A menudo se dice que el desayuno es la comida más importante del día, pero no siempre le damos el cariño que se merece. Para esos momentos en los que estás cansado de las tostadas y sientes que necesitas cambiar un poco las cosas, sigue nuestros mejores trucos, atajos fáciles y sabrosos consejos, todos ellos garantizados para hacer que tu comida matutina sea infinitamente más interesante.
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Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.
La cocción lenta no es solo para recetas saladas. Empieza batiendo dos huevos con dos claras y un poco de miel, canela y leche. Coloca triángulos de pan en el fondo de la olla de cocción lenta, vierte suficiente mezcla para empapar el pan y, a continuación, pon más capas de pan y mezcla de huevo por encima. Cocina a fuego alto durante dos horas, o durante unas cuatro horas a fuego bajo. Cubre con arándanos (o cualquier fruta que te guste) y rocía con sirope de arce o miel.
Lleva tus tortitas a un nivel superior y alegra la mañana a los niños utilizando un cortador de galletas como molde al freír la mezcla para tortitas (corazones, estrellas, personajes de Disney... las oportunidades de experimentar son infinitas). Consejo profesional: las masas para tortitas al estilo americano, espesas y esponjosas, tienden a mantener mejor su forma.
Para un desayuno estupendo y bajo en carbohidratos, saca el hueso del aguacate y parte de la pulpa, pon un huevo y espolvoréalo con los ingredientes: queso rallado, copos de chile, trocitos de tocino y hierbas frescas. Hornea hasta que el huevo esté cocido a tu gusto. Sírvelo con pan de masa madre a la plancha para una opción matutina más saciante.
Hacer tazas de tocino es más fácil de lo que parece: se forra un molde para magdalenas con panceta o lonchas de tocino, y luego se añaden espinacas, queso de cabra y un huevo a cada compartimento. Tras 10 minutos en el horno, tienes un desayuno todo en uno para comer y solo un molde para magdalenas que fregar. Sírvelo con una guarnición de baguette tostada y verduras salteadas para una comida rica en nutrientes.
Hay muchas formas de variar este clásico desayuno de elección. Unta tus tostadas con Marmite o Vegemite antes de añadir los aguacates y el plato adquirirá una dimensión de sabor totalmente nueva. ¿Qué te parece espolvorear la fruta verde machacada con queso feta salado y trocitos de chorizo crujiente, o introducir algunas bayas frescas en la mezcla (créenos, las fresas funcionan de maravilla). Incluso puedes asar los trozos de aguacate en lugar de machacarlos, la solución perfecta cuando tienes un aguacate que aún no está maduro.
Lejos de ser aburrido, hay muchas formas de dar nueva vida a este clásico del desayuno. Por ejemplo, los huevos al pesto son una sencilla receta viral de TikTok que requiere muy poco esfuerzo: basta con añadir una cucharada de pesto comprado en la tienda a una sartén, y luego echar los huevos. El aceite de la salsa evita que el huevo se pegue, a la vez que le da más sabor. Termina con una pizca de copos de chile y sírvelo sobre pan tostado.
Si utilizas boniatos en lugar de patatas normales, añadirás más sabor, color y beneficios para la salud al crujiente rosti al horno. Solo tienes que rallar cuatro boniatos en un cuenco, cascar tres huevos y añadir perejil picado, cebolletas y copos de chile. Salpimienta, añade un chorrito de aceite de oliva y remueve para mezclar. Forma con la mezcla ocho rosti del tamaño de una tortita de pescado, colócalos en una bandeja de horno forrada y hornéalos a media altura durante 30 minutos, dándoles la vuelta a los 20 minutos. Cúbrelos con una capa gruesa de queso crema y lonchas de salmón ahumado, o prueba con guacamole picante y un huevo frito crujiente. En cualquier caso, tienes un plato ganador.
