¿Tus postres y panes no salen como quieres? Estos errores son la causa
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No importa si eres un repostero novato o experimentado: todo el mundo se equivoca de vez en cuando. Ya se trate de pasteles con los bordes quemados o el centro hundido, tartas duras, galletas blandas o pan que no sube, la buena noticia es que todos estos problemas tienen fácil solución. Sigue leyendo y te revelaremos cómo dejar de cometer estos errores de repostería tan comunes, y cómo hacerlo bien siempre.
¿Quieres mejorar tus habilidades de repostería? Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir los errores de repostería que la gente comete cada día, con la cuenta atrás de los más comunes.
Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de sindicación en Español para loveFOOD. Última actualización por Lottie Woodrow.
31. Trabajar demasiado la masa de pan de soda
El pan de soda irlandés tradicional no contiene levadura y se elabora con harina normal, en lugar de harina de pan. Además, no necesita tiempo de fermentación, por lo que es muy rápido de hacer. La masa se endurecerá si se trabaja demasiado, ya que el gluten de la harina se desarrolla con el amasado. Usa una mano ligera para amasar y obtendrás siempre un pan húmedo y suave.
30. Llenar demasiado los moldes
Con cualquier tarta, la masa sólo tiene que llegar hasta dos tercios de la profundidad del molde, de lo contrario puede desbordarse. Si tus pasteles desbordan con frecuencia, puede ser que hayas utilizado un molde de tamaño incorrecto, o que el autor de la receta haya cometido un simple error. Comprueba siempre que tienes el tamaño de molde correcto para la receta midiendo la base.
29. Amasar demasiado la masa de tus tartas
La masa dura y chiclosa es el resultado de trabajar demasiado la masa cruda. Si amasas demasiado la masa, se vuelve pegajosa, y es entonces cuando surge la tentación de añadir más harina para que sea más fácil extenderla. Pero el exceso de harina da como resultado una masa dura. Resuelve este problema procurando no trabajar demasiado la masa y, una vez unida, déjala reposar en el frigorífico al menos 30 minutos antes de hornearla.
28. No tener suficiente cuidado al fundir el chocolate
Al fundir chocolate debes proceder con cuidado, de lo contrario se endurecerá y se agarrotará. Esto ocurre por dos motivos: o bien ha entrado una gota de agua en el cuenco o, lo que es más habitual, el chocolate se ha sobrecalentado. Si derrites chocolate en un cuenco sobre un cazo, el cuenco no debe tocar el agua y el agua debe estar a fuego lento. Si lo haces en el microondas hazlo poco a poco para evitar que se queme.
27. Batir los huevos y el azúcar a fuego demasiado fuerte
La técnica de batir azúcar y huevos en un cuenco sobre agua hirviendo se utiliza para bollos suizos, roulades de bizcocho y zabaglione (un postre italiano a base de huevo). El objetivo es incorporar aire y volumen a la mezcla. Sin embargo, si el bol toca el agua caliente, el calor cocerá y revolverá los huevos. Para evitarlo, deja un buen espacio entre la base del bol y el agua, y asegúrate de que el fuego no esté demasiado alto.
26. Hornear con mantequilla demasiado blanda
Un pastel grasoso es el resultado de que la mantequilla esté demasiado blanda al mezclarla, lo que hace que se separe al meterla en el horno. Aunque la mantequilla del frigorífico no debe estar dura como una piedra, no caigas en la tentación de ablandarla en el microondas. En lugar de eso, déjala a temperatura ambiente durante 20 minutos antes de usarla.
25. No dejar que los pasteles se enfríen completamente
Si tus tartas acaban a menudo con la superficie pegajosa, es probable que se deba a que las has transferido a un molde o recipiente hermético antes de que se hayan enfriado del todo, con lo que se forma condensación. Esto suele ocurrir con las tartas de fruta tradicionales, ya que retienen mucho calor debido al alto contenido en azúcar de la fruta. Pero hay una solución sencilla: espera a que el pastel esté completamente frío al tacto antes de guardarlo.
24. No forrar los moldes para tartas
Las fugas son un problema habitual con las mezclas muy líquidas, como las que se utilizan para las tartas de queso horneadas. Esto se debe a que los moldes de base suelta o elásticos no suelen tener un sellado firme, lo que significa que es más probable que la masa se escape. Para solucionarlo, basta con forrar el molde con pergamino o un trozo grande de papel de aluminio (asegurándote de que la base quede totalmente cubierta).
23. Utilizar queso crema reducido en grasa para el glaseado
Ese horrible momento en que el glaseado resbala de la tarta se debe sencillamente a que no se ha utilizado la crema de queso adecuada. No puede ser libre de grasa ya que el queso crema light no mantiene su estructura cuando se combina con el azúcar glas y la mantequilla. Asegúrate también de que los ingredientes estén a temperatura ambiente.
