del grifo. Ahora bien, los mejores restaurantes filtran propia agua in situ para reducir la huella medioambiental. Los demás locales animarán a sus camareros y camareras a ofrecer agua con gas o sin gas, y nada más. A los propios comensales se les “obliga” a solicitar la tercera opción (el agua del grifo), algo que tendemos a no hacer por miedo a parecer “cutres”.
23. Quedarte sin bebida en el momento equivocado
¿Alguna vez has notado que la botella de vino se termina convenientemente a mitad de la comida? Los y las camareras tienden a rellenar las copas de los comensales con frecuencia. A menudo parece que lo hacen a tiempo para que la botella se vacíe justo antes de que llegue el plato principal, animándote así a pedir otra.
22. El uso del olfato
¿Cuántas veces has pasado por delante de un Subway y te has sentido atraído por el seductor olor a pan recién horneado? Es difícil no dejarse llevar por los sentidos, y los restaurantes son lo suficientemente astutos como para saberlo. Las cadenas de restaurantes pueden reconocerse desde la calle gracias a un olor distintivo. De hecho, algunos restaurantes incluso colocan sus hornos cerca de la entrada o hornean productos durante el día para animar a los clientes a entrar. Todo es una táctica de marketing para aumentar aún más los beneficios.
21. Palabras en lugar de números
Algunos restaurantes hacen todo lo posible para animar a los comensales a gastar más, y esto se hace mediante una presentación inteligente del menú. Además de eliminar el símbolo de la moneda, también encontrarás algunos puntos en los que los precios de las comidas están escritos con palabras en lugar de números. Ver «diez» como precio lo aleja aún más de la realidad monetaria, engañando al cerebro. No te dejes engañar: tendrás que pagar igualmente.
20. Un trato injusto para vegetarianos y veganos
Desde cortes de carne más baratos hasta platos que minimizan el uso de ingredientes más caros (léase: pasteles de cangrejo o pescado), aquellos que comen carne y pescado pueden salir perdiendo de varias maneras. Sin embargo, los vegetarianos y veganos tienden a ser los que salen peor parados, pues hay un importante recargo en los ingredientes baratos. Platos como las ensaladas de cereales, los filetes de coliflor y el risotto de setas pueden salir a menudo al mismo precio que un chuletón, a pesar de ser mucho más baratos de producir.
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19. Programas de fidelización
Desde un artículo gratis cuando alcanzas un cierto número de sellos hasta ganar puntos con cada compra, hoy en día existen infinitos programas de fidelización. Son una excelente manera para que los restaurantes animen a los comensales a volver una y otra vez. Pero, ¿volverías con la misma frecuencia si no formaras parte de estas iniciativas? Algunas cadenas más grandes incluso ofrecen paquetes de suscripción mensual para atraer a los clientes habituales. Es probable que acabes gastando mucho más dinero del que esperabas.
18. Precios de lanzamiento
A menudo, cuando un nuevo restaurante entra en escena, lo hace con lo que se conoce como un lanzamiento suave. Básicamente, se trata de un restaurante que funciona durante unas semanas antes de su «apertura oficial». Durante este tiempo (mientras el equipo se pone en marcha y los chefs aprenden el menú), los precios suelen tener grandes descuentos. Es una forma de animar a los clientes a entrar y de correr la voz. Sin embargo, es importante recordar que, aunque la comida pueda parecer una buena relación calidad-precio durante este periodo, es probable que el precio se duplique la próxima vez que vayas.
17. Apuntando a la nostalgia
Si miras el menú de cualquier restaurante tradicional, es probable que encuentres un puñado de platos cocinados según la «famosa receta de la abuela» (o algo similar). Nueve de cada diez veces, es el plato que acabas pidiendo. Cualquier cosa que sugiera familia, tradición o nostalgia tiende a generar una respuesta. Probablemente por eso los restaurantes de todo el mundo utilizan esta táctica de marketing. Pero, ¿quién dice que sea cierto?
