¿Te imaginas tomar el té en el Palacio de Versalles o degustar el exquisito wagyu japonés en el interior de la torre más alta del mundo? Desde rascacielos que baten récords hasta centros de transporte diseñados por arquitectos de renombre, hemos seleccionado los restaurantes en algunos de los monumentos más increíbles del mundo. Estos lugares únicos combinan maravillas arquitectónicas con comida de lujo. ¿Cuántos añadirás a tu lista de deseos?

Sigue leyendo y te descubrimos los monumentos más asombrosos del mundo donde puedes comer en su interior.

Hemos basado nuestra clasificación en la popularidad del restaurante y en las opiniones de nuestro equipo, que ha viajado mucho (y se ha alimentado bien). La lista es inevitablemente subjetiva.

Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.

Situado en Antigua Guatemala, Patrimonio Mundial de la Unesco, el Arco de Santa Catalina es un bello ejemplo del rico patrimonio de la ciudad. Este famoso arco se construyó en 1694 para permitir a las monjas de clausura pasar sin ser vistas entre el convento contiguo al arco y la escuela donde enseñaban.

Hoy en día, el convento es el Restaurante del Arco, un lugar acogedor cuya arquitectura original sigue intacta. El restaurante sirve especialidades guatemaltecas como jocón y mole de plátano y cacao, platos de carne a la parrilla y platos internacionales.

Con el chef Chris Gillard al frente del equipo, el restaurante de la Tate Modern pretende mostrar el arte a través de la comida, inspirándose incluso en algunas de las exposiciones de la galería. Abierto solo unas horas al mediodía y ocasionalmente por la noche, el elegante local se centra en ingredientes de temporada y platos británicos contemporáneos, como remolacha con cuajada de cabra Neal's Yard y venado a la cerveza negra.

A más de 180 metros por encima de Auckland, encontrarás el bar más alto del país, que sirve indulgentes pasteles con vistas de 360 grados sobre la ciudad. Podrás tomar el té y una selección de pequeños bocados dulces y salados preparados por galardonados maestros pasteleros. Los platos incluyen salmón ahumado de Akaroa, quiche Lorraine de ternera asada y tarta de lichi y frambuesa. También tendrás entrada gratuita a la Sky Tower, así que tómate tu tiempo para explorar y disfrutar de las vistas.

Construido en 1947, el Farol Santander es la respuesta brasileña al Empire State Building y se ha convertido en un punto de referencia de São Paulo. Anteriormente conocida como Torre Banespa, ahora alberga una plataforma de observación, salas de exposiciones y una pista de skate.

También encontramos el Boteco do 28, un pequeño restaurante que combina el ambiente industrial con una decoración cultural. El menú da un giro gastronómico a los platos tradicionales de la ciudad, por lo que te esperan platos como el bolovo, un huevo cocido envuelto en carne picada y luego frito (en la foto), y el picadinho, un estofado de ternera brasileño.

El Museo Zeitz de Arte Contemporáneo de África es un espacio galerístico recreado a partir de un antiguo complejo de silos de grano en el V&A Waterfront de Ciudad del Cabo. El salón y espacio para eventos del edificio, en la sexta planta, no solo es un lugar estupendo para contemplar las vistas de la Montaña de la Mesa, sino también un sitio relajante para comer algo. Conocido por su amable servicio, el salón ofrece un pequeño menú de estilo bistró con platos como shakshuka, curry malayo del Cabo y tacos de pescado.

¿Vas a Berlín? Explorar el parque Tiergarten probablemente ocupe un lugar destacado en tu lista de cosas que hacer, así que haz tiempo para visitar este rústico café mientras estés allí. Enclavado en el lago, con una amplia cervecería al aire libre y altísimos árboles, es un lugar relajante para disfrutar del ambiente del parque.

El equipo elabora su propia masa madre y pasteles con los ingredientes de temporada más sabrosos, así que te esperan platos deliciosos y abundantes como flammkuchen de salmón, risotto de calabaza y kaiserschmarrn (tortitas dulces revueltas) con ciruelas.

