Es de sentido común que los productos como la carne fresca, el pescado y los lácteos deben conservarse en el frigorífico. Pero hay algunos ingredientes que te sorprenderá saber que has estado almacenando incorrectamente todo el tiempo.
Haz clic o desplázate para descubrir qué alimentos es mucho mejor conservar en el frigorífico que en la despensa, tanto para mantenerlos en su mejor estado durante más tiempo como para evitar la aparición de bacterias peligrosas.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí , Editora en Español para loveFOOD.
Quizás te sorprenda saber que los dátiles se conservan mejor en el frigorífico, a pesar de que otros frutos secos están bien en la despensa. Esto se debe a que los dátiles no están tan deshidratados como otros frutos secos, como los arándanos o los albaricoques. Como aún conservan un poco de humedad, es mejor mantenerlos frescos en un recipiente hermético para preservar su sabor. Si los guardas fuera del frigorífico, se irán secando progresivamente y perderán su sabor.
Ya sea de Dijon o integral, los conservantes de la mostaza hacen que sea completamente seguro el guardarla en la despensa una vez abierta. Sin embargo, mejorará notablemente su calidad si guardas los tarros de mostaza abiertos en el frigorífico. Las temperaturas más frías ayudarán a conservar su color y, además, mantendrá su sabor y picor durante mucho más tiempo.
Es fácil suponer que, debido a su alto contenido en azúcar, la gelatina no se estropeará después de abrirla si la guardas en la despensa. Sin embargo, lo mejor es conservarla en el frigorífico. De este modo, se evita que se decolore, que cambie de consistencia e incluso que pierda sabor y, lo que es más importante, que se forme moho. Otro consejo importante: no sumerjas nunca las cucharas dos veces en los tarros ni los alimentos directamente en un tarro de gelatina, para evitar la contaminación bacteriana.
En EE. UU., los huevos se esterilizan tras su producción para matar las bacterias, lo que también debilita la cáscara. Esto significa que deben mantenerse fríos para evitar que vuelvan las bacterias. En la mayor parte de Europa, desinfectar los huevos es ilegal, por lo que la UE recomienda mantenerlos frescos, pero no refrigerados. Aún así, es común en cualquier casa española guardar los huevos en la nevera.
En contra de todo lo que creía saber sobre el vino, las botellas de tinto abiertas deben guardarse en el frigorífico. Una vez abierto y expuesto al oxígeno, el vino puede cambiar rápidamente de color, sabor e incluso sensación en boca, y muy pronto convertirse en vinagre. Las temperaturas más frías ralentizan estos procesos, incluida la oxidación. Guarda las botellas en posición vertical en el frigorífico y bébelas en un plazo de cinco días. Te sorprenderá descubrir que algunos vinos tintos incluso saben mejor si se sirven ligeramente fríos.
Resulta que existe toda una serie de aceites que se benefician enormemente de su conservación en el frigorífico. El aceite de sésamo y otros aceites de frutos secos sin refinar son propensos a enranciarse y perder su sabor si se conservan a temperatura ambiente. Una explicación sencilla es que los aceites de frutos secos y semillas contienen ácidos grasos poliinsaturados susceptibles a la oxidación. Muchos se enturbian un poco cuando se guardan en el frigorífico, así que basta con sacarlos unos minutos antes de cocinar para que alcancen la temperatura ambiente.
Al igual que los aceites de frutos secos, los aceites prensados en frío también pueden estropearse con el tiempo debido a la oxidación. El aceite de linaza, por ejemplo, contiene ácido alfa-linolénico, lo que significa que es insaturado y, por tanto, más inestable. Aunque no es necesario conservarlo en el frigorífico, la refrigeración prolongará sin duda su vida útil y ralentizará el proceso de oxidación, conservando durante más tiempo su sabor y sus beneficios para la salud.
Los aceites infusionados son una forma estupenda de inyectar sabor extra a los adobos y aliños para ensaladas, o para dar el toque final a un plato. Además, son muy fáciles de hacer en casa, pero hay que tener en cuenta el riesgo de botulismo. Cualquier hierba, fruta o verdura fresca que añadas a tu aceite puede contener esporas de C. bot (Clostridium botulinum). Y, como los productos frescos contienen agua, esto permite que la bacteria crezca. Para evitarlo, mantén los aceites infusionados refrigerados y consúmelos en el plazo de una semana.
La cuestión de si el kétchup debe guardarse en el frigorífico o en la despensa es bastante controvertida. Algunas personas suponen que, debido a su alto contenido en vinagre, sal y azúcar, el ketchup puede conservarse a temperatura ambiente. Pero no es exactamente así. La marca de kétchup Heinz ha confirmado que, gracias a su acidez natural, el kétchup Heinz se conserva bien. Sin embargo, nada más abrir la botella, las condiciones de almacenamiento pueden afectar a esa estabilidad. "Recomendamos que este producto, como cualquier alimento procesado, se refrigere una vez abierto", afirma Heinz.
