31 desayunos que NO necesitan receta pero saben de maravilla: Ideales para romper la rutina
Agita tu despertar
¿Estás en la rutina del desayuno, con tostadas y cereales repetidos? Esta colección de recetas fáciles, dulces y saladas, va de lo supersano a lo deliciosamente apetecible, todo para inspirarte un mejor comienzo del día. Hemos incluido consejos sobre lo que puedes preparar con antelación, para ahorrar tiempo por la mañana, y trucos inteligentes para acelerar las cosas. Tanto si te gustan los huevos como la granola, aquí hay una idea para cada día de la semana.
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Adaptado al español por Rocío Durán Hermosilla, Redactora en Español para loveFOOD.
31. Croissants rellenos
No hay nada mejor que el aroma de un cruasán recién horneado por la mañana, así que asegúrate de tener siempre una reserva preparada en el congelador. Enciende el horno o la freidora de aire antes de preparar el café y listo. Tradicionalmente, se sirven solo con mermelada, pero prueba a rellenarlos con requesón batido, arándanos y un chorrito de miel, o ponte salado y rellénalos de jamón y queso; solo tienes que volver a meter el croissant en el horno para que se derrita el queso.
30. Trocea el desayuno
Este es un desayuno abundante y colorido para las mañanas en las que realmente necesitas un estímulo, y puedes añadirle casi cualquier cosa que te apetezca. En una fuente para asar, añade rodajas o dados de patata (dulce o normal), verduras y, si quieres, unos dados de chorizo o salchichas cocidas picadas. Rocíalo con aceite, sazónalo al gusto y ásalo en el horno a temperatura media durante unos 30-35 minutos, removiéndolo a mitad de cocción. Sírvelo cubierto con huevos fritos, trozos de aguacate y tal vez un chorrito de sriracha. También puedes utilizar verduras y/o patatas cocidas sobrantes, reduciendo el tiempo de cocción en consecuencia.
29. Una tostada de aguacate perfecta
Este es sin duda un comienzo saludable del día, ya que los aguacates están repletos de grasas buenas, proteínas, nutrientes y vitaminas. El pan que se suele elegir es masa madre tostada, y luego se machaca el aguacate con sal, un chorrito de lima fresca y un poco de salsa picante. Puedes cubrirlo con un huevo escalfado, beicon crujiente, semillas tostadas, frutos secos, rodajas de tomate u hojas de rúcula. Las opciones son infinitas.
28. El batido verde definitivo
Un batido verde es un comienzo del día repleto de vitaminas, y una forma fácil de aumentar el número de frutas y verduras. Guarda trozos de piña preparada en el congelador para que te resulte más fácil, ya que necesita dulzor. Nos encanta una combinación de piña, uvas verdes, aguacate, espinacas y zumo fresco de lima. También puedes añadir almendras o anacardos. Tritura en la batidora, añadiendo agua, leche, zumo de naranja o yogur poco a poco hasta conseguir la consistencia que prefieras.
27. Huevos revueltos con queso
Solo hay una regla que te ayudará a conseguir unos huevos revueltos perfectos: no pongas el fuego demasiado alto, o acabarás con unos huevos secos y escamosos. El truco consiste en retirar la sartén del fuego cuando aún quede un poco de huevo líquido, ya que los huevos seguirán cociéndose fuera del fuego. La mantequilla es imprescindible: un poco para fréir los huevos y una pizca al final de la cocción para que queden cremosos. Termina con abundante condimento, un puñado de queso Cheddar rallado (o una pizca de parmesano) y cebollino picado.
26. Tortitas a la americana
Mejora tus mañanas con esta sencilla masa para tortitas, lista para servir con beicon, sirope de arce, bayas, mermelada o mantequilla de cacahuete. Pon en un robot de cocina 198,5 g de harina, una cucharadita de levadura en polvo, una cucharada de azúcar, 28,4 g de mantequilla derretida, tres huevos y 206,99 ml de leche. Mezcla bien y fríe cucharadas de masa en mantequilla caliente, separadas entre sí (ya que la masa puede extenderse). Puede que tengas que cocinarlas por tandas, así que mantenlas calientes en el horno.
