Expertos revelan los errores que NUNCA debes cometer en un restaurante
Evita estos errores a toda costa
¿Te gusta salir a cenar? Tanto si tienes una cita como si te embarcas en tu primera experiencia con un/a chef con estrella Michelin, hay ciertos errores de etiqueta que nunca debes cometer en un restaurante.
Desde llegar tarde a tu reserva hasta utilizar los cubiertos equivocados, aquí te revelamos las 23 cosas que debes evitar hacer la próxima vez que salgas a cenar. ¿Cuántos de estos pasos en falso has cometido?
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir las cosas que nunca debes hacer cuando cenas fuera, hasta llegar a la peor de todas.
Hemos basado nuestra clasificación en lo ofensivo que puede resultar cada uno de estos errores, y en las opiniones de nuestro viajado (y bien alimentado) equipo. La lista es inevitablemente subjetiva.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.
23. Tomar la sopa de forma incorrecta
¿No sabías que había una forma correcta y otra incorrecta de tomar sopa? Pues resulta que sí. Recoge siempre la sopa lejos de ti e intenta no inclinarte demasiado sobre el cuenco. Cuando casi hayas terminado, inclina ligeramente el cuenco para que te resulte más fácil comer las últimas cucharadas. Y aunque en algunas culturas es aceptable, sorber la sopa suele considerarse de mala educación, por lo que es mejor evitarlo.
22. Utilizar el cuchillo para queso equivocado
Los cuchillos para queso tienen varias formas y tamaños. Los cuchillos anchos y las minicuchillas son mejores para quesos duros como el parmesano, el cheddar y el manchego. Deben colocarse por encima del queso y empujarse verticalmente hacia abajo. Los cuchillos finos con el filo afilado se utilizan para cortar quesos semiduros como el edam y el gouda, mientras que los cuchillos puntiagudos son mejores para cortar y untar variedades semiblandas como el brie y el camembert.
21. Comerte el panecillo entero
Aunque tengas mucha hambre, resiste el impulso de untarte el panecillo con mantequilla y comerlo entero. En lugar de eso, una vez elegido el panecillo de la cesta, se considera de buena educación partir un trocito del tamaño de un bocado. Utiliza un cuchillo para untar solo ese trozo, justo antes de comerlo (así evitarás que la mantequilla te manche los dedos y la boca).
20. Solo ir de restaurante el fin de semana
¿Te gusta comer fuera el fin de semana? A la mayoría de nosotros sí, por eso el tiempo de espera puede ser a menudo más largo. Si puedes, acércate a tu local favorito entre semana de vez en cuando. No solo ayudarás a los pequeños negocios independientes, sino que probablemente recibirás un servicio más atento y una espera más corta.
19. Coger el plato de pan y el vaso de agua de otra persona
Si a menudo te confundes sobre cuál es tu vaso de agua y tu plato de pan, recuerda esta regla: encontrarás tu plato de pan a la izquierda, junto a los tenedores, y tu vaso de agua a la derecha. El cuchillo de la mantequilla se servirá con la cesta del pan o, más comúnmente, se colocará encima de tu plato del pan.
18. Volver a colocar la servilleta en la mesa
Una vez sentado, es de buena educación colocar la servilleta sobre el regazo, utilizarla cuando la necesites y dejarla allí hasta que hayas terminado de comer. Si te levantas de la mesa a media comida, se espera que coloques la servilleta en el asiento de tu silla. La servilleta no debe volver a la mesa hasta que estés listo/a para irte.
17. Retocarte el maquillaje, cepillarte el pelo o utilizar un palillo en la mesa
Pintarse los labios, maquillarse o cepillarse el pelo en la mesa no queda bien. Si vas a salir después de la comida y quieres retocarte, hazlo en el baño al final. Lo mismo ocurre si utilizas un palillo de dientes en la mesa: discúlpate y utiliza los espejos del baño en su lugar.
