A pesar de tus mejores intenciones, podrías estar causando verdaderos daños a tu set de cocina favorito si lo limpias de forma incorrecta. Desde empañar la vajilla hasta dañar las sartenes antiadherentes, aquí tienes 31 errores que debes evitar hacer la próxima vez que hagas una limpieza a fondo, y algunos consejos útiles para conseguir resultados relucientes.
Haz clic o desplázate por esta galería para descubrir los errores más comunes que se cometen al limpiar los utensilios de cocina, con una cuenta regresiva hasta llegar al peor de todos.
Hemos basado nuestra clasificación en la gravedad del error y en las opiniones de nuestro viajado (y bien alimentado) equipo. La lista es inevitablemente subjetiva.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.
Las centrifugadoras de hojas pueden ser increíblemente útiles para lavar a fondo las verduras de hoja verde y las hortalizas, ya que eliminan el exceso de suciedad y los pequeños insectos que de otro modo no podrías lograr. Pero este artículo necesita algo más que una limpieza superficial después de usarlo. Cuando laves a mano, utiliza agua jabonosa templada y gira la centrifugadora en el fregadero para ayudar a eliminar los pequeños restos de suciedad atrapados en los agujeros.
Colocar una capa de papel de aluminio en la parte inferior del horno puede parecer una buena forma de recoger cualquier goteo o migas, pero en los hornos modernos esto es un rotundo no. Hay múltiples razones por las que es una mala idea, desde bloquear el flujo de aire hasta provocar fluctuaciones de temperatura. En algunos casos puede incluso recalentar el horno.
Limpiar el triturador de basura con un limpiador a base de cloro u otros limpiadores abrasivos puede dañar las tuberías y las cuchillas. Cambia a una opción más respetuosa con el medio ambiente y prueba usar sal gema y cubitos de hielo, que ayudarán a desalojar cualquier lodo persistente. Mientras tanto, las cáscaras de fruta, el bicarbonato y el vinagre ayudarán a eliminar los olores rebeldes.
Se ha recomendado limpiar la cafetera con vinagre diluido como forma ecológica de mantenerla descalcificada, pero en realidad podría ser más perjudicial que beneficioso. Aunque el vinagre es bueno para limpiar muchas cosas, usarlo en una cafetera podría erosionar el sello y las juntas de goma del interior. La mayoría de las marcas recomiendan utilizar un descalcificador suave o una solución específica para cafeteras que actúe en las zonas que más lo necesitan.
Si descuidas la limpieza de los cubiertos, con el tiempo pueden empezar a amarillearse, antes de volverse marrones y, finalmente, se pondrán negros. Mantén esas reliquias familiares en perfecto estado con unos sencillos pasos. Puedes utilizar un limpiador de cubiertos no abrasivo una o dos veces al año (dependiendo de la frecuencia con que los utilices), o puedes eliminar el deslustre cubriendo una fuente de horno con papel de aluminio y mezclando unos 57 g de bicarbonato sódico y dos cucharaditas de sal con agua hirviendo, y colocando los cubiertos en la fuente durante unos 30 minutos. Hay que secarlos bien una vez fríos.
¿Te gusta preparar la comida pero odias que tus recipientes de plástico huelan como la comida de ayer? Puedes eliminar el olor enjuagándolos con vinagre antes de lavarlos con agua tibia y jabón. Una vez secos, pon una pizca de sal en el recipiente para evitar que vuelvan los olores penetrantes.
Puede que pienses que el lavavajillas se limpia bien cada vez que se utiliza, pero sigue siendo importante darle un repaso a fondo a la puerta de vez en cuando. Como los chorros de agua se dirigen hacia el centro, la puerta suele pasar desapercibida y puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias. Límpiala al menos una vez a la semana o, idealmente, después de cada uso.
Llenar el fregadero de platos sucios y dejarlos en remojo puede parecer una buena idea, sobre todo si están cubiertos de mugre persistente, pero al dejarlos demasiado tiempo el agua sucia formará una mancha desagradable alrededor del fregadero. Invertir en un lavavajillas es una forma fácil de solucionar este problema.
El agua y el jabón no bastan para limpiar a fondo el triturador de ajos. Utilizar un palo de cóctel es la mejor manera de asegurarte de que has eliminado cualquier resto atascado en la rejilla. O puedes utilizar el método de la papa: simplemente empuja un trocito de papa a través del triturador; esto empujará cualquier ajo atascado y también se llevará consigo cualquier olor.