25. Tortilla fácil
Una de las comidas rápidas más sanas que existen, una tortilla estará lista en unos cinco minutos. Pon de dos a tres huevos por persona, bate los huevos con sal y pimienta, calienta una nuez de mantequilla en una sartén antiadherente para tortillas y añade los huevos, inclinándolos para que cubran la base. Recoge los bordes y vuelve a inclinar. En este punto puedes añadir cualquier ingrediente extra: nos encanta el queso rallado, los tomates fritos y una pizca de cebollino picado. Dale la vuelta por la mitad para servir. El salmón ahumado o los champiñones fritos también son rellenos deliciosos, y las tortillas también son vehículos perfectos para aprovechar sobras como verduras asadas.
24. Huevo escalfado perfecto sobre pan tostado
Si te cuesta conseguir el huevo escalfado perfecto, prueba este método infalible. Pon 2,5 cm de agua hirviendo de la tetera en una sartén a fuego suave. Cuando veas burbujas diminutas, rompe los huevos en un plato pequeño y bájalos con cuidado, uno a uno, en el agua. Déjalos un minuto, luego retíralos del fuego, tápalos y déjalos 10 minutos. Sácalos con una espumadera y ponlos sobre una tostada untada con mantequilla. ¿Resultado? Una clara perfectamente cuajada y una yema suave y cremosa.
23. Magdalenas de queso
Lo bueno de las magdalenas de queso es que se congelan bien, así que puedes prepararlas con antelación y luego meterlas en el horno o en el microondas para recalentarlas por la mañana. Tamiza 170,1 g de harina en un cuenco con 2 cucharaditas de levadura en polvo. Añade 113,4 g de queso Cheddar rallado, un huevo batido, 236,6 ml de leche y 4 cucharadas de aceite de girasol. Reparte en ocho moldes para magdalenas y hornea a 204,4°C durante 20 minutos. Sírvelos calientes con un poco de mantequilla.
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22. Huevo pasado por agua con espárragos soldados
El desayuno perfecto para enviar a los niños al colegio, los huevos cocidos son insuperables servidos con tostadas de mantequilla para mojar. Pero, ¿qué tal si les añades unos espárragos cocidos para que sean más sabrosos? Pon los huevos en una cacerola cubiertos de agua fría, llévalos a ebullición, redúcelos a fuego lento y tómales el tiempo siguiente: tres minutos para que estén muy blandos, cuatro para que la clara esté bien cuajada y la yema cremosa, cinco para que la yema esté blandita en el centro. Otros acompañamientos divertidos son los palitos de queso halloumi frito o las lonchas de panceta crujiente.
21. Picadillo de ternera
Una especialidad de charcutería neoyorquina, perfecta para un desayuno de fin de semana. Para dos, necesitarás unos 283,5 g de patatas cocidas cortadas en dados. Fríe una cebolla grande cortada en rodajas, añade las patatas y remueve hasta que la mezcla esté bien dorada. Añade dados de carne en conserva (unos 198,5 g), 2 cucharadas de salsa Worcestershire y 1 cucharadita de mostaza integral. Remuévelo bien y sírvelo con un huevo frito por encima. También puedes añadir champiñones fritos para darle un toque salado.
20. Gofres cargados
Puedes tostar gofres directamente congelados para una delicia superfácil, pero es difícil superar los caseros. Si tienes una gofrera, puedes hacer una masa fácil la noche anterior y guardarla en el frigorífico. Pon un huevo, 226,8 g de harina, 236,6 ml de leche y 56,7 g de mantequilla derretida en una batidora y bate hasta obtener una masa homogénea. Unta la gofrera caliente con aceite y vierte la masa. Tardan unos 5 minutos en hacerse. Para terminar, ponles tus ingredientes favoritos, como fruta fresca, beicon crujiente y sirope de arce.