Un Dutch baby es una especie de pancake neerlandés, que se cocina al horno y es esponjoso como un souflé. Tiene un aspecto impresionante, pero en realidad son muy fáciles de hacer. Prepara la masa de las tortitas como de costumbre, pasa la mezcla a una sartén de hierro fundido y hornéalas a 220°C (425°F) durante unos 20 minutos, hasta que estén perfectamente hinchadas y doradas. Espolvorea con abundante azúcar glas y termina con un chorrito de limón y los ingredientes que desees para servir.
Para un brunch indulgente de fin de semana, prueba la pizza de desayuno. Prepara la base desde cero o utiliza una versión comprada en la tienda, y luego ponle todos tus ingredientes favoritos para el desayuno: huevos, patatas fritas, champiñones, lonchas de tocino, salchichas en rodajas... la lista es interminable. Cocínalo en el horno caliente y prepárate para hacer muy felices a todos los comensales.
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Si buscas un desayuno vegetariano fácil y diferente, ¿qué te parece darle una vuelta de tuerca a la shakshuka tradicional? Lleno, colorido y repleto de nutrientes, coloca los huevos entre verduras salteadas (espárragos, cebolletas y col de primavera), antes de cubrirlos con queso feta desmenuzado y una pizca de copos de chile. Cubre la sartén con una hoja de papel de aluminio y déjalos a fuego medio-bajo hasta siete minutos, hasta que las claras estén cuajadas y las yemas blandas.
Los muffins de huevo no solo son ideales para el desayuno, la merienda o la fiambrera, sino que se pueden hacer con ingredientes que necesites aprovechar, como restos de hierbas o una loncha de jamón. Pica jamón, pimientos rojos, cebollas o champiñones y fríelos ligeramente, luego reparte la mezcla entre los huecos de los moldes para magdalenas engrasados o forrados. Bate los huevos con un poco de leche, viértelos sobre la mezcla y hornea durante 25 minutos a 200°C (400°F), hasta que se hinchen y se doren.
Económica, sabrosa y muy fácil de hacer, la frittata de pasta es nuestro desayuno barato y alegre preferido cualquier día de la semana. Para un desayuno abundante para dos, mezcla tres huevos batidos con 30 g de parmesano rallado y 300 g de pasta cocida. Viértelo en una sartén antiadherente apta para horno y cocínalo durante cinco minutos a fuego medio-alto. Pásalo al grill durante 10 minutos, hasta que esté bien cocido. Corta en trozos para servir.
Olvídate de preparar un desayuno inglés completo cuando tengas que alimentar a una multitud. En lugar de eso, simplifica las cosas preparando un festín inspirado en Medio Oriente que apenas requiera cocción. Es decir, montones de panes planos, labneh espeso y cremoso, hummus casero en abundancia, aceitunas, verduras en escabeche y huevos cocidos para completar la comida. Sencillo pero muy satisfactorio.
Los huevos escalfados son maravillosos, pero ¿sabes qué los hace aún más sabrosos? Añadir aromáticos a la mezcla. Para una versión superfácil de los huevos turcos tradicionales, coloca los huevos escalfados sobre un lecho de yogur con ajo y rocíalos con mantequilla tostada derretida con chile. Sírvelos con pan de masa madre a la plancha.
La avena y los dátiles tienen un alto contenido en fibra, y ¿qué mejor forma de disfrutarlos que en un bonito crumble para el desayuno? Asa fruta con hueso (melocotones, albaricoques, melocotones y ciruelas) en el horno con un poco de miel hasta que esté tierna, y luego pon encima granola, dátiles troceados y yogur. También le iría muy bien una pizca de canela.
Si te gustan los croissants de chocolate, escucha: es muy fácil hacerlos en casa. Solo necesitas una lámina de hojaldre y trocitos de chocolate o chocolate rallado. Corta el hojaldre en rectángulos, luego corta cada uno en diagonal para hacer triángulos. Espolvorea chocolate en el centro, luego enrolla desde el borde ancho hasta el borde puntiagudo y dobla para dar forma de medialuna. Píntala con huevo batido y hornea durante 20 minutos a 180°C (350°F), hasta que la masa esté crujiente y ligeramente dorada y el chocolate derretido.