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22. Hornear pasteles a fuego demasiado alto
Si la superficie de tu tarta tiende a agrietarse y tiene forma de cúpula, podría deberse a que el horno estaba demasiado caliente y, como consecuencia, la corteza se formó demasiado deprisa. Si la temperatura del horno es correcta y sigue ocurriendo, puede deberse a que el pastel se colocó en el estante superior, en lugar de en el central, que es donde deben colocarse los pasteles. Pero no es un desastre: puedes ocultar todo tipo de pecados espolvoreando azúcar glas o simplemente cortando la parte superior del pastel y decorándolo.
21. Trabajar demasiado la masa de los scones
Si alguna vez has intentado replicar esta delicia clásica del te de la tarde tan popular en la serie de Netflix, Bridgerton, puede que no te hayan quedado tan suaves como deberían. Un scone clásico británico realmente bueno debe estar crujiente por fuera y ligero y esponjoso en el centro. Si salen duros, se debe a que la masa está demasiado trabajada. Amasar demasiado significa que el gluten de la harina puede expandirse, que es lo que se busca cuando se hace pan, no scones. Con una mano ligera y mezclando lo menos posible se consiguen los bollos perfectos, además de mucha mermelada y nata espesa para servir, por supuesto.
20. Mezcla para tortas cortada
La mezcla para tortas se corta cuando los huevos se añaden demasiado deprisa a la masa cremosa de mantequilla y azúcar. Para evitarlo, añade una cucharada de harina entre cada adición de huevo. Una vez añadidos todos los huevos, puedes incorporar el resto de la harina.
19. No forrar los moldes para muffins
Si tu molde para muffins es viejo, lo más probable es que haya perdido sus propiedades antiadherentes, por lo que deberás untarlo ligeramente con mantequilla antes de usarlo. Para despegar los muffins atascados, sumerge la base del molde en agua muy caliente durante unos minutos y, a continuación, utiliza una espátula para sacarlas. Se derretirá un poco la mantequilla, pero seguirán estando deliciosos. También puedes forrar los moldes con capacillos.
18. Dejar el pan levar por demasiado tiempo
Si la masa de pan se desparrama en el horno en lugar de subir bien, es probable que la hayas fermentado (la primera fermentación) durante demasiado tiempo. Esto significa que queda poca fuerza en la masa, por lo que no puede mantener su forma. En tu próximo intento, intenta reducir el tiempo de fermentación. Si hace calor, es preferible dejar que la masa se fermente lentamente en el refrigerador.
17. No rebozar la fruta en harina
Si eres un amante de los pasteles rellenos de fruta, es posible que alguna vez hayas hecho un pastel y te hayas dado cuenta de que toda la fruta se ha caído al fondo. El motivo es que la fruta desciende a la base debido a su peso, pero hay una forma fácil de evitarlo. Basta con rebozar ligeramente la fruta elegida -como bayas, manzana troceada o trozos de piña- en harina antes de añadirla a la mezcla, y se mantendrá en su sitio.
16. Utilizar ingredientes directamente de la nevera para las galletas
Una galleta perfecta debe tener un centro suave y ser agradablemente masticable, no demasiado dura. Esto puede ocurrir cuando los ingredientes (especialmente los huevos) están demasiado fríos. Como norma general, al hornear, todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente antes de empezar (a menos que la receta especifique lo contrario).
15. Añadir azúcar a las mezclas de merengue demasiado rápido
Los merengues "llorosos" salen del horno manchados de azúcar derretido. Esto se debe a que el azúcar se añade a las claras demasiado rápido o cuando las claras no están suficientemente firmes (o ambas cosas). Hay una solución fácil: hay que batir las claras a punto de nieve y luego añadir el azúcar poco a poco.
14. No enfriar el pastel correctamente
Si la base de tu tarta está empapada, la causa más probable es que no la hayas enfriado sobre una rejilla, permitiendo así que se acumule condensación en la base. También podría ser que el horno estuviera demasiado caliente, así que considera la posibilidad de invertir en un termómetro de horno para mayor precisión. Los pasteles densos tardan en enfriarse más de lo que crees: deja que se enfríen hasta dos horas sobre una rejilla.
13. Overmixing cake batters
Mezclar demasiado la masa de la tarta elimina el aire y da como resultado una tarta pesada. Incorpora la harina ligeramente y deja de mezclar en cuanto los ingredientes estén bien incorporados. No medir correctamente los ingredientes tendrá el mismo efecto. ¿Una solución fácil? Tómate siempre el tiempo necesario para hacerlo antes de empezar.
12. Cocinar demasiado los pasteles
La razón más común de un bizcocho demasiado seco es que se ha cocinado demasiado tiempo. Para evitarlo, comprueba el bizcocho en los últimos cinco minutos de cocción; si al introducir un palillo en el centro sale limpio y el bizcocho rebota al presionarlo ligeramente, está listo. Si al final el bizcocho queda seco, rocíalo con un poco de jarabe de azúcar para que recupere la humedad.