16. Olvidarte de juntar los cubiertos
Tanto si estás haciendo una pequeña pausa en la comida como si ya has terminado, no vuelvas a dejar los cubiertos usados en la mesa. Si estás haciendo una pausa, deja el cuchillo y el tenedor en forma de V invertida sobre el plato. Si has terminado, coloca los cubiertos uno al lado del otro, bien rectos sobre el plato, bien ligeramente inclinados: esto indicará al personal de servicio que puede llevarse el plato.
15. Utilizar cubiertos inadecuados
El despliegue de cubiertos en restaurantes de lujo o en ocasiones formales puede resultar muy confuso. Pero sigue una regla básica y todo irá bien: empieza por los cubiertos más alejados del plato y ve hacia dentro. El cuchillo, el tenedor y la cuchara de la ensalada y del entrante siempre estarán fuera, mientras que el cuchillo y el tenedor más cercanos a tu plato son para el plato principal. Si hay una cuchara, un tenedor o ambos encima de tu plato, eso es para el postre.
¿Te gusta? Haz clic en el botón “Seguir” para ver más historias de loveFOOD.
14. Utilizar la servilleta como babero
Aunque todos queremos evitar que la salsa de la pasta nos salpique la ropa, utilizar la servilleta para otra cosa que no sea limpiarte la boca es un no rotundo. Muchos restaurantes de ramen y marisco, donde se ensucia la comida, proporcionan baberos especiales para evitar que te manches la ropa, por lo que sigue sin ser necesario utilizar la servilleta para ello.
13. Consultar tu teléfono en la mesa
Tanto si estás en un restaurante como disfrutando de una comida en casa, generalmente se considera de mala educación utilizar el teléfono en la mesa. De hecho, algunos estudios han demostrado que el uso del teléfono en la mesa no solo distrae, sino que puede hacer que los y las comensales pasen un rato menos agradable. A menos que esperes una llamada urgente (y se lo hayas hecho saber a tus compañeros/as), deja el teléfono en el bolsillo o en el bolso y presta atención a las personas con las que estás.
12. Hablar con la boca llena
No muerdas más de lo que puedas masticar cuando cenes fuera. Hablar con la boca llena es de mala educación en general y, admitámoslo, nadie quiere ver comida a medio masticar en la boca (o, peor aún, que salgan trocitos volando por todas partes) cuando se intenta disfrutar de una comida. Trágate la comida antes de contribuir a la conversación y todos y todas las comensales te lo agradecerán.
11. Hacer peticiones de menú poco razonables
¿No te gusta lo que ves en el menú del restaurante? Hacer pequeñas sustituciones suele estar bien, sobre todo si tienes alergias o restricciones dietéticas, pero pedir platos completamente distintos solo porque no te gusta nada de lo que hay en el menú es poco probable que tenga éxito en la cocina (y probablemente hará que los y las demás comensales se sientan incómodas).
i tienes una alergia grave o algún requisito dietético, es mejor que consultes el menú de antemano o, en algunos casos, que llames con antelación para informar al restaurante.
10. Quedarte más de la cuenta
Durante las horas punta, es probable que la mayoría de los restaurantes estén deseando dar la vuelta a las mesas y sentar a otro grupo de comensales, así que, a menos que vayas a pedir más comida o bebida, lo mejor es que pagues la cuenta y te vayas una vez hayas terminado de comer.
En muchos sitios, te reservarán la mesa durante 90 minutos, a veces dos horas si tienes suerte, así que es buena idea no quedarte mucho tiempo después de pagar. ¿No te has acabado las bebidas o te apetece quedarte más tiempo? Pregunta si puedes sentarte en la barra.
9. No preguntar sobre platos que no conoces
¿Alguna vez has señalado un plato del menú porque no estás seguro de cómo se pronuncia? No eres el único. Con opciones cada vez más diversas, nuevos ingredientes cada vez más populares y una mayor disponibilidad de cocinas diferentes que nunca, lo más probable es que haya algo en el menú de lo que no hayas oído hablar, o que no sepas pronunciar.
l personal del restaurante está ahí para ayudar y suele conocer el menú al dedillo, así que no pasa nada por preguntar qué es qué. Al fin y al cabo, nadie quiere acabar comiendo un plato que no le gusta.