16. Descripciones de menú poco claras
Aunque algunos restaurantes han optado por descripciones de menú más sencillas, muchos siguen utilizando un lenguaje exagerado para informar a sus clientes sobre sus platos. Esta descripción suele tener una o dos líneas y está repleta de adjetivos que informan a los comensales exactamente de lo que pueden esperar y, lo que es más importante, de lo delicioso que es cada plato. Cuanto más larga sea la descripción, más probable será que te enamores de un simple sándwich de jamón y queso que podrías haberte hecho en casa por una fracción del precio.
15. “Disfruta primero de una bebida en el bar”
Si tu mesa todavía no está lista, es habitual ir al bar mientras esperas, ¿verdad? Para cuando la preparen, ya te habrás tomado una o dos copas antes de pedir nada de comida. Las bebidas suelen tener un precio más elevado y pueden suponer un gasto considerable en la cuenta. Así, si no quieres gastar de más, es mejor llegar al restaurante a la hora exacta de tu reserva.
14. La segunda botella más barata
El vino de la casa es la botella más barata y con mejor relación calidad-precio del menú. Sin embargo, muchos comensales se sienten avergonzados o escépticos a la hora de pedirlo debido a su precio, por lo que acaban optando por el siguiente. No deberían hacerlo, ya que los restaurantes son conscientes de estos pensamientos y a menudo aumentan el precio de la segunda botella más barata para aumentar sus beneficios. Probablemente descubrirás que este vino es más barato de comprar al por mayor y tiene peor sabor.
13. Fotos en el menú
Mientras que los restaurantes de alta cocina tienden a evitarlo por completo, algunos establecimientos (a menudo cadenas o cafeterías) optan por ilustrar los menús con imágenes llamativas. El uso selectivo de fotografías, normalmente un máximo de una o dos por página, aumenta enormemente la probabilidad de que pidamos los platos en cuestión. Esta estrategia es una forma de aumentar la rentabilidad de ciertas ofertas, por lo que los restaurantes suelen optar por mostrar las especialidades de la casa.
12. Sobrecarga de guarniciones
Las guarniciones, como las verduras al vapor, las patatas fritas y los macarrones con queso cremosos, pueden hacer que una comida sea un éxito o un fracaso, pero vale la pena considerar si realmente son necesarias. Estos son a menudo los elementos del menú que más encarecen la cuenta. Dada nuestra tendencia a pedir de más cuando los platos son para compartir, ofrecer una variedad de guarniciones es beneficioso para el restaurante.
11. La elección de la música
¿Alguna vez te has preguntado por qué te encanta el ambiente de un restaurante? La música probablemente juega un papel determinante. La música clásica hace que el espacio parezca más sofisticado, lo que justifica los precios más altos y sugiere que puede ser necesaria una propina más elevada. Por otro lado, los estudios han descubierto que, cuando un restaurante pone música con un tempo más alto, los comensales tienden a comer más rápido. Eso permite al establecimiento llenar las mesas más rápidamente.
10. Eliminar el símbolo de la moneda
Hay una razón por la que muchos restaurantes han empezado a eliminar el símbolo de la moneda de sus menús. Es una práctica común en los restaurantes de alta gama, donde los precios suelen ser mucho más altos que en un local normal. Lo has adivinado, es otra forma de disociar el precio del valor monetario. Engaña momentáneamente a tu cerebro haciéndole creer que estás haciendo un buen negocio, cuando en realidad probablemente no lo estés.
9. Ofertas tentadoras
Si eres de los que les encanta un buen chollo, es difícil decir que no a una oferta tentadora en aperitivos o guarniciones. Sin embargo, merece la pena sopesar si realmente vas a ahorrar dinero. Algunos restaurantes, por ejemplo, pueden ofrecer una selección de platos en un paquete de “tres por 15 €”, aunque en realidad es más barato pedir los platos por separado.