Tanto el zumo de lima como el de limón envasados y comprados en la tienda es mejor guardarlos en el frigorífico después de abrirlos. Si no se refrigera, el sabor puede volverse más ácido y desagradable con el tiempo o, de hecho, volverse insípido. El zumo de lima, en particular, empezará a dorarse si no se refrigera y se cierra herméticamente.
Una de las pocas frutas que se benefician de la refrigeración son las manzanas. Las manzanas liberan gas etileno, que acelera la maduración de cualquier fruta o verdura cercana. Si se guardan en el frigorífico, la producción de etileno se ralentiza, lo que hace que duren más tiempo. Asegúrate de no guardar las manzanas junto con otras frutas o verduras, y cúbrelas con una toalla de papel húmeda o guárdalas en una bolsa de plástico con agujeros.
Al igual que la gelatina, el alto contenido de azúcar del sirope de chocolate evitará que se estropee rápidamente, pero se conservará durante mucho más tiempo si se guarda en el frigorífico después de abrirlo. Aunque tardará bastante en estropearse, es posible que notes cambios en el sabor y el olor, así como cambios notables en la textura. El sirope y la salsa de chocolate caseros carecen de conservantes, por lo que solo deben conservarse en el frigorífico.
El maíz es una hortaliza que debe conservarse en frío. La clave está en evitar que se seque y se vuelva demasiado almidonado: los azúcares naturales empiezan a descomponerse y se convierten en almidón inmediatamente después de recoger las mazorcas. Lo mejor es guardarlo en el frigorífico, bien envuelto en una bolsa. Si no piensas consumirlo en tres días, congélalo.
A pesar de su alto contenido en azúcar, el sirope puro puede estropearse si no se refrigera. El sirope de arce puro no contiene conservantes, por lo que con el tiempo desarrollará una capa de moho en la superficie si se conserva a temperatura ambiente. Para conservarlo a largo plazo, es mejor guardarlo en el frigorífico.
La harina integral (como la harina integral, la espelta, la cebada y el trigo sarraceno) se beneficia enormemente de la refrigeración. La harina integral, como su nombre indica, se elabora con el grano entero, incluida la cáscara, lo que significa que la harina conserva la fibra, las vitaminas y otros beneficios para la salud de cada grano. Las temperaturas más frías simplemente ayudan a conservar el sabor, el olor y la calidad de la harina integral, mientras que en la despensa no durará más de tres meses antes de ponerse rancia.
Nos han dicho una y otra vez que no metamos los plátanos en la nevera porque detiene el proceso de maduración. Esto es absolutamente cierto, pero una vez que los plátanos estén perfectamente maduros, puedes meterlos en el frigorífico para mantenerlos en su mejor momento durante un par de días. Verás que la piel sigue dorándose, pero la pulpa del interior se mantendrá blanda y sabrosa.
La cuestión de si la mantequilla debe guardarse en el frigorífico o en una fuente cubierta en la despensa es objeto de debate. Según el periódico britático, Dairy UK, la mantequilla debe conservarse en el frigorífico para preservar su color y sabor. Pero se trata más de una cuestión de calidad que de seguridad, por lo que mantener la mantequilla fuera del frigorífico no es peligroso. Si te gusta tener mantequilla más blanda a mano para untarla en el pan con más facilidad, te sugerimos que mantengas refrigerado un bloque más grande para conservar la calidad y que rellenes tu mantequera con trozos más pequeños que vayas a utilizar en uno o dos días.
La mayoría de las personas pone los paquetes de tortillas directamente en la despensa después de comprarlos, pero guárdalos un espacio en tu frigorífico y no se enmohecerán tan rápidamente como lo harían en una despensa. Los paquetes de tortillas son extremadamente susceptibles a los cambios de temperatura, que pueden crear humedad en el paquete y provocar la aparición de moho. Si se guardan en el frigorífico, las tortillas de maíz pueden durar hasta ocho semanas; las de harina, hasta cuatro; mientras que las tortillas caseras aguantarán siete días en lugar de los dos o tres habituales.
La mayoría de nosotros guarda en algún lugar de la despensa toda una selección de frutos secos para picar algo sano, hornear y cocinar. Sin embargo, en realidad deberían guardarse en el frigorífico. Los frutos secos contienen un alto porcentaje de aceite, por lo que las condiciones cálidas (como una despensa en verano) pueden hacer que se estropeen mucho más rápido. Estarán bien en la despensa durante aproximadamente un mes, pero si los conservas más tiempo, guárdalos en un recipiente hermético y refrigéralos.
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