Incluso los mejores cocineros y cocineras experimentan algún fracaso culinario de vez en cuando. Pero la próxima vez que arruines accidentalmente tu plato favorito, sabrás cómo rescatarlo con uno de nuestros prácticos consejos en lugar de tirarlo a la basura. Tanto si te ha quedado una cazuela demasiado salada como si la masa de un pastel se ha cuajado, recurre a uno de nuestros trucos para solucionarlo.
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Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.
Si odias desperdiciar comida, que se te queme la tostada puede ser frustrante, pero no tienes por qué tirarla a la basura. Tampoco deberías untar mantequilla en una rebanada ennegrecida y comértela. En su lugar, coge un cuchillo y raspa suavemente la capa quemada. Un pequeño esfuerzo de rescate puede salvar tu desayuno y reducir el desperdicio.
La crema se cuaja cuando se calienta demasiado. Ten a mano un bol con agua helada y, si ves que empieza a cuajarse, mete la base del cazo en el agua y sigue batiendo. Si sigue un poco grumosa, utiliza una batidora de mano para eliminar los grumos y ya estará bien. La próxima vez, mezcla dos cucharaditas de maicena con las yemas de huevo crudas para que la crema sea más estable.
La carne demasiado hecha no está buena, pero puedes añadir humedad a la carne seca para salvar el plato. Prueba a hacer mayonesa de chipotle y a desmenuzar la carne para usarla en tacos. También puedes añadir la carne a laksa, una sopa de fideos malaya. Con sus ricos y cremosos sabores a coco, hará que la carne sepa mucho menos seca.
Freír el pollo en una sartén puede hacer que la carne sea más crujiente y jugosa, pero también corres el riesgo de quemar el exterior y que quede cruda en el centro. Si al cortar el pollo, ves que está rosado por dentro, puede ser que haya perdido parte de la humedad. Para evitar que se seque aún más, dale la vuelta al pollo para dorar el lado cortado y luego mételo en el horno caliente para terminar de cocinarlo. Quizás quieras invertir en un termómetro para carne.
La masa para hacer galletas seca y quebradiza no es el fin del mundo, pero hay un par de soluciones fáciles. En primer lugar, la nevera seca la masa, así que deja que alcance la temperatura ambiente antes de comprobarla. Si todavía está demasiado seca, añade un poco de leche, nata o mantequilla blanda a la mezcla hasta que consigas la consistencia correcta.
El chicharrón de cerdo es una de las mejores partes del asado de cerdo, pero puede ser frustrante cuando no se vuelve crujiente como se espera. Por suerte, hay formas de rescatar el chicharrón que no se ha hecho. Prueba a poner la parrilla al máximo y a colocar el cerdo directamente debajo hasta que alcance el punto perfecto de crujiente. También puedes quitar la piel y freírla por separado en una sartén caliente, o meterla en una freidora sin aceite para conseguir un acabado crujiente uniforme fácilmente.
Si te despistas, la nata puede montarse demasiado rápido. Si no has llegado demasiado lejos, añade una cucharada de leche fría y vuelve a batir. Si ya es demasiado tarde, sigue batiendo para hacer mantequilla. La nata se separará en mantequilla y suero de mantequilla. Escurre el líquido y, a continuación, en un bol con agua helada, exprime la mantequilla con un paño hasta que se haya eliminado todo el suero de mantequilla. El suero de mantequilla se puede utilizar para pasteles si se le añade un chorrito de zumo de limón.
La coliflor hervida o al vapor con cariño es una guarnición espectacular. Unos pocos minutos de cocción extra pueden hacer que la verdura pase de estar perfectamente cocida a estar triste y empapada. Sin embargo, no todo está perdido, ya que la coliflor demasiado cocida puede recuperarse mezclándola con mantequilla, condimentos y hierbas para hacer un puré de coliflor respetable.
