Reducir los carbohidratos no significa renunciar a tus platos favoritos ni vivir a base de ensaladas. Hemos reunido una selección de nuestras recetas low carb más sabrosas y fáciles de preparar, perfectas para cuidar tu línea sin sacrificar el sabor. Encontrarás desde un jugoso filete hasta guisos reconfortantes, cazuelas, asados y platos al horno que te saciarán.
Muchas de estas propuestas también incluyen un extra de verduras, para sumar nutrientes y fibra a tu dieta, ayudándote a mantenerte con energía durante todo el día.
Sigue leyendo para descubrir ideas que harán que comer bajo en carbohidratos sea un placer, no un sacrificio.
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveFOOD.
Ligero, nutritivo y lleno de sabor, este plato es ideal para una dieta baja en carbohidratos: el salmón aporta proteínas de alta calidad y grasas saludables, mientras que la salsa de tahini —una pasta elaborada con semillas de sésamo— añade cremosidad y saciedad sin necesidad de harinas ni azúcares. La receta está lista en solo 25 minutos y puedes servirla con verduras, como judías verdes, para aprovechar hasta la última gota de salsa.
Precalienta el horno a 240 °C. Seca 4 filetes de salmón y sazona con sal y pimienta. En un bol pequeño, mezcla 2 cucharadas de za'atar —una mezcla de especias típica de Oriente Medio a base de tomillo, sésamo y zumaque— con 2 cucharaditas más de zumaque y espolvorea la mezcla sobre el salmón para formar una costra. Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén grande apta para el horno a fuego medio-alto, añade 250 g de espinacas baby con una pizca de sal y pimienta y cocina durante 2-3 minutos hasta que se ablanden.
Coloca el salmón con la piel hacia abajo sobre las espinacas y rocía los filetes con 2 cucharadas de aceite de oliva. Hornea durante 5 minutos. Mientras tanto, bate 90 g de tahini, 3 dientes de ajo machacados, 2,5 cucharadas de zumo de limón, una pizca generosa de sal y 100 ml de agua en un bol hasta obtener una mezcla homogénea y fluida. Saca la bandeja del horno y vierte la salsa de tahini alrededor del salmón (evitando la parte superior de los filetes), luego vuelve a meterla en el horno durante otros 5 minutos o hasta que el pescado esté cocido y el tahini burbujee. Termina vertiendo con una cuchara la cucharada restante de zumo de limón y aceite de oliva, y decora con cilantro picado.
Rico en proteínas y sin apenas carbohidratos, este jugoso filete acompañado de una salsa chimichurri tradicional argentina —herbácea y con un toque picante— es un éxito seguro. Puedes preparar la salsa con antelación, pero recuerda sacarla de la nevera y dejarla a temperatura ambiente antes de servirla. Para seguir tu dieta low carb, evita las patatas fritas y acompáñalo con bastones de calabacín al horno o con pimientos, cebolla y berenjena asados.
Para el chimichurri, pica finamente 1 chalota pelada, 3 dientes de ajo y 1 guindilla roja. Mézclalos en un bol con un manojo pequeño de hierbabuena, otro de perejil, otro de cilantro y otro de eneldo, todo finamente picado. Añade 3 cucharadas de vinagre de vino tinto, 100 ml de aceite de oliva virgen extra, la ralladura de medio limón y una pizca de sal y pimienta. El aceite debe cubrir justo las hierbas; si no es así, añade un poco más. Cubre y refrigera unas horas antes de servir. Puedes guardarlo en la nevera hasta 5 días.
Para el filete, lleva 1 kg de entraña o falda a temperatura ambiente. Calienta una parrilla o plancha hasta que esté bien caliente. Unta la carne con 4 cucharadas de aceite de oliva, sazona bien con sal y pimienta, y cocina 4–5 minutos por cada lado para un punto medio, girando solo una vez. Déjala reposar tapada con papel de aluminio durante 10 minutos antes de cortarla en lonchas finas, siempre en contra de la fibra. Sirve con el chimichurri por encima.
