27 errores comunes que seguramente cometes al recalentar tus sobras
Qué hacer y qué no hacer con las sobras
Puede que tengas la nevera llena de sobras de comida y que (como es normal) quieras evitar tener que tirar comida a la basura. Y sí, lo sabemos: los platos recalentados de sobras pueden perder gran parte de su sabor. Es común comentar algunos errores cuando se trata de reutilizar comida ya cocinada. Por ello, te ofrecemos algunos consejos y trucos muy prácticos que conseguirán hacer que esas sobras revivan en toda su gloria.
Haz clic o desliza por nuestra galería para descubrir los errores que cometen muchas personas a la hora de aprovechar las sobras, y descubre también cómo sí debes hacerlo.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí , Editora en Español para loveFOOD. Actualizado por última vez por Dominique Ayling.
Pan
Puedes intentar tostar pan duro, pero el resultado no será tan bueno como si el pan estuviera fresco. Para revivir esa hogaza dura, remójala en agua solo hasta que la parte pastosa del pan se humedezca ligeramente. Luego métela en el horno unos minutos a temperatura fuerte, ¡et voilà! - ya tienes pan fresco. Alternativamente, con el pan duro puedes hacer unas migas o unos picatostes fantásticos que puedes guardar en el congelador.
Alimentos empanados o rebozados
Si vas a recalentar aros de cebolla, patatas fritas o cualquier tipo de alimento empanado o rebozado, lo más probable es que al meterlos en el microondas se conviertan en un plato de comida empapada que nadie querrá comer. Lo más seguro es calentarlas en una freidora de aire; precaliéntala a 176 grados y cuécelas durante unos cinco minutos cada vez, comprobando a medida que avanzas. Quieres que se calienten del todo y queden bien crujientes. Si no tienes freidora de aire, basta con pasarlos por la parrilla a fuego medio.
Queso
Una tabla de quesos puede dejarte pequeños trozos de muchos quesos diferentes con los que no sabes qué hacer. Por suerte, hay infinitos usos para el queso que sobra. En primer lugar, los quesos más duros como el Cheddar se congelan muy bien; solo tienes que envasarlos en una bolsa de plástico resellable y quitarles todo el aire posible. Por lo demás, esa mezcla de quesos sobrante podría usarse para hacer una receta de macarrones con salsa de queso, o para hacer coliflor con queso, patatas gratinadas o incluso una fondue. ¿Te ha sobrado un poco de queso azul? Seguramente no sabías que el queso azul queda increíblemente bien para enriquecer una sopa de verduras.
Pollo
El truco para que las sobras de pollo queden sabrosas y jugosas es cocinarlas con un poco de caldo. Prueba a poner un poco de caldo en un cuenco con el pollo antes de recalentarlo en el microondas: la salinidad y la humedad le darán mucho sabor y evitarán que la carne se seque. También puedes cocer la carne como parte de una sopa, un caldo o un guiso para que recupere su humedad.
Alitas de pollo
Para que las alitas de pollo estén calientes y crujientes el segundo día (o incluso el tercero), presiónalas dentro de una plancha o una panificadora: las planchas de hierro caliente darán a la piel ese toque crujiente extra para evitar que queden “blandurrias”. Alternativamente, una freidora de aire podrá lograr un efecto similar. Precalienta la freidora a 180 grados y mete las alitas durante unos 10 minutos, o hasta que estén calientes y crujientes (échales un vistazo y sacude un poco la cesta de la freidora a mitad de tiempo para que se hagan bien por todos los lados).
Galletas
Por muy deliciosas que estén las galletas recién horneadas el primer día, al segundo pueden acabar pareciendo rocas. Pero no las tires. Simplemente envuelve unas cuantas galletas en toallitas de papel humedecidas, mételas en el microondas y caliéntalas durante menos de 10 segundos. Estarán tan blandas y calientes como si estuvieran recién salidas del horno.
Pescado
El pescado recalentado nunca sabe igual de bien. Es casi imposible conseguir la misma textura suave y tierna que cuando está recién salido de la sartén. Pero puedes intentar recrearla. Para obtener los mejores resultados, precalienta el horno a 350℉. Coloca el pescado en una fuente de horno pequeña con unas cucharadas de caldo, cúbrelo con papel de aluminio y mételo en el horno hasta que se caliente del todo. El caldo añadirá sabor y hará que el pescado siga estando jugoso. También puedes utilizar una freidora de aire a vapor.