11. Utilizar ingredientes equivocados
¿Alguna vez has cambiado el azúcar demerara por azúcar blanco y te has dado cuenta de que tu pastel no ha salido tan bien como debería? Sustituir ingredientes es algo que todos hacemos de vez en cuando, pero no te sorprendas si el resultado es malo. Siempre que sea posible, asegúrate de que tienes todos los ingredientes que figuran en la receta antes de empezar a cocinar.
10. Apresurar el proceso de elaboración del merengue
Un merengue plano significa que no se ha incorporado suficiente aire a la mezcla. Para evitarlo, las claras deben estar a temperatura ambiente y el azúcar debe añadirse poco a poco, cucharada a cucharada, batiendo constantemente. Tampoco golpees los batidores contra el borde del cuenco; en su lugar, utiliza una espátula para sacar toda la mezcla.
9. Olvidar pre cocer la base de tu tarta
Un error muy común al hacer tartas es acabar con un fondo húmedo y pastosos. Afortunadamente, hay tres soluciones fáciles. En primer lugar, es sorprendente lo caliente que debe estar el horno para que la masa quede ligeramente dorada y crujiente, así que comprueba la temperatura del horno con un termómetro. Si vas a hacer una tarta rellena, primero hay que hornearla con algo de peso encima (como pesas profesionales para hornear o frijoles puestos sobre papel aluminio) antes de añadir el relleno; de lo contrario, acabarás con la base empapada. Por último, los moldes metálicos son imprescindibles, ya que los de cristal o cerámica no se calientan lo suficiente.
8. No enfriar la masa
Puede parecer un paso innecesario, pero enfriar la masa casera es una parte crucial del proceso. Una vez que hayas preparado la masa de hojaldre, necesitará al menos una hora en el frigorífico para cuajar y, en un día caluroso, tendrás que trabajar deprisa cuando la desenrolles. Prueba a cubrir la masa con una bola de film transparente y a extenderla con un rodillo espolvoreado con abundante harina.
7. Abrir la puerta del horno demasiado pronto
Hay muchas razones por las que los pasteles se hunden en el centro. ¿El molde no es del tamaño adecuado, o has utilizado demasiado polvo de hornear? ¿Olvidaste precalentar el horno o pusiste la temperatura demasiado alta? Tal vez incluso tuviste la tentación de abrir la puerta para echar un vistazo al interior o la cerraste de golpe por error. ¿Nuestros mejores consejos? Comprueba el tamaño del molde y ten siempre cuidado al medir los ingredientes. Asegúrate de que has mezclado la masa en el orden indicado por la receta y, por muy tentador que sea, evita abrir el horno mientras se cuecen los pasteles.
6. No amasar la masa de pan el tiempo suficiente
Para obtener un pan aireado y bonito, amasar la masa es una parte fundamental del proceso de horneado. Tómate el tiempo necesario para hacerlo y asegúrate de que la masa se estira y rebota al pincharla. Si sigues teniendo problemas porque el pan no sube, comprueba la fecha de caducidad del paquete de levadura: si es vieja, el pan no subirá. La levadura también puede morir si se mezcla con agua hirviendo (en lugar de tibia).
5. No acertar con la temperatura del horno
No creas que puedes improvisar cuando se trata de hornear y de la temperatura del horno: las instrucciones de la receta están ahí por algo. Ajusta la temperatura del horno con cuidado, dejando tiempo suficiente para que se caliente, y recuerda siempre colocar el pastel o la tarta en el estante central, no en los estantes superior o inferior.
4. No enfriar la masa de galletas
Hay una razón por la que una buena receta de galletas te dirá que enfríes la masa. Para evitar que las galletas se extiendan al hornearlas, la mantequilla debe endurecerse en el frigorífico. Esto también da tiempo a que la harina se rehidrate, lo que da como resultado unas galletas con una deliciosa textura masticable (en lugar de pastosa).
3. Engrasar demasiado los moldes
Si tus pasteles siempre acaban con los bordes quemados, es probable que estés engrasando demasiado los moldes, haciendo que los lados casi se frían. Prueba a añadir un poco de aceite a una toalla de papel y úsala para engrasar el molde. También puedes forrar los laterales con papel de horno, engrasando primero el molde para que el papel se adhiera perfectamente.
2. No tamizar la harina
¿Has notado que tu masa está llena de grumos de harina? Probablemente te has olvidado de tamizarla. Tamizar los ingredientes secos como la harina, el cacao en polvo y el bicarbonato es muy importante, tanto para eliminar los molestos grumos como para airear la mezcla. Es un paso sencillo que lleva un par de minutos más, pero que mejora drásticamente el resultado final.
1. Olvidar precalentar el horno
Puede parecer una obviedad, pero ¿cuántas veces has empezado a mezclar los ingredientes y te has dado cuenta de que habías olvidado este paso? Las masas para tartas deben introducirse en el horno precalentado en cuanto se mezclan; de lo contrario, debido a una reacción química del polvo de hornear, el resultado probablemente será plano y con burbujas en la parte superior. Así que recuerda: precalienta siempre el horno antes de empezar a hornear.
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