Cuando pensamos en tocino, la mayoría nos lo imaginamos chisporroteando en una sartén, pero hay formas más rápidas de cocinarlo. Un truco poco conocido es utilizar el microondas. Coloca una toalla de papel en un plato y pon encima tiras de tocino que no se toquen. Tápalo con otra toalla de papel y cuécelo a máxima potencia durante unos tres minutos. Pasa el tocino a otra toalla de papel durante unos instantes para que absorba parte del exceso de grasa, y luego tápalo.
Este desayuno de Medio Oriente puede parecer complicado, pero se prepara en solo 10 minutos, por lo que es perfecto para sorprender a los invitados que se queden a dormir. Simplemente sofríe cebollas con ajo picado y una pizca de pimentón, luego añade tomates picados en conserva y cuece a fuego lento. Cuando la salsa de tomate se haya reducido un tercio, baja el fuego, haz tres o cuatro huecos en la mezcla e introduce los huevos. Deja cocer otros cinco minutos, o hasta que los huevos estén hechos a tu gusto. Espolvorea con perejil fresco picado y sirve con pan tostado.
Las magdalenas para el desayuno son una opción estupenda que requiere poco esfuerzo, sobre todo si se hornean con antelación. Prepara una tanda doble de tu receta favorita el fin de semana, y luego congela las sobras para disfrutarlas toda la semana (descongélalas durante la noche y estarán listas por la mañana). En cuanto a los condimentos, puedes optar por los salados, con queso y hierbas, o probar un lote lleno de semillas.
A todo el mundo le gusta un desayuno inglés tradicional, pero puede ser un poco engorroso de preparar y, además, hay que fregar mucho. Prueba a freírlo todo en una sartén, cocinando primero las patatas y las salchichas cortadas en dados, seguidas de las setas, el tocino y los huevos, y dejando que se mezclen todos los jugos deliciosos. Sírvelo con un montón de tostadas mantecosas y kétchup o salsa marrón a elegir, y el mundo se sentirá como en casa.
¿Las tostadas no son lo tuyo? Cambia tus carbohidratos matutinos y opta por una opción a base de patata. Lleva el aguacate triturado al siguiente nivel al sustituir las tostadas por gofres de patata y rematándolo con un huevo frito. También puedes probar a preparar un sándwich de desayuno indulgente, eliminando el clásico panecillo inglés y utilizando hash browns en su lugar: simplemente coloca un huevo frito, una loncha de tocino y queso americano fundido entre dos crujientes hash browns para obtener un plato delicioso.
¿No tienes tiempo de desayunar en casa antes de salir? Utiliza un tarro de cristal para hacer tarros de granola y tendrás el desayuno portátil perfecto. Pon una capa de yogur griego natural, un puñado de granola y los ingredientes que prefieras: cualquier tipo de fruta funciona bien, desde arándanos y kiwi hasta fresas y mango, mientras que los frutos secos picados añaden una capa extra de proteínas y grasas saludables.
Hornea una hogaza de pan de plátano el fin de semana y podrás disfrutar de una rebanada antes de salir por la puerta el lunes por la mañana. Para empezar bien el día, prueba a añadir un chorrito de café a la masa. A medida que avance la semana y el pastel se haga un poco más viejo, calienta tu rebanada en el horno para darle un impulso extra.
Si quieres evitar el gluten o simplemente te apetece un desayuno más ligero, esta sencilla receta de tortitas es lo que necesitas. Tritura un plátano con un huevo hasta que se mezclen bien, y luego fríe cucharadas de la mezcla durante dos minutos por cada lado. El resultado no será tan firme como el de las tortitas de harina, pero será igual de sabroso, sobre todo si acompañas con fruta fresca y yogur.
La fruta sobrante, como manzanas, bayas y plátanos, puede cortarse en dados y añadirse a la masa de las tortitas para empezar el día de forma fresca y sabrosa. Al cargar la masa, eliminas la necesidad de añadir azúcar. También puedes convertir la fruta sobrante en una compota y servirla con yogur griego espeso y un poco de frutos secos y semillas.