Pollo frito
Además de tirarlo, una de las peores cosas que puedes hacer con los restos de pollo frito es recalentarlo en el microondas. El rebozado o empanado se convertirá en una masa blanda y blanda, y la carne estará seca. (Básicamente, exactamente lo contrario de lo que esperarías del pollo frito). En lugar de eso, fríelo en la freidora de aire -precalentada a 180 grados- durante unos 8-10 minutos. O ponlo en el horno caliente unos 20 minutos para que quede más crujiente.
Patatas fritas
Las patatas fritas no son conocidas por su longevidad. De hecho, tienden a ponerse secas y blandas en cuanto se enfrían. Pero no las tires; se pueden “resucitar” si sabes cómo hacerlo. No las metas en el microondas sin más: caliéntalas un par de minutos y luego mételas en una sandwichera para que estén calientes y crujientes. También puedes freírlos unos minutos en una freidora de aire para que queden crujientes a la perfección.
Granos
Al igual que el arroz, puedes recalentar granos como la quinoa, el bulgur y el farro en el microondas, pero no cometas el error de meter un bol lleno de sobras tal cual. Primero, humedece una toalla de papel y colócala encima del bol para evitar que los granos se peguen y se sequen.
Salsa
Si tienes la suerte de que te haya sobrado salsa, la mejor forma de recalentarla es a fuego lento en una sartén hasta que esté caliente y burbujeante. Si no vas a consumir la salsa en unos días, congélala en una bolsa de plástico bien cerrada o incluso en cubiteras: estará deliciosa de tres a seis meses y es estupenda para dar más sabor a sopas, guisos y otras salsas.
Jamón
Si te apetece comerte el jamón glaseado sobrante caliente, la mejor forma de recalentarlo es colocar un trozo sobre una rejilla en una fuente de horno, añadir agua o caldo al fondo de la fuente y taparlo bien con papel de aluminio antes de cocinarlo en el horno durante 20-30 minutos, dependiendo del tamaño del trozo. Otra forma sabrosa de aprovechar las sobras de jamón es cortarlo en lonchas finas, freírlo hasta que esté crujiente y añadirlo a los espaguetis carbonara o a los macarrones con queso.
Hierbas
Si tienes un ramillete de hierbas frescas que ya no te sirven, puede que tengas la tentación de tirarlas, pero no lo hagas. Puedes secar fácil y rápidamente hierbas blandas como la albahaca, el cilantro, el cebollino, el estragón, la menta y el perejil. Lo único que tienes que hacer es meterlas en el microondas, sí, de verdad. Desecha las hojas podridas, coloca las hierbas entre dos toallitas de papel y ponlas a máxima potencia durante intervalos de 30 segundos hasta que se sequen por completo. ¡Mágico!
Macarrones con queso
Recalentar las sobras de macarrones con queso o cualquier otro tipo de pasta cremosa en el microondas o en el horno puede resecarlas. ¿La solución? Remueve primero un poco de mantequilla y un poco de leche o crème fraîche. Si añades más lácteos, evitarás que se sequen y conseguirás que queden muy cremosos.
Puré de patatas
Las opiniones varían sobre la mejor manera de recalentar el puré de patatas. Algunos son firmes partidarios del microondas, mientras que otros recomiendan calentarlas en un cuenco colocado sobre agua hirviendo a fuego lento. Pero sea cual sea el método que mejor te funcione, la clave está en añadir más leche, nata o incluso una pizca de mantequilla. También hay muchas formas de transformar el puré sobrante en algo nuevo. ¿Por qué no utilizarlo para hacer ñoquis caseros o como cobertura de una tarta salada?
Pasta con salsa de tomate
La pasta con salsa de tomate es uno de los muchos platos que saben mejor al segundo día. Puedes tener la tentación de calentarla en el microondas para ahorrar tiempo, pero el resultado puede derivar en una pasta algo reseca. Prueba a freírla en una sartén. Al cocinarla en una sartén con un poco de aceite de oliva, el tomate se carameliza y el sabor es mucho más potente. Para terminar, puedes añadir un poco de parmesano fresco por encima.