19. Macedonia
Puedes utilizar frutas frescas o congeladas para obtener tu aporte vitamínico diario. Busca en el congelador mango, piña y arándanos congelados preparados. Si quieres prepararlo la noche anterior, recuerda mezclar el plátano y la manzana con abundante zumo de cítricos frescos para evitar que se decoloren. Añade la ralladura de un limón o una lima para darle más sabor. Para llevar tu macedonia al siguiente nivel, añade frutos secos y semillas para darle textura, y un chorrito de miel o sirope de arce para un dulzor extra.
18. Huevos benedictinos tramposos
Una vez que hayas perfeccionado el escalfado de un huevo, es hora de crear este eterno favorito. Puedes comprar salsa holandesa decente ya preparada, así que es un plato rápido de montar. Sobre panecillos tostados y untados con mantequilla, añade una capa de bacon crujiente, jamón en lonchas o espinacas cocidas. Cubre con los huevos y la salsa caliente, ponlos bajo el grill durante un minuto o así para glasear un poco la salsa, y luego esparce cebollino picado por encima para servir. Si quieres hacer trampas, puedes hacer caso omiso de la tradición y poner huevos fritos por encima.
17. Batido de naranja y bayas
Rebosante de vitamina C, un batido de bayas es un buen comienzo del día, que además encantará a los niños. Utiliza bayas mixtas congeladas para darte el capricho todo el año. Bate un plátano en la batidora con zumo de naranja natural y añade las bayas. Puedes añadir frutos secos crudos o mantequilla de frutos secos para aumentar las proteínas, yogur de kéfir en lugar de zumo de naranja para mejorar la salud intestinal, o leche de soja para aumentar aún más las proteínas.
16. Tostada francesa
Las tostadas francesas o pan con huevo son las favoritas de niños y adultos. Se trata simplemente de rebanadas de pan empapadas en una crema de huevo, y luego fritas hasta que estén crujientes. Pruébalo con rebanadas gruesas de brioche o incluso con crumpets. Para cuatro rebanadas de pan, bate dos huevos con 5 cucharadas de leche, 3 cucharadas de nata líquida, una pizca de canela y un poco de extracto de vainilla. Remoja las rebanadas unos minutos por cada lado y fríelas en mantequilla hasta que estén crujientes y doradas. Sírvelas con bayas y un chorrito de miel o sirope de arce.
15. Shakshuka
Popular en todo el norte de África y Oriente Medio, la shakshuka consiste en huevos escalfados en una salsa de tomate picante. La salsa se conserva tres días en el frigorífico, o puedes hacer una tanda grande y congelarla en porciones. La salsa base es cebolla frita, ajo, tomate en conserva y pimiento rojo, aromatizados con comino, pimentón y chile en polvo o cayena. Cuando esté bien caliente en una sartén, haz un hueco para cada huevo con una cuchara, tapa y cocina a fuego lento de 6 a 8 minutos.
14. Crepes anticipadas
Estas tortitas finas son facilísimas de hacer, y puedes preparar la masa la noche anterior. Solo tienes que batir 99,2 g (3,5 oz) de harina normal, dos huevos y 295,7 ml (10 oz) de leche en un robot de cocina hasta obtener una masa homogénea, y cocerla en una sartén para tortitas ligeramente engrasada durante un minuto por cada lado, hasta que se dore. Mantenlas calientes mientras cocinas el resto. Sírvelos simplemente con zumo de limón y azúcar, o date un capricho con una cucharada de crema de chocolate y avellanas.