8. El auge de los platos pequeños
La tendencia moderna de cenar en “platos pequeños” no solo una opción muy sociable, sino que es increíblemente conveniente para los restaurantes. Al desviarse de una comida tradicional de tres platos, este método comunitario anima a los comensales a pedir de más por temor a que no haya suficiente para todos en la mesa. Mira los precios de este tipo de platos la próxima vez que cenes fuera y te darás cuenta de lo rápido que puede subir la cuenta.
7. Cartas de especialidades
Fijadas en la parte superior del menú o escritas a mano en una pizarra, las especialidades del restaurante pueden ser una forma emocionante de probar algo diferente. Aunque a veces puede ser que el chef haya experimentado con nuevos sabores, a menudo te encontrarás con que estos platos están repletos de ingredientes que están casi en su mejor momento o que necesitan ser utilizados. Es mejor desconfiar de las especialidades de los restaurantes, especialmente si un artículo no viene con una etiqueta de precio clara.
6. Ocultar los precios
¿Cuántas veces has seleccionado un elemento del menú porque el precio termina en “0,99”, en lugar de un número redondo? Más de las que probablemente te imaginas. Esta es una táctica común que utilizan los restaurantes, normalmente en las cadenas más grandes, donde intentan competir con otras empresas. Por ejemplo, al escanear un menú, tu cerebro es más propenso a asociar 7,99 € con 7 € en lugar de 8 €, a pesar de que solo es un céntimo menos. Este estilo de marketing te engaña haciéndote pensar que estás obteniendo una mejor oferta de la que realmente tienes.
5. Porciones impares
Compartir algunos entrantes es una excelente manera de probar todo el menú, pero a menudo puede dar lugar a algunos problemas, normalmente debido a que las raciones tienen un número impar de piezas. ¿Sois cuatro en la mesa, pero la bruschetta solo viene con tres trozos? ¡Solo tienes que añadir otra ración a tu pedido para que todos podáis probarla! Los restaurantes saben lo incómodo que puede ser dividir la comida. Además, el camarero suele animarte a pedir un aperitivo extra para estar seguro, lo que en última instancia hace que la cuenta aumente lentamente.
4. Copas de vino
¿Te suena la frase “¿Tomamos una copa cada uno o pedimos una botella”? Si te fijas bien, el precio por copa suele ser significativamente más cara que la botella más barata del menú. Así, es más rentable optar por esta última, sobre todo si al final pedís dos o más copas cada uno. Optar por una copa también podría significar que te sirvan los restos de una botella vieja que está a punto de caducar.
3. Ingeniería de menús
¿Alguna vez te has preguntado por qué tus ojos se dirigen inmediatamente a una determinada zona del menú? Bueno, hay toda una industria dedicada a esto. La ingeniería de menús, también conocida como psicología de menús, es una práctica común que ayuda a los propietarios de restaurantes a diseñar estratégicamente sus menús para aumentar los beneficios. El primer paso es elegir el “punto de anclaje”, una posición privilegiada que suele estar en la parte superior derecha. Es donde se dirigen nuestros ojos de forma natural, por lo que a menudo es donde se encuentran los platos más caros del restaurante. Eso incita a los comensales a mirar más abajo para encontrar platos más baratos (y a menudo más rentables).
2. Platos con precios absurdos
Combinando precios psicológicos e ingeniería de menús, muchos restaurantes optarán por encarecer unos pocos platos seleccionados para que, en contraste, los demás parezcan más económicos. Tener un plato muy caro es puramente una opción de señuelo. El restaurante no espera realmente que lo pidas, simplemente sirve para que todo lo demás en el menú parezca razonable en comparación, incluso cuando podría no serlo.
1. Estructura del menú
Hay una razón por la que muchos menús están impresos justificados al centro o de forma deliberadamente aleatoria. Una cosa que los restaurantes quieren evitar es clasificar los artículos en función del precio, por lo que hacerlo dificulta que los clientes echen un vistazo a la lista detallada. También les impide comparar cada plato en función del precio. Otra práctica común es utilizar técnicas sutiles de tipografía o coloración al enumerar los precios (cambiar el texto de negro a gris, por ejemplo).
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Última actualización por Lottie Woodrow.
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