Para rescatar la masa de pastel cuajada, añade una cucharada de harina. Puede que tu pastel quede un poco más denso, pero es mejor que desperdiciarlo por completo. También es útil saber por qué el pastel se cuajó. Las posibilidades incluyen huevos o leche que estaban demasiado fríos o se incorporaron demasiado rápido. La próxima vez, asegúrate de que los ingredientes estén a temperatura ambiente y de que los huevos y la leche se añadan lentamente, con una cucharada de harina entre cada adición.
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Hacer caramelo en casa puede ser todo un reto, y a menudo puede cristalizarse. Suele ocurrir cuando la mezcla se calienta demasiado rápido al principio, o si se remueve mientras hierve. Para prevenir o arreglar esa cristalización, disuelve los cristales de azúcar con un pincel de pastelería húmedo, o añade una pequeña cantidad de vinagre o zumo de limón para ayudar a estabilizar la mezcla.
¿La masa de tus brownies tiene un aspecto granulado o cuajado? Probablemente se deba a que los ingredientes se añadieron mientras el chocolate derretido estaba demasiado caliente. Para solucionarlo, bate una o dos cucharadas de leche fría con una batidora de mano eléctrica hasta que quede suave. La próxima vez, deja que el chocolate se enfríe un poco antes de mezclarlo con los demás ingredientes.
Si te das cuenta de que la pasta está demasiado hecha, hay que cambiar rápidamente de menú. Escurre la pasta en un colador y pásala por agua fría. Añade un poco de aceite de oliva y colócala en una sartén. Mezcla huevos batidos, nata y queso rallado. Vierte la mezcla sobre la pasta, cocínala a fuego medio hasta que esté firme, luego invierte la pasta en un plato, dale la vuelta y cocínala hasta que se dore. Ahora tienes un "pastel" de pasta cremosa listo para añadirle otros ingredientes.
Es probable que, si tu tarta tiene los bordes quemados, solo se haya visto afectada la parte exterior y que el resto esté bien. Con un cuchillo, corta con cuidado alrededor de la tarta, quitando las partes quemadas. Limpia todas las migas y luego cubre la tarta, la parte superior y los lados, con crema de mantequilla o glaseado, usando una espátula para que el glaseado quede suave. La próxima vez, forrar el molde con papel de hornear podría evitar que se queme el pastel.
La masa quebrará si la amasas cuando esté demasiado seca o demasiado caliente. Si está demasiado seca, pon la masa en el procesador de alimentos y añade una o dos cucharadas más de agua helada. Bátela hasta que se junte, luego déjala reposar en el refrigerador durante 30 minutos. Si está demasiado caliente, métela en el congelador durante 10-15 minutos, luego vuelve a amasarla.
Un poco de especias en tu plato puede añadir sabor y profundidad, pero si añades demasiado picante, quizás necesites algún consejo para suavizarlo. Prueba a añadir nata o queso rallado, o a servir tu plato con yogur, que neutraliza el picante. Un poco de dulzura también puede ayudar. Si es un curry, añade un poco de piña picada. La miel también ayuda a suavizar el picante.
Unos minutos extra de cocción pueden hacer que las verduras verdes queden en su punto o se quemen. Si las verduras están demasiado cocidas, escúrrelas en un colador lo más rápido que puedas y luego sumérgelas en un recipiente con agua helada. Puedes usarlas en una sopa, hacerlas puré como base para una salsa para pasta o añadirlas a una tortilla.
El mejor método para arreglar las claras de huevo demasiado batidas depende de la magnitud del problema. Si están un poco grumosas, prueba a añadir una clara de huevo fresca a la mezcla y bate brevemente. Si se han vuelto acuosas al descomponerse las proteínas, lamentablemente no hay solución. Lo único que puedes hacer es empezar de nuevo y reducir el tiempo de mezcla.
No hay necesidad de deshacerse de un pastel seco. ¡Puedes transformarlo en cake pops! Desmenuza el bizcocho en migas finas (a mano o en un procesador de alimentos), luego mézclalas con crema de mantequilla, haz bolas con ellas y sumérgelas en chocolate o glaseado. Puedes decorar tus cake pops como quieras. Además, ¡son muy divertidos de hacer!
