La comida rápida nunca luce mejor que en los anuncios. Pero ¿qué ocurre cuando la realidad es mucho menos apetecible de lo que promete esa imagen brillante y cuidada?
Desde bocadillos con casi nada de relleno hasta beicon blando y menús que no se parecen en nada a las fotos, haz clic o desplázate por esta galería para descubrir los ejemplos más extremos —y divertidos— de la comida rápida que se queda muy lejos de lo que muestran los anuncios…
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveFOOD.
Fíjate en esas jugosas albóndigas bañadas en salsa marinara, coronadas con parmesano rayado y apiladas en un panecillo ligeramente tostado. Es difícil imaginar un mejor almuerzo. Pero, seamos sinceros, ¿alguien ha probado alguna vez un Sub que se parezca tanto a la foto del anuncio?
¡Esta versión sí que resulta más familiar! Cuando los bocadillos se preparan en la tienda y se envuelven, el resultado suele ser muy distinto. La imagen de un panecillo mal cortado, con el relleno desbordándose por los lados, les sonará mucho a los fans de Subway. Y, desde luego, parmesano… más bien poco.
Imagina que vas conduciendo por la autopista y ves esta imagen de la Baconator de Wendy’s —la cadena estadounidense que estuvo en España en los años 90— con sus dos hamburguesas cuadradas de 113 g, queso americano fundido, seis tiras de beicon crujiente, mayonesa y salsa de tomate, todo entre panecillos dorados. Tienes que hacer lo que dice el cartel: pararte a oler el beicon, ¿verdad?
La persona que tomó esta foto se detuvo para comprar una Baconator, pero no parece que estuviera a la altura de las expectativas (ni de su nombre, la verdad). La capa de beicon y queso perfectamente colocada entre las dos hamburguesas, tal y como se muestra en el anuncio, parece que falta, y el panecillo también parece bastante aplastado…
Este menú de pollo y panecillos por 5 dólares (4,6 euros) estuvo disponible por tiempo limitado en Popeyes —la cadena estadounidense de pollo frito al estilo sureño— y desde luego parecía una gran oferta. Al fin y al cabo, las cajas que aparecían en el anuncio estaban repletas de pollo dorado y crujiente, dos guarniciones (como arroz cajún y puré de patatas) y un panecillo de mantequilla al estilo sureño ligeramente tostado.
La caja que muchos clientes recibieron se parecía más a esto: bastante vacía y con un aspecto de lo más soso. Sí, hay masa para aburrir, pero los filetes de pollo lucen pálidos y sin gracia, y con todo del mismo color, el conjunto parece cualquier cosa menos apetitoso. Eso sí, crujiente… lo justo.
Durante la temporada de Géminis de 2019 (entre el 21 de mayo y el 21 de junio), Jack in the Box —otra cadena de comida rápida estadounidense— lanzó una promoción de desayuno: dos croissants por 4 dólares (3,7 euros), con la idea de que compartieras uno con tu “alma gemela celestial”.
El croissant Supreme (a la izquierda) venía cargado de beicon a la parrilla, jamón, un huevo recién hecho y queso americano. El croissant Sausage (a la derecha) cambiaba el beicon por un medallón de carne de cerdo especiada —el típico sabor de “salchicha” que usan otras cadenas como McDonald’s en sus McMuffins—.
En un clásico ejemplo de expectativas que se estrellan contra la realidad, estos croissants parecen más bien capaces de romper una conexión celestial que de ayudar a crearla. Los croissants tienen un aspecto blando y pegajoso en lugar de crujiente y hojaldrado, y la carne especiada del croissant Sausage luce aterradora: mucho más pálida y grasienta de lo prometido…
El sueño de cualquier amante del queso: el Triple Melt Burrito de Taco Bell, que ofrece una combinación irresistible de tres quesos (cheddar, pepper jack y mozzarella), además de salsa de queso, ternera sazonada y arroz, todo envuelto en una tortilla de harina. Solo hay que ver cómo está tan bien relleno este burrito económico que los ingredientes están a punto de desbordarse…
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En realidad, este burrito parece quedarse sin el famoso “triple golpe” de queso. De hecho, casi podríamos decir que este burrito es todo arroz y poco más. ¿Dónde está la capa de carne prometida? ¿Y el queso extra? Brillan por su ausencia…
En 2017, Jack in the Box añadió el French Toast Plate a su menú de brunch. Con montones de tostadas francesas doradas, bañadas en sirope y acompañadas de lonchas de beicon crujiente, el anuncio generaba grandes expectativas: parecía más un plato de un restaurante clásico que de una cadena de comida rápida, y todo por menos de 5 dólares (4,6 euros).
Vale que un plato para llevar nunca va a lucir como en el anuncio, pero esto ya es pasarse. La tostada francesa no tiene ni rastro del exterior crujiente prometido, el sirope brilla por su ausencia y… ¿el beicon? Debe de haberse tomado vacaciones, porque aquí no se ve por ninguna parte.
Este plato de pollo frito es uno de los favoritos del menú de Panda Express —la cadena de comida rápida de inspiración chino-estadounidense—. Y no es de extrañar: basta con ver esos trozos de pollo dorados y crujientes, bañados en una salsa agridulce y acompañados de judías verdes frescas, pimientos y cebollas de colores vivos. Pinta delicioso.
Este pollo viene con baño doble: uno de realidad y otro de salsa agridulce. El resultado dista bastante del vistoso anuncio: las verduras brillan por su ausencia y el pollo está más empapado que crujiente. Vamos, que el único “toque fresco” es abrir la caja y dejar que le entre un poco de aire.
En Arby’s —la cadena de sándwiches de comida rápida—, el Classic Beef ‘n’ Cheddar es uno de los grandes favoritos. El anuncio lo muestra con queso fundido chorreando sobre capas y capas de roast beef en lonchas, dentro de un panecillo de cebolla tostado.