Sáltate los Arcos Dorados y prepara en casa tu propio panecillo de desayuno inspirado en McDonald's. Para una sabrosa versión del famoso sándwich matutino, coloca un huevo frito, lonchas de tocino o salchichas y lonchas de queso americano entre un panecillo inglés tostado. Sírvelo con zumo de naranja recién exprimido y tendrás un día estupendo.
Las gachas de avena son un desayuno estelar de liberación lenta de energía, pero merece la pena ser un poco creativo con los ingredientes (no es que haya nada malo en espolvorear azúcar moreno, por supuesto). Anima tu rutina añadiendo tiernas peras escalfadas y miel, o rocía tus gachas con leche condensada y una pizca de cacao en polvo para una opción más indulgente.
Las barritas de desayuno rápidas y fáciles son una de las cosas más sencillas (y sanas) que puedes preparar para comer sobre la marcha. Además, las barritas de granola afrutadas pueden conservarse en un recipiente hermético durante una semana y congelarse muy bien. Para una opción más sencilla, puedes probar una versión de tres ingredientes con mantequilla de cacahuete, miel y avena.
Para que el desayuno esté listo cuando te despiertes, pon avena en remojo (la avena gigante es especialmente buena) durante la noche en zumo de fruta o en una mezcla de agua y yogur natural. También puedes añadir manzana rallada y especias como la canela. Añade nueces, semillas, pasas sultanas o fruta fresca justo antes de servirla para una nutritiva comida matutina.
La salsa holandesa no tiene por qué ser un engorro. Solo tienes que batir dos yemas de huevo, un chorrito de vinagre de vino blanco y agua helada, y una pizca de sal en un cuenco de metal que quepa sobre una cacerola pequeña con agua. Con el agua apenas hirviendo a fuego lento, bate continuamente hasta que la consistencia sea pálida y espesa (entre tres y cinco minutos). Retíralo del fuego e incorpora 140 g (5 oz) de mantequilla sin sal cortada en dados, hasta que la salsa esté cremosa y líquida. Sazona con sal y pimienta, un chorrito de zumo de limón y una pizca de pimienta de cayena.
¿Aún no has descifrado el arte del huevo escalfado perfecto? Hay unos cuantos trucos por ahí, pero este es el más sencillo: añade suficiente agua fría a una sartén para que el huevo quede solo medio sumergido, luego añade un chorrito de zumo de limón. Rompe primero el huevo sobre un colador para que suelte sus partes más líquidas, colócalo en un cuenco pequeño de metal, añádelo a la cacerola y tápalo. Cuécelo a fuego lento durante tres minutos. ¿El resultado? Unos deliciosos huevos blandos y líquidos.
Hornear el tocino es una idea estupenda y sin complicaciones (y una forma deliciosa de conseguir lonchas perfectamente crujientes). Forra una bandeja de horno con papel de aluminio y cuécelo a 200°C (400°F) durante unos 15 minutos, vigilando el tocino hacia el final por si se quema. Pon unas cuantas lonchas entre dos rebanadas de pan untado con mantequilla y termina con un chorrito de kétchup para conseguir el sándwich de tocino supremo.
No tengas miedo de mezclar los sabores por la mañana temprano: al fin y al cabo, lo que quieres es despertar las papilas gustativas. El sirope de arce y el tocino son una combinación clásica por algo y funcionan de maravilla tanto en gofres como en tortitas, mientras que las rodajas de manzana untadas con mantequilla de cacahuete y acabadas con un chorrito de miel son un bocado matutino saludable (y sorprendentemente sabroso). Una pizca de sal, por su parte, puede ser justo lo que necesitas para que tu tazón de gachas de avena pase de mediocre a sabroso.
Hay muchas maravillas que puedes preparar en el microondas para desayunar. Para lo que algunos afirman que es la forma perfecta de hacer huevos revueltos (puristas, mirad a otro lado), añade un chorrito de leche y un poco de condimento a los huevos batidos, y cuécelos durante un minuto y medio a potencia alta, removiendo a medio camino. Sírvelos sobre una tostada de pan integral y mantecosa para una comida matutina saciante.