Alta en proteínas y grasas saludables, esta receta al horno combina pollo jugoso con aguacate cremoso y berenjenas baby, realzados por el sabor intenso de la ’nduja, una salchicha suave y picante del sur de Italia. La mantequilla aromatizada con ajo asado y limón potencia el conjunto, creando un plato saciante y lleno de sabor sin necesidad de pan, pasta o arroz. Si los aguacates están un poco verdes, asarlos les dará la textura perfecta.
Precalienta el horno a 200 °C. Envuelve dos cabezas de ajo en papel de aluminio, rocíalas con aceite de oliva y hornéalas durante 30 minutos. Mientras tanto, coloca los aguacates cortados por la mitad y sin hueso, seis berenjenas baby, dos cebollas rojas cortadas en seis trozos y 600 g de filetes de pollo en una bandeja grande para horno y mézclalos. Una vez asado el ajo, exprime los dientes en un procesador de alimentos y mézclalos con 200 g de mantequilla ablandada, 100 g de 'nduja y la ralladura y el zumo de un limón hasta obtener una mezcla homogénea. Reparte esta mantequilla de 'nduja sobre el pollo y las verduras y hornea todo durante 20-25 minutos hasta que esté bien dorado. Sirve la bandeja en una fuente espolvoreada con cilantro y menta picados.
Si quieres aligerar el plato, puedes reducir la cantidad de mantequilla sin perder intensidad de sabor.
Perfecto para una dieta baja en carbohidratos, el salmón es rico en proteínas que ayudan a mantenerte saciado durante más tiempo y aporta grasas saludables beneficiosas para el corazón. En esta receta, se condimenta con pimentón ahumado, comino y una pizca de cayena, que se mezclan con un poco de sirope de arce para darle un glaseado intenso sin necesidad de azúcares refinados. La salsa fresca de piña, con un toque picante, aporta un contraste refrescante.
Coloca un filete de salmón de 1 kg en una fuente grande. Mezcla 2 cucharadas de sirope de arce, 1 cucharada de pimentón ahumado, 2 cucharaditas de comino molido y una pizca de pimienta de cayena, y unta el pescado con esta mezcla. Deja marinar en la nevera al menos 2 horas o toda la noche.
Para la salsa, mezcla 1 piña picada, 1 guindilla roja picada fina, el zumo de 1 lima y 2 cucharadas de aceite de oliva. Sazona con sal y pimienta. Precalienta la parrilla a temperatura alta, forra y engrasa una bandeja para parrilla, y coloca el salmón con la piel hacia arriba. Ásalo durante 3–4 minutos hasta que la piel esté crujiente, dale la vuelta y cocina otros 5 minutos hasta que esté dorado y en su punto. Añade un puñado de cilantro fresco picado a la salsa y sirve junto al salmón.
Esta tortilla, rica en proteínas y grasas saludables, es ideal tanto para un desayuno nutritivo como para un almuerzo saciante. Combina la suavidad de los huevos con el toque salado del queso feta, el dulzor de la cebolla caramelizada y la frescura de las espinacas. Es una opción rápida y llena de sabor, perfecta para disfrutar caliente recién hecha o templada como parte de una comida ligera. Para una versión exprés, puedes utilizar cebolla roja salteada en lugar de caramelizada.
Precalienta el horno a 200 °C. Corta 3 cebollas rojas en rodajas finas. En una sartén apta para el horno, derrite 20 g de mantequilla con un chorrito de aceite de oliva y cocina las cebollas a fuego lento hasta que estén blandas y doradas. Rehoga 150 g de espinacas en otra sartén, escurre el exceso de agua y pícalas en trozos grandes. Añade las espinacas a las cebollas y desmenuza 200 g de queso feta. Bate ligeramente 4 huevos con una pizca de sal y pimienta y viértelos en la sartén. Cocina a fuego lento durante 5 minutos hasta que empiece a cuajar, luego transfiere al horno durante 2-3 minutos hasta que esté cuajada pero ligeramente líquida en el centro. Deja reposar durante 5 minutos antes de servir.
Los muslos de pollo cocinados a fuego lento en caldo, vino blanco y hierbas, con trozos de tocino ahumado y champiñones, requieren poco tiempo de preparación y el horno hace el resto. Cubiertos con hojas de salvia crujientes, es un plato realmente rico y sabroso, al que se le añade crème fraîche al final de la cocción.