Singapur es famoso por ser un crisol de cocinas. Si quieres probar comida cantonesa de lujo en la ciudad, visita el Sky View Pavilion, un lugar galardonado situado en la base del Singapore Flyer, un popular monumento y una de las mayores ruedas de observación del mundo. Conocido por su ambiente relajado y sus impresionantes vistas de Marina Bay, el restaurante sirve platos tradicionales singapurenses y clásicos de Hong Kong, con opciones como bollos de cerdo a la barbacoa al vapor, congee de carne magra y bollos de flan de yema de huevo salados al carbón.

¿Estás esperando un ferry en Auckland? Entonces pásate por The Shucker Brothers, un bar informal de ostras y marisco situado en el interior del histórico Ferry Building de la ciudad. El equipo trabaja con pescadores y productores locales, así que te espera un marisco fresquísimo junto con bebidas elaboradas localmente. Acomódate en una de las mesas comunales al aire libre, observa la llegada de los transbordadores y degusta ostras frescas, salmón de Akaroa curado con miso y berberechos de Nelson Bay.

De pabellón de caza en el siglo XVII a sede del poder y ahora museo, la extensa finca del Palacio de Versalles se ha convertido en un símbolo de la historia y la cultura francesas. Si estás explorando el recinto, este salón de té y bistró sirve clásicos franceses elegantes y reconfortantes, dignos de su entorno. Piensa en delicadas quiches, sándwiches club y pasteles dignos de foto, además de un sensacional té.

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Con su torre del reloj y sus espectaculares interiores, el Ferry Building se ha convertido en uno de los monumentos más famosos de San Francisco. Construido en 1898, rebosa historia, pues empezó siendo una terminal de transbordadores antes de convertirse en oficinas.

En la actualidad, el edificio reformado alberga un mercado, donde encontrarás una selección de vendedores, restaurantes y cafeterías locales y artesanales. No te pierdas el galardonado A16 La Pala para degustar un trozo de auténtica pizza al estilo napolitano, o El Porteño Empanadas para probar especialidades argentinas hechas a mano.

Una terraza en lo alto de una colina con un jardín encantado y vistas panorámicas de Florencia. Si te parece un escenario idílico, este restaurante te va a encantar. Construida en 1641, Villa Bardini es ahora un museo y centro cultural. Situado en los antiguos establos, La Leggenda dei Frati celebra la gastronomía toscana, así que espera clásicos atemporales junto a platos modernos como risotto con alcachofa de Jerusalén y gamba roja con limón confitado.

El ascenso a la Torre del Danubio te da una idea de lo que te espera en el Turm Restaurant. Tras subir unos 170 metros, te recibirán unas vistas de 360 grados de Viena desde el comedor giratorio. El menú refleja las influencias históricas y culturales de la región del Danubio, por lo que se ofrecen platos clásicos y modernos como ceviche de trucha austriaca, tafelspitz (ternera hervida en caldo) con rábano picante y manzana, y albóndigas de requesón con ciruela y verbena.

Cuando llegues al One World Trade Center, la torre más alta de Estados Unidos, te subirán en el ascensor Sky Pod hasta el Observatorio One World. Aquí encontrarás el restaurante One Dine, donde la comida es tan impresionante como las amplias vistas sobre la ciudad de Nueva York.

El menú de alta cocina incluye platos gourmet de temporada, como atún de aleta amarilla togarashi y fusilli de langosta, pero también puedes conseguir platos más humildes, como alitas de miel calientes y un sándwich de mortadela.

No hay nada más opulento que tomar el té en el resplandeciente Emirates Palace. El restaurante Episodes está situado en el corazón del gran vestíbulo del hotel e incluye una botica de té, un mostrador de delicatessen gourmet con sándwiches y pasteles artesanales, una pastelería y una heladería.

¿La mejor manera de disfrutar de todo? Tomar el té, con sándwiches de temporada, mini pasteles, bollos recién horneados y una gran selección de tés blancos, negros, verdes, de hierbas y otras variantes raras de todo el mundo.

Flotando sobre el Cuerno de Oro, el puente Gálata de Estambul une las partes antigua y moderna de la ciudad. Es un hervidero de actividad y está repleto de restaurantes y cafés tradicionales, la mayoría de los cuales sirven pescado fresco de los pescadores locales.

El restaurante Fish Port está abierto todo el día, pero merece la pena ir por las vistas de la puesta de sol. Los platos incluyen aperitivos fríos y calientes y marisco a la parrilla servido con la típica salsa de ajo y guarniciones.