Comer pescado en el desayuno es una forma estupenda de llenarte tanto de ácidos grasos omega-3 -que según los estudios podrían ayudar a potenciar la salud cerebral- como de proteínas, que te mantienen saciado durante más tiempo. Empieza el día con un bagel de salmón ahumado y queso crema, o asa caballa y sírvela con pan de molde, huevos escalfados y cebollino.
Hay numerosas formas de conseguir huevos pasados por agua, pero la mayoría de los cocineros coinciden en algunos puntos esenciales. Los huevos deben estar a temperatura ambiente antes de sumergirlos completamente en agua hirviendo. Luego tienes varias opciones. Algunos cocineros apuestan por hervirlos a fuego lento durante un minuto, antes de retirar los huevos del fuego y dejarlos tapados de seis a siete minutos. Otra opción es remover suavemente los huevos mientras hierven y, tras seis minutos, ponerlos en agua helada durante cinco minutos para detener el proceso de cocción.
Las alubias cocidas son un alimento básico del desayuno británico, ya sea sobre una tostada con mantequilla o junto a las salchichas en una fritura. Las alubias cocidas caseras son perfectas para cualquier comida, pero se tarda un poco en prepararlas. La alternativa inteligente es dar a las de lata un poco más de cariño: al calentar las alubias en la sartén, añade un chorrito generoso de salsa Worcestershire, revuelve chorizo crujiente o trocitos de tocino, añade guindilla fresca picada y tomates cortados en dados, o añade un par de cucharadas de queso fresco.
Los batidos son una forma estupenda de empezar el día, y tanto si hablamos de puñados de espinacas como de lechuga romana o pepino rico en vitaminas, añadir verduras a tu batido lo hace aún más sano. Prueba a preparar una brillante y hermosa mezcla de remolacha rica en antioxidantes, plátano, arándanos, espinacas, nueces de Brasil y leche de almendras: te garantizamos que te encantará.
No lo descartes hasta que lo hayas probado: hacer una tortilla en el microondas es sencillo y rápido. Bate un huevo, dos claras y un puñado de queso rallado, espinacas o jamón picado, sazona generosamente y viértelo en una taza engrasada. Cuécelo en el microondas a máxima potencia durante un minuto, remueve y cuécelo a máxima potencia durante otro minuto.
Para evitar desperdicios y tener un suministro constante de pan para tostar, congela el pan fresco el mismo día de la compra. Coloca las rebanadas en bolsas de congelación individuales y sácalas cuando las necesites. Tampoco hace falta descongelarlo antes de tostarlo: basta con utilizar la función de descongelación del tostador.
Hervir una tanda de huevos y guardarlos en el refrigerador es un buen truco para ahorrar tiempo si cocinas para un grupo o quieres adelantar la preparación de la comida del desayuno. Cuece los huevos normalmente, dejándolos en agua caliente de 8 a 12 minutos, antes de pasarlos a agua fría durante 15 minutos. Guárdalos en el frigorífico hasta una semana. Pélalos y disfrútalos con una tostada con mantequilla y sal y pimienta, o córtalos en rodajas y ponlos en un sándwich de desayuno con rúcula y tomates.
Los zumos y batidos son una forma nutritiva de empezar el día, pero prepararlos puede llevar mucho tiempo. Cuando tengas un momento, trocea un surtido de fruta y verdura y divídelo en bolsas de comida individuales, luego guárdalas en el congelador. Sácalos cuando los necesites, añadiendo extras como yogur, zumo de fruta o leche de coco antes de batirlos.
Adelántate a la semana preparando burritos de desayuno con antelación. Añade salsa, judías refritas, huevos revueltos y queso a las tortillas, dóblalas y guárdalas en el congelador en bolsas individuales. Después, caliéntalos en el microondas cuando quieras. También puedes hacer una versión vegana con tofu revuelto y queso vegano.
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