Pizza
Recalentar la pizza en el horno puede hacer que quede demasiado dura, mientras que recalentarla en el microondas puede dejarla muy blanda. Hay una forma fácil de cocinarla perfectamente. Para aprovechar al máximo la pizza que te ha sobrado, simplemente métela en el microondas, pero esta vez con una taza de agua caliente al lado. El resultado será una masa crujiente y unos ingredientes mucho más frescos.
Pasta sin salsa
El principal problema de recalentar la pasta cocida es que tiende a volverse gomosa rápidamente. Si solo quieres recalentar un poco de pasta sin la salsa, prueba a colocarla en forma de anillo alrededor del plato, dejando un hueco en el centro. Al dejar espacio, proporciona más superficie y permite que la pasta se caliente más uniformemente, lo que es más difícil cuando la comida está amontonada. También puedes añadir la pasta cocida directamente a la salsa y dejar que se caliente poco a poco con la misma salsa.
Quesadillas
A nadie le gusta una quesadilla blanda. Sin embargo, si tienes la suerte de tener sobras de quesadillas, puedes mantener crujiente este clásico tex-mex calentándolo en una sartén antiadherente durante dos minutos por cada lado, hasta que el queso se derrita y cada lado se dore bien.
Arroz
El arroz cocido tiende apelotonarse y acabar formando una masa reseca la segundo día, pero se puede rescatar. Solo tienes que humedecer un trozo de papel y colocarlo encima del arroz antes de calentarlo en el microondas. El agua del papel infundirá humedad al arroz sin empaparlo demasiado. Si te apetece hacer algo nuevo con él, el arroz cocido es ideal para hacer bolas de arancini o arroz frito con huevo.
Huevos revueltos
La mejor forma de recalentar los huevos revueltos sobrantes es en el microondas, pero no te limites a echarlos y esperar que salga bien. Añade un poco de agua para evitar que se sequen y calienta los huevos solo en ráfagas cortas de 20 segundos para evitar que se recalienten. Para terminar, añade un poco de mantequilla para darle más cremosidad.
Sopa
¿Alguna vez has intentado recalentar sopa congelada y has acabado con una mezcla de grumos congelados y líquido caliente hirviendo? La sopa se congela cuando está congelada y no se cuece toda al mismo tiempo. Prueba a verter una taza de agua caliente en la sopa y remuévela antes de recalentarla. Esto descongelará las partes congeladas de la sopa y permitirá una distribución más uniforme del calor. Para darle un toque extra de frescura, cubre la sopa con hierbas frescas, picatostes o un chorrito de crema agria.
Filete
Si no te gusta el filete bien hecho, ni siquiera intentes recalentarlo en el microondas. En lugar de eso, calienta una sartén con un poco de mantequilla y fríe el filete suavemente durante uno o dos minutos por cada lado. Otra forma estupenda de utilizar el filete cocido es cortarlo en rodajas y freírlo rápidamente antes de añadirlo a fajitas, tacos o un sabroso salteado.
Pavo
El pavo puede quedar bastante seco si se asa durante demasiado tiempo, pero no siempre tiene por qué ser así. Si te apetece recalentar el pavo, prueba a cocinarlo en una cesta de vapor: la humedad del agua lo mantendrá jugoso mientras se cocina. Otra solución fácil es añadir carne de pavo desmenuzada a una sopa, un guiso de curry o un estofado para recuperar su humedad. Otra opción es usarlo para hacerte un sándwich con queso y lechuga como el de la foto.
Verduras
Aunque es tentador recalentar las verduras en el microondas, no les hace ningún favor en cuanto al sabor. Las verduras calentadas en el microondas pueden reblandecerse demasiado, sobre todo los ingredientes con alto contenido en agua, como los calabacines y las berenjenas. En lugar de eso, ponlas en una bandeja y ásalas en el horno con un chorrito de aceite de oliva, condimentos y las hierbas y especias que más te gusten.
Gofres
Cuando hagas una tanda de gofres, lo ideal es consumir toda la masa de una sola vez y no tener que guardar sobras de esa masa para otro día. Pero, si has hecho de más y no puedes comértela toda, no te preocupes. Pon los gofres sobrantes en la tostadora para calentarlos y mantenerlos crujientes. Además, así te ahorras tener que volver a ensuciar la gofrera.
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