Puede haber un par de razones por las que tu filete no se esté marcando correctamente. El filete debe estar seco antes de cocinarlo, así que dale unas palmaditas con un paño de cocina una vez que lo hayas desenvuelto. Si hay demasiado líquido en la sartén, retira el filete y comienza con una sartén limpia con solo un poco de aceite. Asegúrate de que la sartén esté lo suficientemente caliente para comenzar. Caliéntala hasta que casi humee antes de colocar el filete en ella.
Cuando hayas horneado un pastel, es importante dejar que se enfríe en el molde antes de intentar sacarlo. A medida que se enfría, el pastel se va despegando de los lados, lo que facilita su extracción. Utiliza una espátula suavemente alrededor del borde para despegarlo primero. Si también está pegado a la base, déjalo enfriar el mayor tiempo posible y extráelo con mucho cuidado. La próxima vez, prueba a untar bien el molde con mantequilla o a forrar la base y los lados con papel de horno.
Hacer mayonesa no es tan difícil como parece. Uno de los errores más comunes es añadir el aceite demasiado rápido, lo que hace que la mezcla se cuaje o se parta. Sin embargo, hay varias formas de solucionarlo. En primer lugar, añade una cucharada de agua fría, zumo de limón o mostaza, y vuelve a batir. Si, aun así, no se mezcla, pon una yema de huevo nueva en un bol con una cucharadita de mostaza. A continuación, añade lentamente la mezcla cuajada.
Si, al pinchar tu pastel en el centro, el tenedor sale limpio, significa que el bizcocho esté cocido. Si todavía está crudo por dentro pero cocido por fuera, cúbrelo con papel de aluminio (para evitar que se queme la parte superior) y cocínalo más tiempo. Comprueba también tu horno con un termómetro de horno, porque puede estar más caliente de lo que indica el dial. Si es así, tendrás que adaptar las recetas en consecuencia bajando la temperatura del horno.
Le pasa a todo el mundo. Intentas pasar un bizcocho del molde a un plato y se rompe por la mitad. ¡No pasa nada! Usa la parte rota como base y usa relleno de crema de mantequilla o nata para volver a pegarla. Añade el relleno encima del pastel y, a continuación, corónalo con el pastel intacto. La próxima vez, para evitar que se rompa, intenta utilizar dos espátulas para pasarlo al plato.
Si has puesto demasiada sal y el guiso ya está cocido, retira la carne y las verduras con una espumadera y ponlas en un bol. A continuación, añade una patata cruda pelada a la salsa y deja que hierva a fuego lento durante unos 30 minutos. La patata debería absorber gran parte del exceso de sal. Si aún está un poco salada, prueba a añadir una cucharada de puré de tomate para añadir un poco de dulzor. Luego, vuelve a poner el resto de los ingredientes en la sartén. También puedes verter parte del caldo y rellenar con agua.
Se necesita un poco de práctica para enrollar un tronco de chocolate, sobre todo si es un bizcocho esponjoso. Pero, aunque se agriete y se rompa, puedes usar ese bizcocho para otra receta. ¿Por qué no pruebas a mezclar capas de bizcocho roto con nata, gelatina de cereza y cerezas frescas, enlatadas o congeladas? Es un postre delicioso y no se desperdicia nada.
Recuperar un guiso poco espeso es un proceso relativamente fácil. En primer lugar, ¿sigue teniendo buen sabor? Si es así, espesa la salsa con dos cucharaditas de maicena mezclada con agua fría. ¿Está un poco insípida? Retira los demás ingredientes con una espumadera y reduce la salsa hasta que esté más espesa, comprobando el condimento. Dependiendo de la receta, puedes añadir alubias blancas o negras para espesarla, y muchas hierbas frescas o un chorrito de limón para darle sabor.