Precalienta el horno a 160 °C. Fríe 250 g de beicon picado en una sartén grande apta para el horno, añade 2 cebollas picadas y cocina hasta que se doren. Retira con una espumadera. Sazona 8 muslos de pollo, dóralos en la misma sartén con 2 cucharadas de aceite y reserva.
Añade 30 g de harina, bate 150 ml de caldo de pollo caliente y añade 150 ml de vino blanco seco. Vuelve a poner el pollo, el beicon y las cebollas en la sartén con 2 ramitas de tomillo, un manojo pequeño de salvia y 2 hojas de laurel. Lleva a ebullición, tapa y hornea durante 30 minutos.
Añade 200 g de champiñones cortados en cuartos y 100 g de crème fraîche, remueve y hornea durante otros 15-20 minutos. Fríe 6 hojas de salvia en mantequilla hasta que estén crujientes. Retira los tallos de las hierbas, añade el perejil picado y sirve con las hojas de salvia crujientes.
Si quieres aligerar la receta, sustituye parte del beicon por más champiñones o verduras, y usa crème fraîche baja en grasa.
Ricas en proteínas y bajas en carbohidratos, estas berenjenas asadas se rellenan con un ragú de cordero especiado y se coronan con queso manchego fundido, creando un plato saciante y lleno de sabor. El queso, además, está permitido en una dieta baja en carbohidratos, así que puedes disfrutarlo sin remordimientos.
Precalienta el horno a 200 °C. Corta 4 berenjenas por la mitad a lo largo y hazles unos cortes en forma de cruz sin cortar la piel. Colócalas en una bandeja de horno, rocía cada mitad con 1½ cucharadita de aceite de oliva, sazona con sal y hornea durante unos 30 minutos hasta que estén blandas.
Mientras tanto, calienta 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande y saltea 1 cebolla picada, 4 dientes de ajo picados, 1 pimiento rojo picado, 1,5 cucharaditas de comino, 1 cucharadita de canela, 0,5 cucharadita de nuez moscada, 1 cucharadita de pimentón ahumado y una pizca de guindilla en copos durante 10 minutos. Añade 500 g de cordero picado y cocina hasta que se dore, luego incorpora 6 cucharadas de salsa de tomate y cocina a fuego lento durante 5 minutos.
Sube la temperatura del horno a 220 °C. Vacía la mayor parte de la pulpa de las berenjenas, dejando un borde de 1 cm, y mézclala con el cordero con 0,5 cucharadita de sal y pimienta. Rellena las berenjenas con la mezcla, espolvorea con 100 g de queso manchego rallado y hornea durante 9-10 minutos hasta que se doren.
Aunque haga buen tiempo para una barbacoa, puedes cocinar estos langostinos tigre picantes y jugosos en una sartén grill. Los langostinos se cocinan en una mantequilla de color verde intenso, mezclada con cilantro, guindilla, jengibre y lima. Asa también las limas para potenciar su sabor. Es un plato rápido que puede encajar en tu dieta, perfecto para acompañar con una ensalada verde y guacamole.
En un procesador de alimentos, bate 200 g de mantequilla sin sal ablandada con un trozo de jengibre rallado del tamaño de un pulgar, 2 dientes de ajo machacados, un puñado de cilantro picado (tallos y hojas), la ralladura de 1 lima y 1 cucharadita de sal marina, y mezcla hasta obtener una textura suave y verde.
Calienta una barbacoa o una sartén grill. Unta 8 langostinos tigre grandes con la mantequilla verde y cocínalos durante 2 minutos por cada lado, hasta que estén rosados y ligeramente chamuscados. Retíralos del fuego, úntalos con más mantequilla y asa los gajos de lima en la sartén durante 1 minuto por cada lado. Exprime el zumo de lima sobre los langostinos, espolvorea con guindilla roja picada y hojas de cilantro, y sirve.
Estas pequeñas tortitas de verduras, ricas en fibra, son perfectas para servir calientes con una ensalada y una salsa de yogur. Tendrás que cocinarlas en tandas, así que precalienta el horno antes de empezar a prepararlas. Las sobras se conservan bien para la fiambrera del día siguiente.