8. Empezar a comer antes de que todo el mundo esté servido
La mayoría de los restaurantes sirven a todos y todas las comensales al mismo tiempo, pero si formas parte de un grupo más grande y el personal tarda unos cuantos viajes en servir toda la comida, espera antes de empezar a comer. Dicho esto, algunos restaurantes, como los de dim sum y los de platos para compartir, sacan los platos cuando están listos, en cuyo caso no pasa nada por comer y animar a los demás comensales a hacer lo mismo.
7. Condimentar los alimentos sin probarlos
Antes de echar mano de la sal y la pimienta, prueba el plato para determinar si realmente hay que ajustar el condimento. Lo más probable es que descubras que la comida no necesita sal ni pimienta adicionales. Muchos restaurantes de lujo ni siquiera tienen salero y pimentero en la mesa, porque creen que la comida ya estará sazonada a la perfección antes de salir de la cocina.
6. Lamer tu cuchillo o plato
Esto no hace falta decirlo. Por muy tentador que resulte cuando un plato está delicioso, no debes lamer el cuchillo ni el plato. No solo no queda bien (ni es sofisticado) hacerlo, sino que pueden ocurrir accidentes fácilmente, y podrías acabar cortándote con el cuchillo y arruinando toda la comida, no solo para ti, sino para el resto de la mesa.
5. Sentarse sin esperar
Aunque algunos restaurantes permiten que te sientes tú mismo, siempre es mejor consultar con el personal de recepción antes de sentarte. Aunque tengas una reserva o veas tu nombre escrito bajo el cartel de reservado, es de cortesía volver a comprobarlo con el personal, ya que tu mesa podría seguir ocupada, no estar totalmente dispuesta o incluso haber sido trasladada a otro lugar en el último momento.
4. Dejar una propina incorrecta
En Estados Unidos, es habitual dejar alrededor del 20 % de la cuenta. En el resto del mundo, es bastante habitual dejar entre un 10-15 %. Sin embargo, los restaurantes de muchos países europeos ya añadirán un cargo por servicio (normalmente en torno al 12 %) a tu cuenta, lo que significa que no tienes que dejar una propina extra, a menos que quieras.
Si viajas, consulta en Internet cuáles son las costumbres locales, ya que, en algunos países, como China y Corea, las propinas no son muy comunes, mientras que en Japón puede incluso considerarse de mala educación dejar propina.
3. Chasquear los dedos a los y las camareras
Cualquiera que haya trabajado alguna vez en un restaurante te dirá lo frustrante que es ver a clientes chasqueando los dedos para llamar la atención. Hacerlo es de mala educación y muestra muy poco respeto al restaurante y al personal. Evítalo por completo, al igual que si levantas la voz para llamar la atención. En lugar de eso, espera a que se acerque el camarero o la camarera o intenta llamar su atención.
2. Llegar tarde a tu reserva
Ningún restaurante, especialmente en una noche muy concurrida, puede reservarte la mesa indefinidamente. La mayoría de los establecimientos suelen ofrecer un periodo de gracia de unos 15 minutos, pero eso no está garantizado en las noches de gran afluencia. Si sabes que vas a llegar tarde, llama con antelación y avisa al restaurante para que puedan ajustar los horarios en consecuencia.
1. No anular una reserva
Si tus planes cambian en el último minuto, recuerda que es de cortesía notificar al restaurante que ya no asistirás. Muchos restaurantes independientes cuentan con que tu grupo se presente y puede que no puedan llenar la mesa en el último minuto con personas que no se presenten, razón por la cual algunos incluso han empezado a añadir depósitos de reserva y gastos de cancelación por no presentarse. Llama o cancela tu reserva por Internet, avisando con la mayor antelación posible.
¿Te ha gustado? Haz clic en el botón Seguir de arriba para ver más historias fantásticas de loveFOOD.
Comments
Be the first to comment
Do you want to comment on this article? You need to be signed in for this feature