El ganache de chocolate es un glaseado, cobertura, salsa o relleno elaborado con chocolate negro y nata. Si se deshace mientras lo preparas, con un aspecto granulado y grumoso, es porque el chocolate se ha sobrecalentado. Para solucionarlo, añade una o dos cucharadas de nata fría y bate la mezcla enérgicamente con una batidora eléctrica. Añade un poco más de nata si es necesario y se volverá a unir.
Las patatas asadas perfectas deben estar crujientes por fuera y esponjosas por dentro. Si las tuyas salen empapadas, es probable que hayas llenado demasiado la bandeja para asar, por lo que tus patatas se han cocinado al vapor en lugar de asarse. Divídelas en dos bandejas para asar, dejando espacio para que cada patata se tueste a la perfección.
Si el arroz está demasiado cocido, sácalo de la sartén caliente lo más rápido que puedas y colócalo en un colador. Pon el arroz bajo el agua fría para enfriarlo por completo y luego transfiérelo a un bol. Mezcla una o dos cucharaditas de aceite de girasol y, con las manos, separa los granos. Deja que el arroz se enfríe y luego mételo en la nevera durante una o dos horas para que se seque. Quedará perfecto para platos de arroz frito.
Esta técnica para eliminar el exceso de grasa superficial se aplica a salsas, guisos y sopas. Deberías poder desnatarlo casi todo con una cuchara, sobre todo si lo dejas enfriar primero. Para conseguirlo todo, una vez frío, mételo en el congelador durante una hora o en la nevera durante un par de horas. La grasa se solidificará y podrás desnatarla fácilmente con una cuchara.
El puré pegajoso suele significar que has cocinado demasiado las patatas o que has intentado triturarlas en un procesador de alimentos. En cualquier caso, se ha liberado demasiado almidón. Si las patatas están demasiado cocidas y aún no están trituradas, pásalas por agua fría. De lo contrario, la única solución es hacer pommes aligot, un puré francés decadente con nata, mantequilla y montones de queso rallado (aproximadamente la mitad del peso del queso en relación con el de la patata). Rico e increíble.
Para contrarrestar la carne demasiado salada, necesitarás algo ácido y algo de calor. Cualquier trozo de carne o pollo a la parrilla se beneficia enormemente de un buen chorro de zumo de limón fresco, y realmente ayudará a disminuir el sabor salado. También puedes añadir una salsa de tomate y chile para añadir dulzura y calor. Recuerda siempre: añade solo una pizca de sal marina antes de cocinar. ¡Es más fácil añadir que quitar!
No te desesperes si tu soufflé de queso se deshace justo al salir del horno. Al fin y al cabo, puedes transformarlo en un plato igualmente fabuloso. Vierte los soufflés en un plato poco profundo, apto para horno y untado con mantequilla. A continuación, mezcla nata espesa con queso rallado y viértelo sobre los soufflés. Añade una pizca extra de queso y hornea todo en un horno caliente hasta que se dore y burbujee.
¿Sabes cuál es el truco perfecto para rescatar el pavo seco? Coloca el pavo cortado en rodajas en una bandeja de horno y cubrirlo con salsa. Mete todo eso en un horno caliente durante 15 a 30 minutos, dejando tiempo suficiente para que la salsa añada humedad al pavo. Solo asegúrate de guardar un poco de salsa extra para servir con la comida.
Cuando veas que la salsa neerlandesa empieza a separarse, prueba a añadir una cucharada de agua fría para enfriarla. Si esto no funciona, mezcla una yema de huevo fresca con una cucharada de zumo de limón y bátelo gradualmente en un bol sobre un cazo con agua hirviendo a fuego lento. Tus huevos escalfados te lo agradecerán más tarde.
La salsa espesa con grumos es relativamente fácil de arreglar. Ponla en una batidora y bátela hasta que los grumos desaparezcan. Vuelve a ponerla al fuego y, a continuación, déjala hervir para que espese, si es necesario. Si sigue estando demasiado líquida, mezcla una cucharadita de maicena con agua fría, añádela a la salsa y déjala hervir a fuego lento hasta que espese.
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Última actualización por Luke Paton.