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Esto puede ser muy sencillo, pero es un paso que la gente olvida a menudo. La próxima vez que limpies a fondo la cocina, acuérdate de limpiar las puertas de los armarios, las manijas e incluso los interruptores de la luz: todos ellos se utilizan con regularidad y pueden ser un caldo de cultivo para las bacterias.
Si el agua dura del lavavajillas ha enturbiado la cristalería, hay una solución fácil. Basta con que laves los vasos a mano para evitar que la acumulación sea permanente. Deja los vasos en remojo en vinagre caliente durante una hora como máximo, y luego frota las manchas difíciles con una esponja. Seca los vasos rápidamente para conseguir un acabado brillante.
¿Cuándo fue la última vez que cambiaste la esponja? Junto con los paños de limpieza pueden ser un caldo de cultivo para las bacterias. No esperes a que se desintegren en pedazos; en lugar de eso, sustitúyelas con regularidad y guárdalas en algún lugar donde el exceso de líquido pueda escurrirse.
Si el plato de pasta o el guiso de pollo de anoche te ha dejado el tupper manchado con un naranja apagado, y el agua jabonosa no lo quita, ayúdate con el bicarbonato sódico. Limpia el interior con una pasta suave de agua y bicarbonato y déjala reposar durante una hora más o menos. Cuando vuelvas, las marcas rebeldes habrán desaparecido. Otra opción es llenarla con una mezcla de vinagre y agua caliente y dejarla toda la noche.
Los hornos autolimpiables pueden parecer una buena idea, pero pueden causar graves problemas. Los hornos más nuevos suelen tener elementos calefactores ocultos, que hacen que aumente la temperatura cuando se utiliza la función de limpieza. Pero esto también puede ser un gran problema, ya que corres el riesgo de sobrecalentar el aparato y, en última instancia, dañar los fusibles. Para evitarlo, los expertos recomiendan ignorar por completo esta función y limpiar el horno a la vieja usanza.
Para evitar que el lavavajillas cubra la cristalería de cal, utiliza un descalcificador una vez al mes y comprueba que utilizas suficiente sal para lavavajillas. Cada dos meses, acláralo bien vertiendo una taza de vinagre en un recipiente apto para lavavajillas y ponlo en el ciclo fuerte. Para un acabado aún más fresco, una vez terminado el ciclo con vinagre, espolvorea una taza de bicarbonato en el fondo y ponlo en un ciclo rápido.
Desde lavar platos sucios hasta limpiar superficies (o, peor aún, ir del baño a la cocina), usar la misma esponja o paño no es recomendable. Esto puede transferir bacterias nocivas de un área a otra, aumentando el riesgo de enfermar. Para minimizar este riesgo, es mejor emplear paños diferentes para cada tarea.
Con todos los recovecos que hay alrededor de las cuchillas de la batidora, es fácil que las partículas de comida se queden atascadas en su interior, lo que puede provocar moho, corrosión de las cuchillas y óxido. En lugar de dejar que se seque una mezcla para batidos o sopas antes de lavarla, enjuágala bien inmediatamente después de usarla y deja que se seque por completo antes de guardarla.
Como regla general, los utensilios y los artículos de madera de la cocina se lavan mejor a mano. Una limpieza a altas temperaturas en el lavavajillas hará que el material se deteriore, y rápido. Si aparecen grietas o rajas en los utensilios de madera, deshazte de ellas: estos huecos son lugares perfectos para que crezcan las bacterias. Lávalos a mano, sin dejarlos en remojo demasiado tiempo, y deja que se sequen por completo antes de guardarlos.
Los orgullosos bebedores de café saben lo irritante que puede ser una taza manchada, pero no hace falta que la tires. En lugar de eso, cubre la zona manchada con una pasta hecha con bicarbonato sódico y agua, déjala actuar unos 10 minutos (un poco más si las manchas son resistentes) y pronto volverás a tener las tazas relucientes de limpias. Recuerda enjuagarlas bien antes de usarlas.
¿Estás harto de que el olor a cebolla y ajo permanezca en tu tabla de cortar? Hay una solución fácil para solucionar este problema. Para eliminar los olores, cubre la tabla con sal kosher y frótala con medio limón para crear una pasta. Déjala secar, cepíllala y luego lávala bien, antes de dejar que la tabla se seque por completo.