La histórica estación de tren de Glasgow es también la más concurrida de Escocia. Es incluso popular entre la gente que no va a coger un tren y ofrece visitas guiadas a sus bóvedas subterráneas.

También escondido bajo la estación está este fabuloso asador, que debe su nombre a la antigua calle principal de Grahamston Village, que fue demolida cuando se construyó la estación a mediados de la década de 1870. Como era de esperar, el menú está repleto de carne, mostrando lo mejor de la ternera escocesa. También encontrarás platos como linguini de cangrejo y brochetas de rape con especias.

El chef Jonathon Sawyer, premiado con el galardón James Beard, está al frente de este restaurante, que abrió sus puertas en 2023 en la Torre Willis de Chicago, antes conocida como Torre Sears.

Kindling es todo fuego vivo, con la parrilla chisporroteante de la cocina abierta como protagonista del restaurante. Te esperan platos a la parrilla de leña, como alitas de pollo confitadas con jalapeño carbonizado, tacos de mahi mahi ennegrecido y una selección de filetes y chuletas.

Uno de los varios museos afiliados al Guggenheim, el emblemático monumento de Bilbao se ha hecho famoso por su diseño innovador. Así que no es de extrañar que albergue Nerua, un restaurante igualmente vanguardista y con mucho estilo artístico.

El menú se centra en ingredientes locales de temporada y cambia tres veces al año. Las verduras y el pescado ocupan el centro del escenario, así que encontrarás platos como alcachofa con hierbas aromáticas, lubina con azafrán y pulpo con mantequilla negra. 

Si visitas la Space Needle de Seattle, saca tiempo para comer o cenar en este restaurante giratorio, que cuenta con un suelo de cristal. Situado a más de 150 metros sobre la ciudad, ofrece unas vistas espectaculares.

Los comensales valoran igualmente la comida, la presentación teatral y el servicio. Se ofrecen platos flotantes, cuencos giratorios y platos ahumados cocinados con nitro. Preseleccionarás un menú (marisco, carne o vegetariano) con pequeños platos servidos en una torre de varios platos.

No confundir con la Torre de Tokio, Tokyo Skytree es una torre de radiodifusión y observación y la torre más alta del mundo. También alberga uno de los mejores restaurantes de la ciudad, con unas vistas increíbles. En un día despejado, puedes incluso vislumbrar el monte Fuji mientras saboreas ingredientes japoneses de temporada inspirados en las técnicas clásicas francesas y cocinados en el teppan. Prueba platos como la ternera negra de Tochigi y la galette de saurio del Pacífico ahumado.

Puede que conozcas el bar de la azotea de este lujoso hotel de Bangkok, que sirvió de telón de fondo para escenas de la película Resacón 2: Ahora en Tailandia. La torre alberga varios restaurantes, pero el Chef's Table, con dos estrellas Michelin, es un lugar destacado.

La cocina abierta forma el corazón del restaurante y la experiencia gira tanto en torno a la representación teatral como a la comida. Te esperan platos franceses contemporáneos como ostras a la parrilla y foie gras. Ah, y las vistas desde la planta 61 también son muy especiales.

Este restaurante contemporáneo es quizás más conocido por su té, servido con una guarnición de vistas panorámicas desde el emblemático Gherkin, el primer edificio alto ecológico de Londres. Ese espíritu se traslada al restaurante, donde los platos se elaboran con ingredientes locales procedentes de agricultores y productores británicos.

¿No te apetece tomar el té británico? También hay un menú de bar y un menú del día con platos como terrina de pollo y lubina de Norfolk.

¿Te apetece cenar en el edificio más alto del mundo? Aquí no solo se ofrecen unas vistas impresionantes. Situado en la planta 122, este restaurante de alta cocina sirve platos franceses e internacionales modernos, incluida la única experiencia de carne de Kobe de Dubái y un menú degustación de 13 platos.

Empieza con carpaccio de bogavante, sigue con tomahawk de wagyu y termina con una selección de quesos franceses o tiramisú adornado con oro de 23 quilates. Para algo más relajado, también puedes tomar un té con tres platos.