Tritura 120 g de guisantes descongelados en un bol. Escurre el exceso de agua de 250 g de espinacas descongeladas, pícalas y añádelas a los guisantes. Mezcla 8 g de menta picada, 6 g de eneldo picado, 240 g de ricotta, 2 huevos, 50 g de semillas de chía, sal y pimienta. Deja reposar durante 10 minutos. Calienta aceite en una sartén antiadherente a fuego medio-alto. Forma hamburguesas de ¼ de taza con la mezcla y cocínalas durante 3 minutos por cada lado hasta que estén doradas, añadiendo más aceite si es necesario. Sirve con gajos de limón, rúcula, tzatziki y menta extra.
Para aligerar la receta, sustituye parte de la ricotta por yogur natural sin azúcar.
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La frittata es una rica tortilla italiana que se elabora con huevos y nata. En esta receta se añade un poco de parmesano y tiras de salmón ahumado, un pequeño lujo que se prepara en una sola sartén. Acompáñala con una ensalada verde.
Precalienta el horno a 180 °C. En un bol, bate 8 huevos, 125 ml de nata, 2 cucharadas de parmesano, 20 g de eneldo picado, sal y pimienta. Calienta 1 cucharada de aceite en una sartén antiadherente apta para el horno a fuego medio y vierte la mezcla de huevo. Añade 300 g de salmón ahumado y unas hojas de eneldo extra. Cocina durante 2 minutos hasta que los bordes empiecen a cuajar, luego transfiere al horno y hornea durante 8-10 minutos hasta que se dore. Deja reposar durante 10 minutos antes de cortar y servir.
¿No quieres usar nata por tu dieta? Sustitúyela por yogur natural sin azúcar o por leche evaporada baja en grasa.
Una receta fácil y sabrosa para hornear en bandeja con pechugas de pollo tiernas, queso crema, queso fundido, pesto y tomates cherry. El único carbohidrato es una pequeña cantidad de pan rallado, que añade una textura crujiente. Si no encuentras queso taleggio, el camembert es un buen sustituto.
Precalienta el horno a 220 °C. Sazona 6 pechugas de pollo con sal y pimienta en una fuente para asar. Mezcla 175 g de taleggio, 3 cucharadas de pesto de albahaca, 2 cucharadas de albahaca picada y 3 cucharadas de queso crema; esparce la mezcla sobre el pollo.
Espolvorea 50 g de pan rallado fresco y pimentón por encima. Hornea durante 20 minutos. Añade 400 g de tomates cherry, rocía con 2 cucharadas de aceite de oliva y 1 cucharada de vinagre balsámico y hornea 10 minutos más hasta que el pollo esté cocido. Sirve con los tomates y el jugo de la bandeja.
Siempre habrá debate sobre qué debe llevar una ensalada niçoise, pero creemos que esta receta da en el clavo para llevar el sol del sur de Francia a tu plato de manera saludable.
Con un equilibrio natural de proteínas, grasas saludables y vegetales frescos, esta ensalada es una opción completa para quienes buscan cuidar la línea sin pasar hambre. Rica en nutrientes y baja en carbohidratos, es perfecta como plato único para una comida ligera que mantenga la energía durante horas.
Frota el interior de una ensaladera con medio diente de ajo. Corta 2 alcachofas preparadas en rodajas finas a lo largo, luego corta 1 pepino pequeño, 12 rábanos y 1 cebolla suave. Corta 250 g de tomates maduros en trozos. Mezcla todas las verduras en la ensaladera con 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre de vino tinto, sal y pimienta. Añade 150 g de atún de calidad o unos 8 filetes de anchoa, un puñado de aceitunas negras y medio manojo de hojas de albahaca. Prueba y rectifica el sazonamiento. Corta en cuartos o por la mitad 2 huevos duros, sazona ligeramente y colócalos encima. Termina con un chorrito extra de aceite de oliva, si es necesario.
Este curry dulce, suave y aromático demuestra que puedes disfrutar de un plato reconfortante y lleno de sabor sin recurrir a arroz, pasta o patatas. La paleta de cerdo, cocinada a fuego lento con cebolla, jengibre, salsa de soja y un toque ácido de vinagre, queda tierna y jugosa, perfecta para acompañar con abundantes verduras salteadas y mantener el plato bajo en carbohidratos.