Desde llenar botellas de agua hasta fregar los platos, el fregadero de la cocina se usa mucho, pero ¿cuándo fue la última vez que lo limpiaste bien? Enjuagar el fregadero con agua templada, limpiarlo y secarlo es un paso fácil que puedes añadir a tu rutina diaria, mientras que limpiarlo en profundidad con bicarbonato sódico y agua templada una vez a la semana te ayudará a mantenerlo reluciente.
Sumergir la fiambrera o los tupper de plástico en agua muy caliente (o, peor aún, colocarlo en el fondo del lavavajillas, cerca de los lugares más calientes) hará que el plástico se reblandezca y se deforme. Evítalo y lávalos a mano con agua tibia.
Usar una esponja metálica en una placa de acero inoxidable o de estilo metálico la marcará de por vida, y los arañazos también la harán más susceptible a la oxidación y las manchas. Los limpiadores a base de cloro también pueden marcar y dañar la superficie. En su lugar, utiliza agua jabonosa y seca con una toalla para evitar las marcas de agua. También puedes terminar con limpiacristales si necesitas eliminar alguna huella dactilar persistente.
Puede que digan que son aptas para el lavavajillas, pero las altas temperaturas y los productos químicos de limpieza fuertes pueden desgastar gravemente el revestimiento antiadherente de tus sartenes. Aunque puede llevar más tiempo, lavar a mano con una esponja suave resultará beneficioso a largo plazo. Si tienes una marca persistente, deja la sartén en remojo en agua jabonosa templada antes de limpiarla.
Si no descalcificas el hervidor, se acumulará la cal (que impide que los elementos conduzcan el calor de forma eficaz) y tardará más en hervir, pudiendo incluso quemarse. Puedes comprar descalcificadores en los supermercados o probar el método tradicional: llena el hervidor de agua hasta la mitad y déjalo hervir suavemente (apágalo antes de que hierva del todo), después añade vinagre o limón hasta llenarlo hasta las tres cuartas partes. Puedes dejarlo entonces durante una hora o toda la noche y aclararlo a la mañana siguiente con agua fresca para eliminar cualquier resto de olor a vinagre.
Las sartenes de hierro fundido son excelentes para mantener el calor, pero son un poco difíciles de limpiar. Sumergirlas en agua, meterlas en el lavavajillas o restregarlas con una esponja metálica son cosas que no se pueden hacer, ya que estropean la superficie protectora de la sartén. ¿La solución? Lávala a mano con jabón suave y agua templada, y no olvides "sazonar" la sartén de hierro fundido con regularidad, para reforzar la capa protectora (el sazonado consiste en frotar la sartén con aceite y calentarla en el horno, para que la grasa forme una capa similar al plástico).
Una de las formas más eficaces de mantener la limpieza de la cocina es ordenar sobre la marcha. Mientras esperas a que la pasta se cocina a fuego lento o el estofado burbujee en la olla, aprovecha para limpiar las superficies, organizar el desorden o apilar el lavavajillas.
Dejar cualquier rastro de grasa o partículas de comida en las sartenes antiadherentes va a causar problemas. Una acumulación de grasa puede empezar a carbonizar la superficie y hacer que se deteriore a mayor velocidad. Elimina el exceso de migas y limpia la sartén con papel de cocina antes de enjuagarla con agua fría: esto no solo eliminará la grasa de forma eficaz, sino que también evitará obstrucciones de aceite en las tuberías.
Por muy sucia o manchada que esté tu tabla de cortar de madera, nunca la sumerjas en agua ni la metas en el lavavajillas. Al ser un material poroso, la madera absorberá cualquier líquido y esta humedad interna podría deformarla o agrietarla, e incluso podría empezar a pudrirse. Lávala con una esponja y deja que se seque bien antes de guardarla.
Aunque puede ser tentador cuando hay una mancha difícil que no cede, es mejor evitar fregar las sartenes antiadherentes con esponjas metálicas. Este tipo de esponja desgastará el revestimiento, y te dejará una sartén menos eficaz a largo plazo. Cambia a una esponja dura para evitar tener que sustituir las sartenes.
Llenar demasiado el lavavajillas no solo impide que el agua circule eficazmente, sino que también hace más probable que los utensilios obstruyan las aspas. Coloca la vajilla de forma ordenada, dejando espacio suficiente entre cada pieza para que los chorros de agua la golpeen, y te ahorrarás tiempo y esfuerzo, ya que nada necesitará un segundo lavado al final del ciclo.
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