Aunque no salgas de la estación de tren Gare de Lyon, merece la pena dirigirse a este opulento restaurante. Lo que empezó siendo el bufé de la estación en 1901 es ahora un restaurante emblemático cuyos salones, pasillos y decoración están catalogados como monumentos históricos.

El comedor es tan teatral como la cocina, con carnes trinchadas y platos flambeados en la mesa. Los productos regionales de los lugares situados a lo largo de la línea ferroviaria París-Lyon-Marsella tienen un gran protagonismo, con platos como el estofado de pulpo provenzal y el salmón a la escandinava.

Sin duda uno de los edificios más fotografiados de Asia, Marina Bay Sands no necesita presentación. ¿Pero sabías que también alberga un restaurante con estrella Michelin? Waku Ghin de Tetsuya Wakuda presenta ingredientes de temporada de todo el mundo, pero con un toque artístico japonés.

Tanto si te deleitas con un menú del día en la mesa del chef como si te sientas en el comedor, podrás disfrutar de platos como tartar de trucha oceánica de Tasmania con yuzu, hamburguesa menchi katsu de ternera wagyu y un sándwich tostado de trufa y jamón de Parma.

La pista está en el nombre de este restaurante giratorio, que ofrece vistas panorámicas de Toronto mientras cenas especialidades regionales canadienses. Si eres consciente de lo que hay en tu plato, este es tu sitio. El menú incluye marisco certificado por Ocean Wise, así como ingredientes procedentes de productores locales de Ontario y del propio huerto del restaurante, situado en la base de la torre. Te esperan platos como la pasta mafalde de setas silvestres y la terrina de pulpo, además de recetas autóctonas como la costilla de bisonte estofada.

Este restaurante contemporáneo situado en lo alto de The Shard está dividido en dos partes. En un lado, encontrarás un bar y salón que sirve té por la tarde y cenas con vistas al este. En el otro lado, hay un sofisticado comedor con una cocina abierta con vistas al oeste de Londres. Ambas partes sirven platos innovadores, pero para algo único, prueba el brunch nocturno, que incluye un menú para compartir con entrantes, platos principales y postres.

Situado al pie de uno de los monumentos más famosos del mundo, este elegante restaurante está especializado en platos clásicos americanos cocinados de forma moderna. Las recetas se inspiran en ingredientes de mercado procedentes de todo Nueva York, desde el valle del Hudson hasta North Fork.

Te esperan platos como el cóctel de gambas y el bistec de tira de Nueva York, así como platos vegetarianos como la pasta pipette con setas. Termina tu comida subiendo a la terraza de observación del Empire, en la planta 102, o visita una de las numerosas exposiciones del monumento.

¿Cenar en la Torre Eiffel? ¡Mais, oui! Y no hay nada más parisino que Le Jules Verne. El restaurante recibió su segunda estrella Michelin en 2024 con Frédéric Anton al timón. Además de ofrecerte unas vistas increíbles de la ciudad a unos 125 metros de altura, este íntimo lugar sirve menús de comida y cena con refinados platos franceses, como tortellini de setas con consomé de aceite de avellanas, mollejas de ternera y soufflé de chocolate caliente.

Llamado así por la formación de conchas de ostras desechadas por los pueblos de las Primeras Naciones en torno al puerto de Sídney, Midden celebra la rica historia y patrimonio de Australia y está situado justo dentro de la emblemática Ópera de Sídney.

El chef indígena Mark Olive dirige el equipo de cocina, con un menú inspirado en ingredientes autóctonos como la miel de los arbustos y suculentas. Los platos incluyen hummus de tomillo silvestre con pan plano de hojas de pimienta de Tasmania, barramundi Humpty Doo de piel crujiente y pavlova de arbusto con crema de semillas de wattleseed tostadas.

Si te gusta el marisco, dirígete a este legendario restaurante de 440 plazas, el más grande de la estación Grand Central Terminal. Abrió sus puertas en 1913, apenas tres semanas después de que se inaugurara la propia estación, y sigue considerándose uno de los mejores lugares de marisco del país.

Diseñado por el renombrado arquitecto Raphael Gustavino, el comedor presenta techos abovedados y arqueados cubiertos de azulejos de terracota, bajo los cuales podrás degustar un menú que cambia a diario y que incluye platos frescos del mercado de pescado de Fulton.

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