En la vida real, el panorama cambia bastante. La montaña de roast beef prometida se convierte en un relleno tímido, el panecillo desinflado parece más plano y grasiento que apetitoso y el queso fundido… pues no está. Mejor cerrar los ojos, imaginar el anuncio… y armarse de valor antes de darle un mordisco.
Las pequeñas, pero poderosas, Pollo Bite Sliders de Pollo Tropical —la cadena de comida rápida de Florida, EE.UU.— lucen irresistibles en la foto promocional. Se sirven en trío, cada uno rebosante de pollo frito crujiente y coronado con salsa chipotle, Buffalo o de cilantro y ajo. Las patatas fritas gruesas y la bebida que las acompañan redondean la experiencia como una comida completa.
Los clientes decepcionados de esta cadena de inspiración caribeña no tardaron en quejarse del tamaño ridículo de los trozos de pollo de las Pollo Bite Sliders. Muchos los compararon con un simple nugget de pollo —y basta ver la foto, con la llave al lado, para entender por qué—. Vale que las sliders son mini por naturaleza, pero esto ya es tomárselo demasiado al pie de la letra.
La omnipresente cadena de tiendas de conveniencia 7-Eleven —muy popular en EE. UU. por sus Slurpees y su horario 24 horas— también ofrece un sándwich llamativo llamado Chicken Bacon Ranch Melt. Lleva pechuga de pollo en lonchas, beicon ahumado, queso cheddar y salsa ranchera en un panecillo italiano tostado al momento. En el anuncio parece fresquísimo, con generosas capas de carne, queso y salsa, ideal como tentempié de medianoche.
Según contó un cliente descontento, así es como luce la Chicken Bacon Ranch Melt en la vida real. ¿Por dónde empezar? El pan parece pálido, seco y mal cortado, y aunque asoman unas tristes lonchas de pavo y una tira de beicon por un extremo, esto está a años luz del sándwich recién tostado y generosamente relleno del anuncio.
Qué podemos decir: el equipo de marketing de McDonald’s sabe lo que hace. La foto promocional de la Steakhouse Sirloin Third Pound Burger —una hamburguesa de solomillo de unos 150 gramos, al estilo Steakhouse, que McDonald’s lanzó en EE. UU.— fue toda una lección de estilismo culinario. Jugosa y de corte grueso, cubierta con cebolla ligeramente chamuscada, champiñones, salsa de pimienta y queso fundido… suficiente para que más de uno saliera corriendo al McDonald’s más cercano con la boca hecha agua.
Por desgracia, la respuesta pavloviana no duró mucho. En la práctica, la Steakhouse Sirloin Third Pound Burger se queda corta por todos lados: la carne parece más fina que en el anuncio y brillan por su ausencia los champiñones, la cebolla, el queso y la salsa de pimienta. Al menos el panecillo tiene buen aspecto… aunque no era precisamente lo que nos emocionaba de la foto promocional.
La foto promocional del burrito de ternera de Chipotle —la cadena de comida rápida tex-mex— promete mucho: una combinación de ternera jugosa, verduras troceadas, arroz, alubias y salsa. La tortilla de harina aparece rellena hasta la perfección, y los totopos que la acompañan parecen el complemento ideal.
Sin embargo, la promesa no siempre se cumple. En esta foto de un cliente, el burrito perfectamente cilíndrico del anuncio se convierte en uno mal envuelto, medio aplastado y con una tortilla que parece más cruda que tostada. Y aunque nadie puede negar que esté bien relleno, la variedad de color y textura deja mucho que desear. ¿Y los totopos? Habrá que seguir buscándolos.
El Crunchy Taco de Taco Bell —uno de los productos más icónicos de la cadena mexicana-estadounidense— es un clásico, o al menos eso sugiere el anuncio. En la foto promocional aparece una tortilla crujiente rellena de carne picada sazonada, montones de lechuga troceada y tiras de queso colocadas con todo el esmero del mundo.
Esta Crunchy Taco no solo ha perdido su forma, sino también el crujiente que le da nombre. Por la foto parece que la tortilla estaba tan empapada que acabó deshaciéndose. Y por si fuera poco, la carne picada, la lechuga y el poco queso que asoma no tienen precisamente el aspecto más apetitoso. Vamos, que de crunchy solo le queda el nombre.
Dediquemos un momento a apreciar esta hamburguesa cuidadosamente elaborada. En el cartel, la Western Bacon Cheeseburger de Carl’s Jr. parece tenerlo todo (y más): una jugosa carne a la parrilla cubierta con queso americano fundido, tiras de beicon crujiente, aros de cebolla dorados y un generoso chorrito de salsa barbacoa.
Hablando de no estar a la altura de las expectativas. Incluso el beicon blando de esta foto parece decepcionado consigo mismo. La hamburguesa carece de la altura y las delicadas capas del original del anuncio y la salsa barbacoa también parece escasa.
Burger King ha lanzado a lo largo de los años varias versiones de sus patatas fritas, con ingredientes como beicon y queso o una edición picante con chili y queso —la que aparece en la foto, a la derecha—. Según el anuncio, prometían montones de patatas doradas y apetitosas, bañadas en una brillante y pegajosa salsa de queso y coronadas con rodajas de jalapeños.
Habrá que reír para no llorar: la diferencia entre esta foto y el anuncio es, al menos, hilarante (a menos que seas el pobre cliente que hizo el pedido, claro). Las patatas fritas están tan pálidas que parecen pedir socorro desde la freidora, la salsa de queso está mal repartida y la montaña de jalapeños que las tapa sería suficiente para incendiar la boca de cualquiera.
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