Mezcla 1 kg de carne de cerdo cortada en cubos con 100 ml de vinagre de malta y, a continuación, escurre el vinagre. Pon la carne en una cacerola, cúbrela con agua y llévala a ebullición. Cocina a fuego lento durante 15 minutos, retira la carne y reserva el líquido de cocción.
Corta 4 cebollas en gajos y extrae el jugo de un trozo de jengibre de 2 cm con un mortero. En la misma sartén, calienta 4 cucharadas de aceite y dora la carne de cerdo durante 4-5 minutos. Añade las cebollas y el jugo de jengibre y saltea durante 1 minuto.
Vierte el jugo de la carne de cerdo reservado, 1 cucharada de azúcar, 1 cucharada de salsa de soja ligera, 1 cucharada de salsa de soja oscura, 1 cucharadita de pimienta negra y 500 ml de agua. Tapa, lleva a ebullición y luego cocina a fuego medio-bajo durante 1,5 horas hasta que esté tierno y la salsa esté espesa.
Ricas en proteínas y sin necesidad de rebozado, estas alitas de pollo crujientes son una opción sabrosa para quienes siguen una dieta baja en carbohidratos. Al freírlas primero y terminarlas al horno, las alitas quedan con una piel crujiente irresistible sin comprometer tu dieta, mientras que la salsa de mantequilla con gochujang y un punto de picante les da un sabor potente y delicioso.
Fríe las alitas de pollo en aceite vegetal a 160 °C durante 6-8 minutos, hasta que estén doradas y bien hechas. Escúrrelas sobre papel de cocina y precalienta el horno a 200 °C. Mientras tanto, mezcla en un bol 150 g de mantequilla ablandada con 4 cucharadas de pasta de gochujang —una pasta fermentada coreana picante —, la ralladura y el zumo de 2 limas, y un poco de menta y cilantro picados (unas 3 ramitas de cada uno). Coloca las alitas en una bandeja de horno, rocíalas con la mezcla de mantequilla especiada y ásalas durante 10 minutos, hasta que estén bien calientes y empiecen a burbujear.
Prepara estas apetitosas copas de lechuga rellenas de carne picada de cerdo aromática y picante. La receta utiliza una olla de cocción lenta, pero puedes cocinar fácilmente la carne a fuego lento en la placa, tapada, durante una hora. Coronadas con hierbas frescas, cacahuetes crujientes y lima para servir, son pequeños paquetes de sabor sin carbohidratos.
Pon 1 cucharada de pasta de jengibre, 2 guindillas rojas picados, 2 dientes de ajo picados, 1 cucharada de aceite de sésamo, 1 cucharada de pasta de limoncillo, 1 cucharada de salsa de pescado, 1 cucharada de azúcar moreno, 2 cucharadas de salsa de soja oscura y 500 g de carne picada de cerdo en una olla de cocción lenta. Remueve bien y cocina a temperatura alta durante 2-3 horas. Ajusta el condimento al gusto.
Para servir, separa las hojas de 2 lechugas pequeñas y rellénalas con la carne de cerdo picante. Cubre con cacahuetes tostados, menta picada, cilantro y cebollas tiernas picadas. Sirve con gajos de lima y salsa de pescado extra si lo deseas.
Equilibrado, nutritivo y bajo en carbohidratos, este plato al horno combina proteínas magras con verduras asadas llenas de sabor, creando una comida completa sin necesidad de guarniciones. Las pechugas de pollo se hornean con calabaza, tomates, cebolla y hierbas frescas, bañadas en caldo y un toque de vinagre balsámico para potenciar su aroma.
Calienta 3 cucharadas de aceite de oliva en una bandeja para asar a fuego medio. Dora 4 pechugas de pollo con piel durante 8-10 minutos. Añade 2 cebollas rojas (cortadas en gajos), 600 g de trozos de calabaza, 300 g de tomates cherry, 3 ramitas de romero y 4 dientes de ajo enteros. Vierte 150 ml de caldo de pollo y 2 cucharadas de vinagre balsámico. Sazona con sal y pimienta. Asa a 190 °C durante 30-40 minutos hasta que el pollo esté cocido y las verduras estén tiernas. Exprime el ajo, mézclalo con las verduras, espolvorea con perejil picado, rocía con vinagre balsámico extra y listo.
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