13. Pila de patatas fritas
Las crujientes y doradas patatas hash brown son imprescindibles para cualquier estilo de desayuno. Son muy fáciles de hacer y, lo mejor de todo, puedes congelarlas crudas y luego cocinarlas congeladas. Para hacer ocho, necesitarás unos 396,9 g de patata cocida, rallada gruesa, mezclada con 56,7 g de mantequilla derretida. Sazónalas bien y dales forma de hamburguesas antes de freírlas en mantequilla durante unos cinco minutos por cada lado. También puedes hacerlas el día anterior y guardarlas en el frigorífico toda la noche. Si quieres darte un capricho, ponles capas de salmón ahumado y crème fraîche con limón, y termina con un huevo escalfado.
12. Frittata de sobras
Una frittata es simplemente una tortilla cargada y una forma estupenda de aprovechar las verduras o el queso sobrantes que puedas tener al acecho en la nevera. Puedes añadir cebollas, patatas, pimientos, tomates, champiñones y brécol fritos. Vierte los huevos batidos sobre las verduras en una sartén grande (ocho huevos servirán para cuatro) y cuécelo en el horno a fuego lento durante 15 minutos. Espolvorea un poco de queso rallado y ponlo bajo el grill para que la parte superior y el centro estén bien hechos.
11. Burrito de desayuno
Si quieres empezar el día llenándote (y picante), un burrito te vendrá como anillo al dedo. Puedes preparar la mayor parte con antelación, y luego solo tienes que revolver los huevos para servirlo. Una combinación de chorizo frito, cebolla, chile, tomate passata y judías pintas funciona bien como salsa espesa para la base. Caliéntala, ponla en tortillas de harina, añade los huevos revueltos y sírvela con una salsa de tomate y aguacate y salsa de chile extra.
10. Avena de la noche a la mañana
Realmente hace lo que dice en la lata: mezclar unos pocos ingredientes, dejar toda la noche y ya está listo un desayuno sano y energético de liberación lenta. Para una persona, necesitarás unas 4 cucharadas de gachas de avena, mezcladas con unos 118,3 ml de leche. Añade una pizca de canela, remueve bien y deja en la nevera toda la noche. Por la mañana estará bastante espeso, así que relájalo con un poco más de leche. Puedes añadir fruta fresca, frutos secos, nueces, mantequilla de frutos secos, semillas o yogur para servir.
9. Tostadas con setas
Este plato no puede ser más sencillo de hacer, pero algunos consejos para cocinar las setas: necesitan un calor fuerte, para que se evapore toda la humedad que contienen. Así no acabarás con las setas empapadas. Como el calor es fuerte, utiliza mitad mantequilla y mitad aceite de oliva. Las setas también tienen que estar bien sazonadas. Al final de la cocción, añade un poco de estragón fresco picado, perejil o cebollino, y si quieres ser ambicioso, unas cucharadas de crème fraîche realzarán realmente el plato.
8. Barritas energéticas de avena y arándanos
Para desayunar sobre la marcha, no hay nada mejor que una barrita energética. Claro que puedes comprarlas fácilmente en las tiendas, pero puedes ahorrar dinero creando las tuyas propias, y son muy fáciles de hacer. Forra la base de un molde cuadrado de 20 cm con papel de horno. Mezcla 99,2 g de harina, copos de avena, azúcar glas, arándanos secos o pasas, mantequilla derretida y 1 cucharada de sirope dorado. Añade un huevo batido, mezcla bien, extiende en el molde y hornea a 180°C durante unos 20 minutos, hasta que se doren. Se conservan durante una semana en un recipiente hermético.
7. Perrito caliente para el desayuno
Este es uno para cuando quieras un desayuno abundante sobre la marcha. Abre un panecillo y tuéstalo ligeramente, luego úntalo con mantequilla. Añade una salchicha cocida (de carne o vegetariana) y unas cebollas caramelizadas de bote (puedes calentarlas antes, en el microondas o en una sartén). Si tienes más hambre, añade un huevo frito, una loncha de queso y/o unos champiñones fritos. Sírvelo rociado con ketchup de tomate.
6. Empanadillas de queso con kimchi
Aunque no tengas sandwichera, puedes hacer la tostada perfecta en una sartén, usando otra sartén para darle peso antes de darle la vuelta. El truco está en untar el exterior del pan con mantequilla para que quede más crujiente. Para darle una vuelta de tuerca, prueba a añadir kimchi, que reduce la riqueza del queso y es estupendo para la salud intestinal.
5. Bocadillos de queso y huevo naan
El pan naan, ligero y esponjoso, es el vehículo perfecto para un delicioso sándwich de desayuno. Para prepararlo, simplemente rellena un naan caliente con huevo frito o revuelto y una loncha de queso Cheddar. Para darle más sabor, puedes añadir una cucharada de mango o de chutney verde con hierbas. Dobla el naan por la mitad, cubriendo los huevos y el queso, y tuéstalo en una sartén con un poco de mantequilla hasta que el queso se haya derretido y el pan esté crujiente.
4. Magdalenas de arándanos preparadas con antelación
Una magdalena caliente de arándanos es difícil de superar, y lo mejor es que se congelan perfectamente una vez horneadas. Para hacer una docena, mezcla dos huevos batidos, 28,4 g de mantequilla derretida , 5 cucharadas de aceite y 236,6 ml de leche. En un cuenco aparte, mezcla 368,6 g de harina autolevadura y 198,5 g de azúcar en polvo, haz un hueco en el centro, añade los ingredientes húmedos y remueve bien. Incorpora suavemente 198,5 g de arándanos frescos o congelados y hornea en bandejas forradas para magdalenas a 176,7°C durante 20-25 minutos. Desmóldalos una vez fríos y congélalos en una bandeja antes de pasarlos a bolsas o recipientes. Para servirlos, descongélalos a temperatura ambiente y caliéntalos en el microondas durante 30 segundos.
3. Granola de manzana y arce
Este bol para el desayuno aporta proteínas, energía de liberación lenta, vitaminas y antioxidantes. Algunas granolas compradas pueden tener un alto contenido en azúcar y grasa, así que prueba a prepararlas tú mismo. Forra una bandeja de horno grande con papel pergamino. Calienta suavemente 2 cucharadas de aceite, 103,4 ml de sirope de arce y 236 ml de zumo de manzana. Viértelo en un cuenco con unos 0,45 kg de avena jumbo y 5 cucharadas de semillas, como las de girasol. Extiéndelo en la bandeja y hornéalo durante 45 minutos a unos 148,9°C removiendo con frecuencia. Una vez listo, añade unos 198,5 g de arándanos rojos secos o pasas. Se conservará durante una semana en un recipiente hermético.
2. Bagel de salmón ahumado con pepino encurtido rápido y cebolla
Este sándwich clásico es uno al que volvemos una y otra vez. Consiste simplemente en un panecillo tostado untado con queso crema y cubierto con pliegues de salmón ahumado, pero puedes llevarlo al siguiente nivel con un rápido encurtido casero. Mezcla una cebolla roja en rodajas con pepino en rodajas y una cucharada de eneldo. Añade 4 cucharadas de vinagre suave, 1 cucharada de azúcar y 1 cucharadita de sal. Deja encurtir durante 15 minutos, aunque se conservará 2 días en el frigorífico. Unas alcaparras pequeñas también serían un buen añadido.
1. Huevos fritos al pesto
Este sencillo truco es muy popular en TikTok y es una forma estupenda de mejorar unos simples huevos fritos. La idea básica es cambiar el aceite normal o la mantequilla por pesto comprado en la tienda, y luego echar los huevos. El aceite de la salsa evita que los huevos se peguen a la sartén, a la vez que les da mucho sabor. Estos sabrosos huevos incrustados de pesto se sirven mejor sobre masa madre tostada, con aguacate machacado y una pizca de escamas de chile.
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